Bronca en la Eurocámara ante el primer ministro húngaro

El jefe del ejecutivo húngaro, Viktor Orban, se ha encontrado con una Eurocámara hostil en su comparecencia para presentar los objetivos de la presidencia rotatoria de la UE. A los eurodiputados les interesaba mucho más la supresión de la polémica Ley de Medios, que han calificado y recreado como un método de censura.

Socialistas, liberales y verdes han criticado duramente a Orban por intentar controlar a los medios de comunicación de su país. El diputado Daniel Cohn-Bendit ha dicho que el primer ministro húngaro lleva camino de convertirse en un Chávez europeo.

Eurodiputados protestan por la ley de Medios húngara
Eurodiputados protestan por la ley de Medios húngara

Por segunda vez, el Parlamento Europeo patalea por la controvertida Ley de Medios aprobada en Hungría y, esta vez, lo hace delante del primer ministro del país, Viktor Orban, que acudía a la Cámara para presentar los objetivos de la presidencia semestral del Consejo de la UE.

La bronca ha sido monumental. Los grupos parlamentarios socialista, liberal y verde han ido desgranando críticas hacia la ley y hacia el jefe de gobierno húngaro. Algunos eurodiputados sacaron portadas de periódicos en blanco con la palabra «censurado».

El líder socialista, Martin Schultz, consideró que «el momento es grave» porque la ley se acerca a la censura. El liberal Guy Verhorstadt sentenció que «el objetivo de los organismos de gobernanza de los medios no es garantizar una información propia y adecuada», como viene a decir la ley, «sino el pluralismo». Más duro fue el líder de los Verdes, Daniel Cohn-Bendit, quien dijo que «la información no debe satisfacer a los políticos» y recordó los casos de Nixon, de Berlusconi, o de Bush a propósito de Abu Ghraib. «La ley no se corresponde con los valores de la Unión Europea». Para ser más hiriente, Cohn-Bendit espetó directamente a Orban que «lleva camino de convertirse en el Chávez europeo».

Sólo el grupo conservador apoyó al gobernante húngaro con la confianza de que actuará como debe. El primer ministro húngaro insistió en las bondades de la ley y en su disposición a modificarla si se lo pide la Comisión Europea que, en una primera lectura, ya la ha calificado de insatisfactoria, según la comisaria de Agenda Digital, Neelie Kroes.

Pero las críticas fueron tan agrias que Orban encontró recursos para defenderse y aludió a que se estaba «ofendiendo al pueblo húngaro con retórica populista» y reiteró que se ha malinterpretado la ley. Después, en rueda de prensa, añadió que no aceptará críticas de políticos de otros países.

El martes, también en la Eurocámara, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, pidió prudencia a los eurodiputados ante un procedimiento que debe ser «justo, legal e imparcial».