La tormenta financiera europea toca a Italia

Italia está en el punto de mira de los mercados financieros y la UE asiste con miedo a la extensión de la crisis sin dar pasos decisivos en el segundo rescate griego. Los principales dirigentes de las instituciones europeas se reúnen este lunes, convocados con urgencia por el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, formalmente para preparar la reunión posterior de los ministros de Economía de la eurozona, pero la situación de la deuda italiana alarma y los ataques especulativos se extienden.
Silvio Berlusconi con el presidente del Consejo Europeo
Silvio Berlusconi con el presidente del Consejo Europeo / Foto:UE
Italia está en el punto de mira de los mercados financieros y la UE asiste con miedo a la extensión de la crisis sin dar pasos decisivos en el segundo rescate griego. Los principales dirigentes de las instituciones europeas se reúnen este lunes, convocados con urgencia por el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, formalmente para preparar la reunión posterior de los ministros de Economía de la eurozona, pero la situación de la deuda italiana alarma y los ataques especulativos se extienden.

El viernes pasado el diferencial del bono italiano con el alemán alcanzó los 244 puntos básicos, el más alto desde que existe la eurozona, y la preocupación por las finanzas italianas subió de nivel. Según la Comisión Europea, la deuda italiana llegará este año al 120% de su PIB. El brote especulativo sobre Italia salpica a otros países periféricos, especialmente a España.

A la reunión de hoy Van Rompuy ha convocado a los presidentes del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet; del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker; de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y al comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, además de un representante del Consejo del Tesoro de Italia.

Según el portavoz del presidente del ConsejoEuropeo Dirk De Backet, «no es una reunión de crisis, sino de coordinación». El segundo rescate a Grecia no avanza y las alarmas cada vez suenan más fuertes. La participación del sector privado en las ayudas a Grecia, como piden Alemania y otros países de la UE, no termina por concretarse, a pesar de reiterar que Atenas se dispone a cumplir sus compromisos.

Las agencias de rating no ven con buenos ojos el plan conocido hasta ahora, que entienden como una suspensión de pagos parcial. Consistiría en que la banca reinvierta el 70% de los títulos que venzan en los próximos tres años, la mitad para adquirir nuevas obligaciones a más largo plazo y el resto, para crear un fondo que avale nuevos préstamos griegos.

Los ministros de Finanzas de la eurozona intentarán hoy marcar las líneas generales del rescate, pero la falta de consenso no admite muchas esperanzas. El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rhen, aseguró que estaría preparado el 11 de julio, pero posiblemente se retrasará hasta septiembre, si la presión de los mercados sobre otros países no lo acelera.