Hambre y desesperación en el Cuerno de África

La peor sequía de los últimos 60 años, las guerras y el precio del grano que no para de subir han llevado ya a 11 millones de personas, de las que más de tres millones son niños, de Somalia, Etiopía, kenia y Yibuti a una hambruna sin precedentes en la región. Tres millones de niños están malnutridos de los que medio millón corre «riesgo inminente de morir» según ha anunciado la FAO.

un niño famélico en brazos de su madre
Somalia/Foto:Stuart Price/ONU

La ONU ha convocado una reunión extraordinaria el próximo 25 de julio para tratar del tema y la UE, a petición de Francia que preside el G20, pondrá sobre la mesa del Consejo de agricultura una situación que posiblemente sea ya tarde de paliar. España y Reino Unido han anunciado el envío de dinero.

En Somalia, el país que más está padeciendo, uno de cada tres habitantes necesita alimentación de emergencia. Miles de familias, sobre todo mujeres con sus hijos, huyen del país y buscan ayuda en el campo de refugiados de Dadaab, en el este de kenia. Es el campo más grande del mundo. Se hizo para alojar a 90.000 refugiados y en este momento hay más de 300.000 y no paran de llegar. Se calcula que a un ritmo de entre 1.500 a 2.000 al día, un desfile silencioso de personas que han perdido toda su capacidad de esperanza. El Gobierno de kenia ha anunciado que va a abrir otros dos campos de refugiados que podrán acoger a unas 80.000 personas.

La ONU ha puesto en marcha una operación masiva en toda la región del Cuerno de África. Este martes llegará un primer avión con 100 toneladas de tiendas de campaña, le seguirán otros seis. El hambre y la sed obliga a estas personas a abandonar su país para ir a los campos, tienen por delante casi un mes de camino a pie sin nada que comer. La mayoría son mujeres que deben pasar por otras penalidades antes de llegar a su destino. Según informes de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el número de casos de violencia sexual se ha cuadruplicado. Las mujeres y las niñas son especialmente vulnerables, durante esa larga marcha, a la violación, el secuestro y la enfermedad. Cuando llegan no ha terminado el sufrimiento, los campos de refugiados están llenos y deben buscar algún lugar en los alrededores donde instalarse, las más de las veces lejos de las clínicas, del agua, de las letrinas, de los servicios de seguridad. Están solas y son vulnerables. ONG como Care les prestan asistencia psicológica.

La situación es tan crítica que los rebeldes islámicos sheebab, en la región de Baidoa en el centro de Somalia, han autorizado la entrada de médicos y ayuda alimentaria «solo para ayudar a los que sufren». Hace dos años que obligaron a suspender toda ayuda.

Pero el hambre es endémica en África, en otras regiones como la del Sahel: Níger, Chad, Burkina Fasso, Mauritania o Malí, un 20% de la población sufre malnutrición