Manifestaciones en Francia contra el matrimonio homosexual

Cruces cristianas, sotanas, banderas de color blanco rojo y azul, banderolas con flores de lis... Tras la llamada del Instituto CIVITAS, cercano a los círculos católicos integristas, miles de personas se han manifestado esta tarde en las calles parisinas para volver a expresar su oposición al proyecto del gobierno de legalizar el matrimonio para las parejas homosexuales.

Manifestantes con banderas con la flor de lis
Manifestación en París (Francia) contra el matrimonio gay/ Foto: L. Lafaille

La de este domingo ha sido la última parte de las manifestaciones que han tenido lugar durante todo este fin de semana en varias ciudades francesas como en Lyon, Burdeos, Tolosa o Rennes.

La manifestación llamada «manif para todos» de este sábado quería ser apolítica y no confesional para reunir a personas de todas las religiones (obispos, rectores de mezquitas) y de partidos políticos diferentes. De hecho, ha sido un éxito completo ya que han asistido en total unos 100 000 manifestantes según las asociaciones y 70 000 según la policía francesa, cuando no se esperaba que fueran más de unas 10 000 personas.

El objetivo anunciado era defender una visión de la familia y del matrimonio tradicional con el fin de impedir un cambio radical en la sociedad francesa. La manifestación del sábado, del colectivo «manif para todos» quiso desmarcarse de la concentración organizada por Civitas este domingo.

El cortejo se ha reunido delante del ministerio de la Familia en París desde donde han ido hasta la Asamblea nacional. Entre los manifestantes, había muchas familias con sus niños, muchos jóvenes pero también jubilados y personas mayores. Una de ellas nos ha dicho que teme «las desviaciones que pueda acarrear» el proyecto de ley como «el incesto, la pedofilia o la poligamia». Algunos jóvenes han repartido octavillas en las que se podía leer: «la homosexualidad no es natural [...] no es moral. Es un pecado [...] que tiene que solucionarse».

En otras banderolas también había escrito eslóganes tales como «un padre, una madre, para todos los niños», «la familia, es sagrada», «NO a la homofolie» (Folie = Locura en francés).

Este ultimo propósito ha sido condenado por la ministra para los Derechos de las Mujeres Najat Vallaud Belckacem que ha dicho que el debate se está desviando: «Es obvio que denunciamos todas las desviaciones y todas los amalgamas que hemos oído en el debate en las últimas semanas».

El instituto Civitas cuenta con 1200 miembros y 100 000 simpatizantes. Su responsable Alain Escada ha reafirmado hoy a un grupo de periodistas la voluntad del instituto de «re-cristianizar Francia», defiende la «batalla para la protección de la familia y el niño».

La ley que permitiría el matrimonio y la adopción de niños a las parejas homosexuales es una cuestión muy sensible que divide a la población francesa. Una fractura que ha crecido en las últimas semanas. Las manifestaciones por mucho que se presentaban como pacíficas, han reavivado las tensiones. Periodistas y miembros del movimiento feminista ucraniano FEMEN vestidas de monjas, que querían protestar de manera pacífica y humorística han sido golpeadas por algunos manifestantes. Respecto a estos actos, Najat Vallaud Belckacem ha dicho que no hay «sitio para la violencia de extrema derecha en nuestro país».

Estas movilizaciones numerosas recuerdan las del año 1999 en contra del PACS (pacto civil de solidaridad), la ministra francesa de Asuntos Sociales, Marisol Touraine ha dicho en nombre del gobierno que «respeta la preocupación» de los manifestantes pero que sin embargo «el gobierno no renunciará a ese proyecto», una promesa del entonces candidato François Hollande. Para Marisol Touraine, «la ley iniciará una evolución importante, la apertura del derecho al matrimonio de todas las personas que se quieren y la posibilidad para todas las parejas de adoptar».

En cuanto a los que están a favor del proyecto de ley ya tienen prevista una manifestación organizada por la asociación Inter-LGBT (Lesbiana, Gay, Bi y Trans) el próximo 16 de diciembre. El Parlamento francés tiene previsto examinar el texto en enero de 2013.