Italia y España bloquean la cumbre europea del crecimiento

Los primeros ministros de Italia y España, Mario Monti y Mariano Rajoy, supeditan su apoyo al pacto para el crecimiento y el empleo en la UE a la aprobación de medidas urgentes que solucionen el problema de la deuda en los mercados. No hay desacuerdo con el fondo de las propuestas, es una cuestión de prioridades. «Hay muchas instituciones públicas españolas que no pueden financiarse», ha dicho Rajoy en Bruselas.

Merkel y Monti, en el Consejo Europeo
Merkel y Monti, en el Consejo Europeo / Foto: Consejo UE

Monti y Rajoy sellaron en Roma el plan de crecimiento con el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel. El bloqueo que realizan en el Consejo Europeo es solo una medida de presión para que se frene la sangría de la deuda pública. España ha vuelto a pagar hoy el 7% de interés por su deuda a 10 años e Italia se aproxima.

«El crédito a España es muy caro y la Unión Europea tiene que ser consciente de esto», ha señalado Rajoy en Bruselas. Lo que pretenden Madrid y Roma es que haya una decisión inmediata para que se pueda estabilizar la deuda, reduciendo el coste de financiación de sus países mediante la intervención del Banco Central Europeo o de los mecanismos de rescate europeos. El planteamiento es que sin financiación, hablar de crecimiento y empleo no sirve para nada.

El presidente del Consejo Europeo, en su comparecencia de anoche, no se refirió en ningún momento al bloqueo hispanoitaliano y dijo expresamente que las negociaciones continúan. Las reticencias llegan desde Alemania y Holanda, principalmente, desde donde se recomienda solo a los países con dificultades que ahonden en sus programas de ajustes y reformas. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha resaltado la importancia de que la cumbre transmita un mensaje a los inversores del «compromiso con el euro, de la irreversibilidad de la moneda».

El plante de Monti y Rajoy ha trastocado la agenda de este primer día de Consejo Europeo, en el que se esperaba aprobar ese plan de crecimiento de 120.000 millones de euros, «para impulsar la economía y crear empleo en los países con dificultades», en palabras de Van Rompuy.

Suena ambicioso, pero es en realidad un maquillaje de cifras, porque de esa cantidad solo serían inversiones nuevas 10.000 millones de euros, el resto corresponde a fondos ya previstos y no asignados todavía y otros recursos ya contemplados en la UE. En cualquier caso, tanto España como Italia se beneficiarían de esos fondos, de modo que, como quedó dicho en la minicumbre de Roma, el apoyo es total.

Si se resuelve el contencioso planteado para actuar con urgencia, para este viernes queda todo el paquete de medidas a medio y largo plazo que proponen los líderes comunitarios: los avances hacia la integración bancaria, presupuestaria, fiscal y política, en los que el orden de actuación también marca las posibilidades de éxito. Para Alemania, solo se progresará en la unión económica y monetaria si previamente hay un mayor control de las cuentas de los Estados desde Bruselas.