Europa quiere controlar las armas de fuego

Entre 2000 y 2010, unos 10.000 europeos murieron por ataques con arma de fuego. La Comisión Europea ha abierto un debate para controlar de forma más estricta el tráfico y la posesión de las mismas.

Revolver no violencia del escultor Fredrik Reuterward
Revolver no violencia de Fredrik Reuterward / Foto: Tressia Boukhors (IPS)

Tras los sucesos en Noruega, Bélgica, Finlandia, Francia o Italia de ataques con arma de fuego que acabaron en tragedia, la CE estudia reformar su política en este ámbito con el objetivo de reducir la violencia asociada a este tipo de armas.

La Comisión Europa ha identificado cuatro prioridades que engloban varias acciones concretas; éstas son el aumento de la presión sobre los mercados criminales, salvaguardar el comercio lícito de armas de fuego para civiles, disminuir el número de armas que acaban en manos de criminales, y mejorar el sistema de inteligencia europeo. Estas acciones facilitarán el tráfico legal en el mercado interno, a la vez que ayudarán a las fuerzas de seguridad en su tarea de identificar y desmantelar grupos de crimen organizado.

Según Pia Ahrenkilde Hansen, portavoz de la CE, «el 55% de los ciudadanos cree que desde la UE se puede endurecer la regulación sobre quién puede comprar, vender o poseer un arma de fuego». Además, seis de cada diez europeos ve probable que este tipo de crímenes aumente en los próximos cinco años.

Cecilia Malmström, Comisaria de Asuntos de Interior de la UE, añade que «cada semana oímos noticias de actos de violencia perpetrados con armas de fuego. A pesar de esto, el debate sobre el tráfico y el uso ilegal de armas de fuego es preocupantemente silencioso. Estamos más pendientes del uso de armas de fuego en América, que de lo que pasa en casa. Tenemos mucho trabajo que hacer aquí en Europa para asegurarnos de que las pistolas, rifles y armas de asalto no acaben en manos de criminales».

Por ello, la Comisión está estudiando planes que identifiquen las debilidades en la UE en todo el ciclo vital de las armas, desde su producción a su venta, posesión, intercambio, almacenaje y desactivación, a la vez que se busca preservar el uso legal y tradicional de las armas de fuego para la caza y la práctica de deportes de tiro.

El principal obstáculo es la divergencia entre las políticas nacionales en cuanto a la legislación sobre armas de fuego, por lo que se hace imprescindible delimitar un marco unitario con unas reglas comunes mínimas para sancionar a los criminales, que actúen como medidas disuasorias en todos los estados miembros, y eviten los vacíos legales que permiten la actividad de los traficantes.

Esas reglas podrán dictaminar qué tipos de delito con arma de fuego podrían acarrear sanciones penales (fabricación ilícita, tráfico ilegal, manipulación de las marcas de identificación, posesión ilegal de armas o el intento de suministro de las mismas), así como especificar el grado de las sanciones que deberán imponer los estados miembros. También se estudia endurecer la directiva interna de la UE sobre posesión de armas, reduciendo el acceso a modelos especialmente peligrosos para uso civil, o haciendo, por ejemplo, más estrictos los procedimientos de adquisición y licencia.

Nuevas vías para el tráfico ilegal de armas

Uno de los principales problemas detectados por la Comisión es el de la captación de armas de fuego por parte de personas o grupos con fines criminales o violentos. En ese aspecto es en el que pondrán especial atención las conversaciones para estudiar un nuevo paquete de medidas legislativas. Se busca endurecer el control a través de la desactivación de armas, para asegurar que una vez sean retiradas no vuelvan a funcionar, o el marcado de las armas en el momento de fabricación con números de serie que hagan más sencilla su identificación y rastreo.

También hay retos tecnológicos a los que enfrentarse en la venta de armas de manera ilegal, como el de la venta en Internet o la fabricación de piezas en impresoras 3D, así como la necesidad de reducir el riesgo de su entrega ilegal por correo.

Otras de las áreas en las que la comisión estudia reforzar sus acciones son la desviación de armas de fuego desde terceros países a la UE a través de rutas de contrabando, y el mejor control de los arsenales militares.

Cada 75 segundos una persona es asesinada en el mundo con un arma de fuego ilegal, un negocio ilícito que mueve al año más de 1.800 millones de euros, lo que constituye una de las principales amenazas para la seguridad de los habitantes del planeta, de acuerdo con datos de la Interpol. Estados Unidos ocupa el primer puesto con más de 270 millones de armas ilegales, es decir, una por habitante, mientras que en Alemania hay unos 25 millones, una por cada 3 habitantes.