Cada vez hay más mujeres migrantes en el mundo

El rostro de la población migrante cambia de forma drástica, dado que las mujeres y las niñas representan alrededor de la mitad de las 214 millones de personas que han debido abandonar sus lugares de origen en el mundo. En algunas regiones superan a los hombres, detalla Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Emigrante boliviana abraza familiar al regresar a su país
Emigrante boliviana regresa a su país / Foto: Franz Chávez (IPS)
El rostro de la población migrante cambia de forma drástica, dado que las mujeres y las niñas representan alrededor de la mitad de las 214 millones de personas que han debido abandonar sus lugares de origen en el mundo. En algunas regiones superan a los hombres, detalla Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Muchas mujeres emigran por su cuenta en tanto que jefas de hogar para garantizar su sustento, apunta Osotimehin, en el marco de la 46 sesión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo (CPD), celebrada esta semana. «Otras abandonan sus hogares en busca de sociedades más abiertas, para escapar de un mal matrimonio o huir de todas las formas de discriminación y violencia de género, conflictos políticos y limitantes culturales».

Al igual que otros emigrantes, las mujeres contribuyen al bienestar de sus hogares mediante el envío de remesas para sus familias que quedaron en el lugar de origen, puntualiza Osotimehin. Una creciente cantidad de migrantes son mujeres, niños y niñas, quienes sufren la peor parte de las violaciones de derechos humanos.

Tras un debate polémico, la CPD ha adoptado una tardía resolución de consenso en la que reconoce el papel central de los derechos sexuales y reproductivos, dándoles destacada visibilidad. La sesión de la CPD de este año se ha concentrado en las nuevas tendencias en las migraciones internacionales. El cambio en la composición por género de las poblaciones migrantes es uno de los nuevos acontecimientos.

Yasmin Hassan, directora de Equality Now, con sede en Nueva York, explica que «nuestra experiencia nos indica que la llamada migración femenina está profundamente vinculada al tráfico de personas, ya sea con fines sexuales o para trabajo doméstico».

Las mujeres que migran por voluntad propia se ven envueltas en situaciones de profunda explotación, puntualiza. «Eso es posible y se ve exacerbado por la situación legal vulnerable que viven, su falta de contactos sociales y familiares, su aislamiento, su incapacidad, a menudo, para comprender el lenguaje o acceder a sistemas de protección».

Eso hace que se vuelvan un blanco muy atractivo para las redes de tráfico, remarca Hassan, que ha trabajado en la División para el Avance de las Mujeres de las Naciones Unidas colaborando en la implementación de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw).

En nombre de Estados Unidos, Margaret Pollack, resalta que las mujeres migrantes a menudo son víctimas de explotación y abuso sexual, y muy pocas veces tienen acceso a servicios de salud. También señala que esto se daba especialmente en las más jóvenes y otros sectores vulnerables como las personas LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y transgénero) y discapacitadas. Pollack ha pedido políticas específicas destinadas a esos grupos, así como para la recolección de datos sobre abusos a los que están sujetos las personas migrantes.

Un estudio divulgado la semana pasada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con sede en Ginebra, muestra que unos 600.000 trabajadores migrantes «son estafados y quedan atrapados en trabajos forzosos en Oriente Próximo». Sobre la base de más de 650 entrevistas realizadas en un periodo de dos años en varios países, como Jordania, Líbano, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, el informe indica que en esa zona residen millones de trabajadores migrantes, los que en algunos casos exceden en forma sustancial la cantidad de los que son ciudadanos. En Qatar, 94 por ciento de los trabajadores son migrantes y en Arabia Saudita, alrededor de 50 por ciento.

Una empleada doméstica srilankesa, acusada de matar un bebé a su cargo, fue decapitada hace unas semanas en Arabia Saudita. «El tráfico de personas solo podrá frenarse de forma efectiva atendiendo los vacíos sistémicos en la gobernanza de la migración laboral en la región», explica Frank Hagemann, subdirector de la OIT para los estados árabes.

La resolución adoptada por la CPD llama a todos los estados miembro a asegurarse de que las migraciones se integren a las políticas de desarrollo nacional y sectorial, a las estrategias y los programas. También se le debe dar la debida consideración a los vínculos entre migración y desarrollo en la implementación del Programa de Acción de 1994, adoptado en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo, y en la elaboración de la agenda de desarrollo para después de 2015.

El texto de la resolución también llama a la protección de los derechos de las mujeres, niños y niñas migrantes, entre ellos los vinculados a la salud sexual y reproductiva. En el último informe sobre migraciones, la ONU señala que los nuevos polos de crecimiento económico en el Sur crearon flujos migratorios entre los países de la región.

En los últimos años también se ha producido un significativo aumento en la migración de los países en desarrollo hacia los ricos del Norte. «El aumento de las migraciones de Sur a Norte generó un significativo flujo de remesas hacia el Sur que puede estimular el crecimiento económico», señala el informe. Según datos del Banco Mundial, las remesas que reciben los países en desarrollo alcanzaron los 406.000 millones de dólares en 2012.

Muchas economías de rápido crecimiento en Asia Pacífico y Sudoriental, América del Sur y África Occidental son ahora destino de migrantes de sus respectivas regiones, añade el estudio. Además, los países petroleros del oeste de Asia (Medio Oriente y estados del Cáucaso) y del sur de Europa (los del Mediterráneo) vivieron un rápido crecimiento en la cantidad de migrantes internacionales entre 1990 y 2010. Tras el inicio de la crisis económica y financiera que comenzó en 2008, algunas tendencias se ralentizado de forma temporal, pero los últimos datos muestran que la migración a esos países creció en 2011.