“Combinar una austeridad presupuestaria digna y políticas de crecimiento con grandes proyectos europeos en energía, transporte e investigación”

Hablamos con Francisco Sosa Wagner, cabeza de lista de UPyD a las elecciones europeas

El pasado 18 de enero, UPyD celebraba su proceso de primarias para elegir candidato a las elecciones europeas. Unos comicios, en mitad de una recesión económica, para muchos incluso históricos y que tendrán lugar entre los días 22 y 25 de mayo. En ellos están llamados a votar más de 400 millones de europeos.

Francisco Sosa Wagner
Francisco Sosa Wagner, cabeza de lista de UPyD a las europeas/ Foto: UPyD

De los 43 candidatos de la formación liderada por Rosa Díez, fue elegido el diputado afincado en León, Francisco Sosa Wagner, con el 60 % de los votos. En 2009, Sosa Wagner ya salió elegido como el único eurodiputado de UPyD con el 2,9 % de los votos.

Conocido por su espíritu crítico, se ha mostrado partidario de una Europa federal con instituciones comunes. Durante esta legislatura se ha ocupado especialmente de temas medioambientales, energéticos, económicos, de protección a los ciudadanos y de salud pública. Para los próximos comicios, intentará afianzar su papel en Europa y sobre todo la presencia del partido magenta en el viejo continente.

Cara a las próximas elecciones europeas del próximo mes de mayo, ¿con qué propuestas generales encara UPYD este reto y cuáles son sus objetivos

Francisco Sosa Wagner.- Lo primero, seguir avanzando en la construcción europea, reforzando las instituciones comunes. Si eso necesita o no una reforma de los Tratados, ya se verá. Fuera de eso, hay que reforzar los intereses comunes de los europeos. Nosotros tenemos una identidad cultural común y unos intereses comunes, igual que los vecinos de un edificio. ¿Cuáles son esos intereses comunes? La energía, el transporte, la educación, la salud, la defensa de las libertades públicas etc. Eso es lo que hay que hacer, reforzar esos intereses comunes, que son los que justifican ante la ciudadanía la existencia de la Unión Europea.

Yo salí elegido diputado en el año 2009 con el 2,9% de los votos de los españoles, que fueron alrededor de 450.000 votos. Ahora las encuestas están dando entre el 7% y el 12 %. Por ahí se moverá. No sabría cuantificar el número de diputados que esto supondría: dependerá del número de votantes y de la aplicación de la Ley D'Hont. Pero sí está el dato histórico y objetivo de que yo salí con el 2,9 % y me sobraron muchos votos. A partir de ahí, dependerá de lo que luego se recoja en las elecciones del día 25 de mayo.

eXp.- Un tema cruel que afecta a la sociedad española es la alta tasa de paro existente. ¿Cuál es la postura de su partido al respecto? ¿cree que podemos «copiar» fórmulas de éxito de otros países?

F.S.W.- La política de empleo no está diseñada por la Unión Europea, sino por los Estados nacionales. Pero debo decir que esta política no se puede concebir sino como una parte de otras políticas macroeconómicas. Si nosotros hacemos una política energética determinada como la que ahora propicia la UE con las redes transnacionales y las infraestructuras energéticas comunes, y eso da lugar a muchos proyectos de obras públicas destinadas a esto (en este momento hay ya casi 300 proyectos autorizados por la Comisión, de los que a España le corresponden 7 u 8), eso es empleo. Lo mismo podemos afirmar respecto a la política de investigación e innovación, la política agrícola, los fondos de cohesión... Por tanto, la política de empleo es una cara de la política macroeconómica general, y en ese sentido la UE hace un esfuerzo grande por poner sobre la mesa dinero y medios que tienen que completar los Estados y que, naturalmente, en una economía como la que tenemos, también tienen que aportar los empresarios privados. El resto, las leyes laborales, los tipos de contratos, etc., son políticas de los Estados, aunque harán bien aquellos en los que vaya mal el empleo en copiar a los que están mejor, es lo prudente.

eXp.- La independencia de Cataluña ha llegado hasta altas instancias europeas e incluso hasta la Casa Blanca, ¿cree que la conocida postura de la UE al respecto es la correcta? ¿qué defienden desde UPyD?

FSW.- Es lamentable que exista toda esta discusión. Que una región tan rica como Cataluña esté perdiendo el tiempo en constituir un «Estadito» a estas alturas de la película... Y tienen que saber que si ellos salen de España, salen de la Unión Europea y tendrán

«No es lógico que el Gobierno no apoye una industria puntera como es la de las renovables donde España es pionera en Europa»
que ponerse en la cola para entrar, como ha hecho Croacia, que es el último país que ha entrado y que ha tardado diez años en hacerlo. Y ojo, diez años a partir de que se inician las negociaciones, para lo cual tiene que haber unanimidad de todos los jefes de Estado y de Gobierno. Por otro lado, los datos objetivos que tenemos son relevantes. Cuando se hizo el referéndum sobre el Estatuto hace unos años, lo votó el treinta y tantos por ciento de la población. Ese es el dato objetivo que tenemos. Yo recuerdo que cuando vi ese dato pensé: hombre, esto se ha desinflado, que ya no se iba a volver a tratar ese asunto. Pero no, hay mucha gente que vive de ello.

eXp.- Su papel y el de su partido en cuestiones relacionadas con la protección ambiental han sido destacadas en muchas comparecencias europeas, ¿cree que los recortes presupuestarios del gobierno de Rajoy han mermado radicalmente cual atisbo de esperanza y progreso en este aspecto en nuestro país? ¿es el tema de las renovables un tema que no es importante para el gobierno actual?

F.S.W.- En la medida en que los recortes hayan afectado a las políticas medioambientales, eso es ir por el camino equivocado. ¿Por qué? En primer lugar, porque sin protección medioambiental no hay desarrollo viable a medio y largo plazo. Además, en la economía verde hay un amplio campo para el desarrollo industrial (tecnología, innovación...) y la creación de empleo que no puede deslocalizarse. Esto es algo que hay que tener muy claro.

En el tema energético, el Gobierno de Rajoy improvisa y no aporta solución alguna a los problemas que arrastramos desde hace décadas (véase el déficit tarifario), así lo hemos expresado en el Congreso de Diputados en repetidas ocasiones. En cuanto a las renovables, se les culpa del coste sin explicar las ventajas - también económicas - que aportan al sistema: independencia energética, reducción de emisiones, descentralización de la producción energética y muchísimas oportunidades para nuestra industria de renovables.

No es lógico que el Gobierno no apoye una industria puntera en la que España es pionera en Europa y en el mundo. Eso también es empleo, pero el Gobierno parece no darle importancia. La misma reflexión podemos hacernos respecto a la eficiencia energética, es incomprensible que el Gobierno no apueste por un sector de crecimiento tan crucial: ¿no es razonable aprovechar la tecnología que el siglo XXI nos ofrece para reducir nuestro consumo energético? Por aquí se empieza a mejorar la competitividad y a reducir el coste energético. El Gobierno no apuesta por el futuro porque me temo que no tiene precisamente eso, proyecto de futuro.

«No nos tenemos que olvidar del control de unos manirrotos que llevan al desastre»

Respecto al empleo, hay dos espacios grandes de creación de empleo, que son este de la economía verde y luego el de la asistencia social y la asistencia sanitaria. Ahí hay que hacer un esfuerzo muy grande porque Europa, desgraciadamente, es un continente viejo, lleno de personas mayores, y por tanto se necesita mucha atención sanitaria y mucha atención social. Y en eso, todo el esfuerzo que se haga, siempre será poco.

eXp.- ¿Creen desde UPYD que el gobierno se ha equivocado en proceder a recortar en ciertos temas (educación, sanidad...) y no en otros, a priori, menos importantes?

F.S.W.- Evidentemente ha recortado en todo eso, y sin embargo no ha recortado en lo que debe recortar, que es en las Administraciones Públicas, en las cuales hay mucho despilfarro. Hay que reducir el número de municipios; hay que saber en qué se gastan el dinero las Comunidades Autónomas. Este es un asunto que viene de muy lejos. Yo recuero que ya con el Gobierno anterior, a mí me sorprendía que los presidentes de las CCAA fueran a ver al presidente con una serie indefinida de peticiones, y el presidente les decía que sí a unas cosas y a otras que no, pero lo que no les preguntaba nunca es '¿y usted en qué gasta su dinero, caballero?

Porque si usted ha creado una universidad en cada provincia o crea un hospital donde no hace falta, es un problema suyo, porque lo ha hecho para conseguir unos votos y el problema es suyo, no me lo traslade a mí'. Yo creo que un país no puede circular con la alegría con la que ha circulado España durante todos estos años en relación con el gasto de las CCAA. De la misma manera que estamos viendo cómo, desde Europa, han tenido que venir las instituciones europeas a controlar el gasto público, porque eso no puede ser indefinido. Hay que tener en cuenta que una administración pública endeudada hasta las cejas es una comunidad esclava de sus acreedores. Es decir, es una comunidad que ha perdido su soberanía y su capacidad de elección porque está subordinada a sus acreedores.

eXp. ¿España debería mirarse en otro país de Europa en estos aspectos?

F.S.W.- Yo creo que España es un país lleno de ciudadanos muy creativos. Los españoles somos ciudadanos productivos y creativos. Lo que pasa es que tenemos unas estructuras políticas muy deficitarias. Y tenemos una democracia escoltada por unos partidos que el único sitio en el que rompen es en la corrupción y en el despilfarro. Eso es lo que hay que corregir de una manera drástica.

eXp.- En ocasiones ha defendido el excesivo gasto público de nuestros políticos, ¿viven éstos por encima de sus posibilidades y no los ciudadanos?

F.S.W.- Como he dicho, el excesivo gasto público coloca a las Administraciones y a los Estados como servidores y como esclavos de sus acreedores. Eso no se puede admitir, lo puede entender cualquiera. Cualquiera de nosotros entiende que si gana 100, se puede endeudar en 120, pero no se puede endeudar en 3.000. Y si lo hace, sabe que va a ser un esclavo de sus acreedores. Es verdad que el Gobierno y las instituciones públicas no son equiparables a los particulares o a las empresas y pueden tener más capacidad de gasto, pero tampoco pueden ser su contrario absoluto. Yo creo que la combinación entre una austeridad presupuestaria, digamos digna, y las políticas de crecimiento en la línea de lo que he señalado antes, de los grandes proyectos europeos en energía, transporte, investigación, etc., esa es la vía. Pero sin olvidar el control de unos manirrotos que llevan al desastre.