Más de 600 proyectos en España financiados por Noruega, Islandia y Liechtenstein

Ya están en marcha los más de 600 proyectos financiados por Noruega, Islandia y Liechtenstein con 45 millones de euros pertenecientes a los fondos EEA Grants en España. Las ayudas se han destinado a seis áreas: investigación en empresas de energía y medioambiente, becas para estudiantes e investigadores, igualdad de género y conciliación. ONG y cultura.

Un hombre con un destornillador trabaja en una pequeña placa
Noruega, Islandia y Liechtenstein apoyan a los Estados miembros del centro y sur de Europa/ Foto: CE

El objetivo del Mecanismo Financiero del Espacio Económico Europeo (EEA Grants) es la contribución de Noruega, Islandia y Liechtenstein al desarrollo europeo en el marco del acuerdo firmado con la UE por el que comparten el mercado único europeo y también valores y objetivos, como reducir las desigualdades económicas y sociales en Europa y fortalecer la cooperación bilateral.

Entre 2009 y 2014 han concedido 1.800 millones de euros para subvencionar programas en 16 países de Europa Central y del Sur. A España le han correspondido 45 millones de euros repartidos entre más de 600 proyectos que ya están en marcha.

Más de 200 estudiantes españoles están becados en Universidades de Noruega, Islandia y Liechtenstein. Más de 200 empresas españolas del sector de Energía y Medioambiente desarrollan proyectos punteros de investigación en renovables, medio ambiente, eficiencia energética o cambio climático.

Un centenar de prestigiosos científicos españoles investigan junto con colegas nórdicos en campos como la medicina o la biotecnología. Más de 120 ONG se han unido para ampliar 38 de sus proyectos de asistencia a los más desfavorecidos. más de 70 proyectos están dedicados a impulsar el emprendimiento femenino, la promoción de mujeres a puestos de alta dirección o para luchar contra la violencia de género.

La diferencia entre los fondos comunitarios tradicionales y los EEA Grants es, además de que los conceden tres países europeos que no pertenecen a la Unión, el destino de ese dinero. No son para grandes infraestructuras u obras públicas, sino que los destinatarios finales son pequeños proyectos que contribuyen a cambiar la vida de las personas de forma directa, en las áreas específicas en las que se han detectado más carencias.

El objetivo final es reducir la brecha económica pero también contribuir a estrechar relaciones bilaterales y a abrir futuras oportunidades para las empresas y los ciudadanos.