Una guía para aplicar las mejores técnicas disponibles a la fabricación de celulosa y papel

Magrama y ASPAPEL impulsan las mejores tecnologías en el sector papelero. La Guía es un instrumento realizado con la participación de las Comunidades Autónomas que permitirá homogeneizar técnicamente los criterios para conceder, revisar y actualizar las autorizaciones ambientales integradas (AAI) para las plantas de producción de celulosa y papel Los aspectos contemplados en la Guía son la utilización de agua, la eficiencia energética, las emisiones a la atmósfera, los vertidos y la gestión de residuos.

Con la edición conjunta de la Guía para aplicar las conclusiones sobre las mejores técnicas disponibles para la fabricación de celulosa y papel, MAGRAMA Y ASPAPEL, desde la colaboración público-privada, facilitan y promueven la implementación de las mejores técnicas disponibles (MTD) en el sector, mejorando los estándares medioambientales.

La Guía es un instrumento realizado con la participación de las Comunidades Autónomas que permitirá homogeneizar técnicamente los criterios a la hora de conceder, revisar y actualizar las autorizaciones ambientales integradas (AAI) para las plantas de producción de celulosa y papel, de acuerdo con la Decisión de Ejecución de La Comisión de 26 de septiembre de 2014 por la que se establecen las conclusiones sobre las mejores técnicas disponibles (MTD) para este sector.

Cuatro años para la revisión y actualización de las AAI

La aplicación de la Directiva 2014/687/UE, supone el cumplimiento de los niveles de emisión asociados a las mejores técnicas disponibles (NEA-MTD) en un plazo de cuatro años a partir de su entrada en vigor. Llegado este momento, los límites de emisión de las fábricas deberán cumplir con los valores contenidos dentro de los rangos de NEA-MTD.

En función de las características y procesos que tengan lugar en las distintas plantas de producción, los límites de emisión podrán estar referidos a los valores más altos o más bajos de ese rango. Para asegurar la implementación de los nuevos requisitos, las autoridades competentes (las CC AA) deben revisar y actualizar las autorizaciones ambientales integradas (AAI) existentes y adaptarlas a las exigencias de la Decisión de la UE.

Muchas fábricas de celulosa y papel habrán de adecuar sus procesos y medidas de control a la nueva normativa, en particular para cumplir con los límites de emisión basados en los nuevos rangos de NEA-MTD.

La Guía será un instrumento de gran utilidad en este proceso en el que es conveniente que, tanto las autoridades competentes, como los responsables de la industria, apliquen de manera óptima los criterios técnicos del documento BREF de fabricación de pasta y papel, implementando objetivamente las conclusiones de la decisión sobre las mejores técnicas disponibles.

El sector papelero: hacia un nuevo modelo

La industria del papel en España es un sector sólido, con gran capacidad exportadora, que genera empleo estable y de calidad y utiliza materias primas locales. Además desempeña un papel protagonista en la nueva bioeconomía y en la economía circular, como bioindustria que a partir de un recurso renovable (madera cultivada en plantaciones) fabrica productos que se reciclan masivamente.

Todo ello convierte a la industria papelera española en un sector clave para la reindustrialización de nuestro país, que debe poner el foco de modo prioritario en la sostenibilidad medioambiental, social y económica y en un uso eficiente de los recursos (energía, agua y residuos de proceso).

Los aspectos contemplados en la Guía son la utilización de agua, la eficiencia energética, las emisiones a la atmósfera, los vertidos y la gestión de residuos.

Agua y vertidos

Según ASPAPEL, en las fábricas españolas del sector, sólo se consume realmente un 5-10% del total de agua que se usa en la producción de celulosa y papel. Ese porcentaje del 5-10% se evapora en el proceso o se incorpora al producto final y el 90-95% restante se devuelve convenientemente depurado.

El uso de agua en el proceso industrial se ha reducido un 22% desde 2000 en volumen total, para una producción de papel y celulosa que es en la actualidad un 11% mayor que entonces. Y si tomamos como referencia 1990, el uso de agua es hoy un 44% menor, cuando la producción ha crecido un 26% en ese periodo.

Desde 2000 el volumen total y el vertido por tonelada ha disminuido en un 18% para la celulosa y en un 57% para el papel.

Energía y emisiones

Entre todos los sectores industriales españoles, el papelero es el mayor productor y utilizador de energía renovable procedente de la biomasa. La biomasa supone el 32% de los combustibles utilizados y el gas natural el 65%.

Con una potencia instalada en cogeneración de 1.135 MW, el sector papelero produce la energía que consume y ha conseguido desacoplar la evolución de las emisiones tanto de la producción de papel y celulosa como de la generación de electricidad.

Con respecto a los residuos de fabricación, el 77% se valorizan por distintas vías, siendo las principales: valorización energética (27%), uso directo agrícola (24%), compostaje (10%) y uso en otras industrias.