Grecia tiene la palabra

Sin quererlo y con mucho dolor Grecia se ha convertido en la avanzadilla de Europa. Fue el primer país en pedir un rescate exterior, el primero en sufrir sus consecuencias y ahora el primero que puede romper el bipartidismo e intentar una nueva forma de gobierno. Lo malo de ser el primero es convertirse en conejillo de indias en el que se prueban las teorías mal diseñadas.

Alexis Tsipras con los brazos levantados en un mitin
Alexis Tsipras en un mitin en las elecciones europeas/ Foto: CC BY SA 3.0

Ya ha comenzado la campaña electoral que debe culminar el 25 de enero. Los mensajes del miedo no se han hecho esperar, como muestra el lema del partido en el poder, el derechista Nueva Democracia que lidera el primer ministro Antonis Samarás: «Nosotros no jugamos con Grecia».

Por su parte, Alexis Tsipras, del partido de izquierda, Syriza, que va por delante en las encuestas ha comenzado a moderar su discurso, dejando claro que no es favorable a que Grecia salga de la Unión Europea ni del euro y que será responsable si llega al poder. Su objetivo es que Grecia abandone la austeridad y conseguir una quita de la deuda.

Si se pasa en la moderación podría desilusionar a sus electores, aunque de todas formas pondrá en cuestión las políticas que durante mucho tiempo se han llevado a cabo en mucho países de la UE.

El primer ministro de Finlandia, Alexander Stubb, ha dicho en su cuenta de Twitter que ha mantenido «conversaciones telefónicas» con otros mandatarios europeos, entre los que ha estado la canciller alemana Angela Merkel, sobre las elecciones griegas.

La situación que se ha creado con la división de los diputados griegos a la hora de elegir presidente forzando las elecciones anticipadas, ha sido muy bien recibida por partidos emergentes en otros Estados miembros, como Podemos. El secretario general, Pablo Iglesias, ha dicho que «2015 será el año del cambio en España y Europa» , por su parte Jean-Luc Melenchon, líder de la izquierda radical francesa, ha comentado que «Grecia se va a liberar».

Pero hay otras formaciones políticas de carácter muy diferente que ven en el avance de Syriza una posibilidad para ellos. Es el caso de Marine Le Pen, del frente Nacional francés de extrema derecha, quien se ha felicitado de «la victoria del pueblo y de sus representantes contra la oligarquía europea y el sector financiero» o del líder del antieuropeo UKIP, Nigel Farage, para el que «el pueblo griego puede ahora recuperar el control de su democracia».

Lo que está claro es que ha llegado el momento de los partidos pequeños. Según las encuestas Syriza está tres puntos por delante (ha retrocedido) del derechista Nueva Democracia. Ninguno podrá formar gobierno en solitario ni siquiera con los 50 escaños que la Constitución da al partido que consiga más votos.

Uno de los partidos del que podría depender el poder es el centrista To Potami (El Río), de reciente creación, que no se define respecto al rescate. Otro es el PASOK, el partido socialista que ha formado coalición con Nueva Democracia en el Gobierno y que ahora está a un paso de la escisión.

Otros partidos contrarios a la austeridad que podrían tener la llave del gobierno griego son Izquierda democrática e Independientes griegos, aunque el primero podría no obtener el 3 por ciento de los votos necesario para entrar en el Parlamento, pero podría unirse a Syriza antes de las elecciones.

También buscan escaños el de ultraderecha Amanecer Dorado (contrario al rescate también), con el que ningún partido quiere pactar, y el partido comunista KKE que descarta entrar en cualquier coalición.