Ucrania: peligroso diálogo de sordos

Desactivar la tensa situación en Ucrania requiere más que un pacto en Ginebra. En primer lugar que Putin deje de escucharse a sí mismo y preste atención a lo que le dicen Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea. Algo que no parece muy probable.

Putin ante la televisión
Putin habla de Ucrania con los rusos en la televisión

La reunión de este jueves en Ginebra ha estado mediatizada por Putin que hablaba a los rusos desde la televisión dando pasos adelante y hacia atrás en una yenka que no hacía más que añadir poca credibilidad al posible pacto.

Mientras que los ministros de Asuntos Exteriores asistentes a la reunión, incluído el ruso Serguei Lavrov, firmaban el pacto en el que se pide que «Todos los grupos armados ilegales deben ser desarmados, todos los edificios invadidos ilegalmente deben ser devueltos a sus propietarios legítimos, todas las calles, plazas y lugares públicos deben ser liberados». Desde la televisión rusa Vladimir Putin declaraba estar dispuesto a utilizar la fuerza si fuera necesario.

Por su parte Barack Obama, decía a los periodistas desde la Casa Blanca «Pienso que no podemos estar seguros de nada en este momento. Creo que existe la posibilidad, de que la diplomacia tal vez reduzca las tensiones». Y con tan poca fe de los líderes políticos en la diplomacia se desarrollaba la reunión en Ginebra.

El acuerdo al que han llegado señala que «todas las partes deben abstenerse de toda violencia, intimidación o actos de provocación». Condena enérgicamente y rechaza «todas las expresiones de extremismo, el racismo y la intolerancia religiosa, incluyendo el antisemitismo».

Un rabino de la ciudad de Donetsk, ocupada por los prorrusos, denunció que unos desconocidos habían lanzado octavillas ante la sinagoga local convocando a los judíos a inscribirse ante las nuevas autoridades. Acto que tildó de provocador.

El acuerdo señala asimismo que «todos los grupos armados ilegales deben ser desarmados; todos los edificios incautados ilegalmente deben ser devueltos a sus legítimos propietarios; las calles ocupadas ilegalmente, plazas y otros lugares públicos de las ciudades de Ucrania y pueblos deben quedar libres».

Anuncia una amnistía para los manifestantes y ocupantes de dichos lugares y de los poseedores de las armas que hayan sido entregadas, «con excepción de crímenes capitales». Conviene que una misión de la OSCE sobre el terreno cuidará de que se cumpla este acuerdo para el que EE.UU, la UE y Rusia proporcionarán monitores.

En cuanto al proceso constitucional que está anunciado dice que «será incluyente, transparente y responsable. En él se incluirán el establecimiento inmediato de un amplio diálogo nacional, con alcance a todas las regiones de Ucrania y grupos políticos».

Los participantes en la reunión subrayaron la importancia de la estabilidad económica y financiera en Ucrania y su disposición a discutir una ayuda adicional para que se puedan poner en marcha los puntos del acuerdo.

Pero las voces de fuera no dejaron ni un momento de escucharse en la sala de reunión. El primer ministro británico David Cameron acordaba con Obama que intensificarán las sanciones a Rusia y se ha comprometido a dar 1,2 millones de euros adicionales para una misión de vigilancia en Ucrania.

El Parlamento Europeo, reunido en sesión plenaria aprobaba una resolución en la que pedía más sanciones económicas inmediatas de la UE contra Moscú y medidas contra las empresas rusas y sus filiales, especialmente del sector energético, así como contra las inversiones y activos rusos en la UE. Además, los eurodiputados exigen a Moscú que retire inmediatamente su presencia en apoyo a los separatistas violentos ucranianos.

Y Putin recordaba desde la televisión, en un programa de preguntas y respuestas que duró varias horas, que Europa no podría dejar de depender energéticamente de Rusia por más que lo esté intentando. «Vendemos gas a países europeos que tienen cerca de un 30/35 por ciento de su balance de gas cubierto por suministros de Rusia. ¿Pueden dejar de comprar gas ruso? En mi opinión, es imposible». Añadía que «Por supuesto, todos están ocupándose de la diversificación del suministro. Allí, en Europa, están hablando sobre incrementar la independencia del proveedor ruso».

Según estimaciones de Reuters los Estados miembros podrían reducir sus importaciones de Rusia en unos 45.000 millones de metros cúbicos para 2020, una cuarta parte de lo que le compra en la actualdiad.