Israel abandona el plan que segregaba a los palestinos en los autobuses

La decisión de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de segregar los autobuses en la Cisjordania ocupada ha fracasado tras provocar la indignación del parlamento israelí, además del daño político que ha sufrido en el ámbito internacional.

Unos palestinos esperan el autobús en el puesto fronterizo
El puesto de control fronterizo de Azzum Atme, entre Cisjordania e Israel, donde cientos de trabajadores palestinos viajan a Israel cada día en los autobuses israelíes/ Foto: Mel Frykberg/ IPS

Sobre Israel recaían ya las críticas internacionales por la expropiación de tierras y la construcción de asentamientos en Cisjordania, además de otras formas de discriminación dirigidas contra la población palestina.

El nuevo gobierno de extrema derecha de Israel, que asumió el 14 de este mes, también recibe ataques en el frente interno de los partidos de izquierda y las organizaciones israelíes defensoras de los derechos humanos, que lo acusan de dañar la imagen y los valores del país.

Los colonos israelíes en Cisjordania libran una campaña para que los palestinos, en particular aquellos que trabajan en Israel, tengan prohibido el uso de sus autobuses en la ocupada Cisjordania durante más de un año porque, según argumentan, son una amenaza para la seguridad, se niegan a cederles sus asientos a los pasajeros israelíes y manifiestan interés sexual por las mujeres israelíes.

Este mes se autorizó la segregación de los autobuses, pero después de la reacción adversa el plan se descartó. Sin embargo, el ministro de Defensa israelí, Moshe Ya'alon, negó que la segregación y el racismo tuvieran que ver con la prohibición y aseguró que la decisión se basó en necesidades de «seguridad».

Ya'alon no renuncia al plan ya que tiene la intención de instruir a las FDI para que elaboren un nuevo plan que cubra los 13 puntos de cruce de Cisjordania a Israel.

Este hecho se producía al mismo tiempo que la representante de política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, realizaba una visita de 24 horas a Jerusalén y Ramalah, que concluyó el jueves 21, con el fin de impulsar el proceso de paz entre israelíes y palestinos. Mogherini declaró que el bloque europeo quiere tener un papel más destacado en el proceso de paz.

Pero la visita de la representante europea implica la creciente aprobación en la UE para que se ejerza más presión sobre Israel con el fin de detener la expropiación de tierras a los palestinos, destinada a construir más asentamientos ilegales israelíes y ampliar los actuales.

El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí se mostró a la defensiva tras lo que consideró una actitud sesgada por parte de la UE. «La UE no presionará al gobierno israelí para que haga concesión alguna a los palestinos en lo que respecta al proceso de paz», nos dijo una fuente del Ministerio, que insistió en permanecer en el anonimato.

«Si la UE presiona de forma unilateral a Israel, sin ejercer presión alguna sobre los palestinos, la situación será contraproducente ya que permitirá a los palestinos evitar las negociaciones directas con nosotros», añadió. «Las futuras negociaciones de paz tendrán que implicar conversaciones cara a cara entre los palestinos y nosotros. No aceptaremos nada menos», afirmó la fuente.

El viceministro de Relaciones Exteriores, Tzipi Hotovely, citó a un erudito bíblico del medioevo al instruir a los diplomáticos israelíes para que no pidieran disculpas por la ocupación de Israel, afirmando que «toda la tierra (en referencia a Jerusalén oriental y los territorios palestinos) pertenece a Israel».

Como Israel se encuentra arrinconado políticamente, los analistas palestinos e israelíes debaten si la UE presionará al gobierno y si esa presión tendrá alguna consecuencia.

El politólogo Samir Awad, profesor de la Universidad de Birzeit, ubicada cerca de Ramalah, considera que la presión de la UE tendrá éxito, a pesar del extremismo del gobierno israelí.

«La UE es el mayor socio comercial de Israel y la amenaza de sanciones económicas... es un lenguaje que el gobierno israelí entiende mucho más que las amenazas vacías de los estadounidenses, que nunca acompañaron sus críticas... con acción alguna», afirma Awad.

«La presión de la UE sobre Israel también estará impulsada por el hecho de que una serie de países europeos reconocieron oficialmente al estado palestino,y algunos de ellos son críticos con la ocupación y la expropiación de tierras de Israel en Cisjordania», agrega.

Sin embargo, la analista política Benedetta Berti, investigadora del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional , con sede en Tel Aviv, no está convencida de que la UE consiga empujar a Israel a la mesa de negociaciones.

«Si nos fijamos en sus antecedentes, hasta el momento ha habido mucha retórica pero no mucha acción real. Hasta ahora, 16 de los 28 ministros de la UE le han dicho a Mogherini que siga adelante con el etiquetado de los productos que los asentamientos exportan a Europa», que se realiza con el fin de distinguirlos de las exportaciones producidas en territorio israelí propiamente dicho, indica Berti.

«Eso no ha sucedido aún porque tiene que tener la aprobación de 20 de los 28 ministros de la UE para eso y debido a las divisiones en la UE sobre Israel no estoy segura de que vaya a suceder en un futuro próximo».

Mientras tanto, la organización de derechos humanos israelí Yesh Din acusa al gobierno de indiferencia frente a los ataques de los colonos y las fuerzas de seguridad contra los palestinos. «La mayoría de los casos de delitos violentos contra los palestinos no solo quedan impunes, sino que a menudo las autoridades los ignoran completamente. Incluso cuando se abre una investigación penal a soldados acusados ​​de esos delitos, casi siempre fracasa», denuncia Yesh Din.

Aproximadamente el 94 por ciento de las investigaciones penales que comienzan las FDI contra los soldados sospechosos de actividades violentas ilegales contra los palestinos y sus propiedades se cierran sin acusación alguna, señala la organización. En los pocos casos en que se dicta una condena, esta suele ser muy ligera, añade.

«Por otra parte, los palestinos que intentan denunciar los delitos cometidos contra ellos se enfrentan a enormes obstáculos en su camino. La ausencia absoluta de comisarías militares abiertas al público palestino en Cisjordania, por ejemplo, hace que sea literalmente imposible que... presenten quejas directamente a la policía militar», según Yesh Din.