12 reflexiones acerca de los resultados de las elecciones europeas

¿Quién ha ganado y quién ha perdido las elecciones?

Por Analistas Cidob

Las campañas electorales en los 28 Estados Miembro se han centrado principalmente en cuestiones nacionales. De ahí la dificultad de interpretar en clave europea los resultados. Sin embargo, y a pesar de la desafección ciudadana hacia la política en general, la participación ha aumentado ligeramente. Los principales perjudicados han sido los partidos tradicionales que han dominado el Parlamento Europeo – y que dominarán – desde las primeras elecciones.

Elections night
Elections night / Foto: European Parliament

¿Quién ha ganado y quién ha perdido las elecciones?

Por Analistas Cidob

Las campañas electorales en los 28 Estados Miembro se han centrado principalmente en cuestiones nacionales. De ahí la dificultad de interpretar en clave europea los resultados. Sin embargo, y a pesar de la desafección ciudadana hacia la política en general, la participación ha aumentado ligeramente al pasar del 43% en las elecciones de 2009 al 43.09% en las de 2014.

En términos absolutos el Partido Popular Europeo (PPE) de centro-derecha ha sido la fuerza más votada en estas elecciones al Parlamento Europeo con el 29,43% de los votos y 221 escaños; pero es también el que recibe un mayor castigo al perder 53 representantes; aun así, se sitúan por delante de los socialistas que obtuvieron 191, perdiendo 5 eurodiputados en comparación con los obtenidos en las elecciones de 2009 y se quedan con el 25,43% de los votos. El grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos (ALDE) cae hasta la cuarta fuerza con 67 escaños, perdiendo 16 y siendo superados por el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) que se ha convertido en la tercera fuerza del PE con 68 eurodiputados ganando 11 y por delante de Los Verdes. Los ecologistas han perdido 7 escaños y han obtenido 50 eurodiputados.

El grupo de la izquierda GUE/ NGL obtuvo 52, y suma 17 eurodiputados más y superando a Los Verdes como quinta fuerza. Finalmente, EFD pasa de los 31 europarlamentarios que tenía en 2009 a 48, ganando 17 representantes más. Hay que añadir los eurodiputados que no pertenecen a ningún grupo político, que ascienden a 43; y los 11 representantes que son nuevos en la eurocámara. Todo esto en estrecha relación con los siete grupos existentes en el Parlamento desde 2009. La constitución definitiva del hemiciclo está prevista para el 1 de julio y en la actualidad, en el Parlamento es están formando los grupos, por lo que no es seguro que la estructura final quede en los siete grupos actuales.

Los principales perjudicados han sido los partidos tradicionales que han dominado el Parlamento Europeo – y que dominarán – desde las primeras elecciones; especialmente el PPE, que ha perdido 53 escaños pero que siguen siendo la fuerza mayoritaria en la cámara, y ALDE, que ha perdido más de un tercio de sus representantes.

Los resultados son una mezcla difícil de analizar y carecen de una única lectura, ya que la dimensión local de la campaña tiene un papel fundamental. Por ejemplo; en Reino Unido, la inmigración ha sido un tema central en la campaña; como lo ha sido el tema de la seguridad y defensa en los países del este de Europa o la recuperación económica en Italia. De ahí que en la mayoría de los casos, los electores hayan utilizado el voto como instrumento de castigo en contra de los gobiernos. En el caso de España, el fenómeno no es tan claro, el votante parece haber castigado a la oposición.

Además, parece que el fenómeno de los euroescépticos haya ganado fuerza en el conjunto de la Unión. Aunque hay un pequeño incremento a favor de fuerzas euro escépticas y de extrema derecha, la realidad está lejos del desastre proyectado por la prensa. Hay que añadir, además, la irrupción en el Parlamento de más de treinta partidos pequeños y/o nuevos.

Lo que está claro es que a pesar de los esfuerzos por convertir estas elecciones en las más europeas hasta el momento, a pesar de la dimensión europea prevista por los Spitzenkandidaten y el debate popular alimentado por la crisis del euro, los comicios han sido una vez más el resultado de la suma de 28 elecciones nacionales, lo que dificulta el surgimiento de un demos europeo.

El Centro Internacional de Documentación de Barcelona (Cidob) ha realizado un análisis electoral de los principales países en el informe "12 reflexiones acerca de los resultados de las elecciones europeas", que se puede consultar en su web y del que publicamos un extracto.

En España gana la fragmentación

La lectura más común de los resultados en España de las elecciones al Parlamento Europeo es que las dos principales fuerzas políticas, PP y PSOE, han sufrido un importante desgaste en beneficio de fuerzas minoritarias, algunas tradicionales como Izquierda Unida (IU), otras que tienen menos de diez años de existencia como Unión Progreso y Democracia (UPyD), Ciutadans o Equo-Compromís, y otras de muy reciente creación como Podemos, un partido fundado en marzo de 2014 y que ha conseguido cinco escaños. Las dos principales fuerzas políticas han sufrido un fuerte desgaste tras haber gobernado España en un contexto de durísima crisis económica y tras haber salido a la luz escándalos de corrupción que han erosionado la confianza de los españoles con la política y las instituciones.

España es uno de los pocos países en que el partido de gobierno ha sido el vencedor de las elecciones pero perderá peso en el seno del Partido Popular Europeo. Otra lectura alternativa de los resultados indica que los votantes españoles se han decantado por fuerzas de izquierda, e incluso de extrema izquierda. En otras palabras, el voto español ha girado hacia la izquierda pero de forma fragmentada. A diferencia de otros países europeos, el voto de protesta en España no se ha canalizado hacia formaciones euroescépticas de derechas sino hacia movimientos que han reclamado un giro de orientación en materia de política económica y de regeneración democrática.

En España ha habido tres campañas electorales distintas. La tradicional, canalizada en los medios de comunicación convencionales y que ha tenido como protagonista las dos fuerzas políticas mayoritarias que, en clave nacional y europea, se han cruzado críticas sobre sus respectivas políticas económicas y en las que también ha aparecido la cuestión de la corrupción. Otra campaña es la que se ha desarrollado en las redes sociales y en espacios de discusión menos convencionales, en las que las nuevas fuerzas políticas han tenido una mayor relevancia y en la que se ha discutido de forma mucho más intensa el rumbo que ha de tomar la construcción europea. Finalmente, la tercera campaña es la que se ha desarrollado en Cataluña, donde las fuerzas favorables a que se celebre una consulta para decidir la relación entre Cataluña y España llamaron a movilizar el electorado para lanzar una señal a Europa.

Los resultados en Cataluña son significativos. Primero porque se produjo un aumento de más de diez puntos de participación. Segundo, porque Esquerra Republicana de Cataluña, un partido de centro-izquierda claramente favorable a la independencia, ha superado por primera vez al partido de Convergència i Unió (CiU), que actualmente gobierna en Cataluña. Tercero, porque las fuerzas favorables a la celebración de una consulta para decidir el estatus político de Cataluña han tenido unos buenos resultados. Y, finalmente, porque en Cataluña se produce una fragmentación del voto incluso mayor que la que se produce en el resto de España.

En conclusión, tanto la campaña como los resultados en España han sido poco convencionales y aunque el Partido Popular se considera, en tanto que primera fuerza política, vencedor en estas elecciones, ha sido una victoria amarga e incompleta.

Eduard Soler i Lecha

Sorpasso electoral en Cataluña

Las elecciones europeas en Cataluña han supuesto un vuelco en la alternancia política que ha marcado estas casi cuatro décadas de democracia en España. Por primera vez, la formación independentista de centro-izquierda, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ha ganado unas elecciones, superando al partido en el gobierno, los nacionalistas liberales de Convergencia i Unió (CiU), y relegando al Partit Socialista de Catalunya (PSC) a la tercera posición, con una pérdida de 21 puntos respecto a las últimas europeas, siendo la fuerza que ha sufrido un descenso de votos más importante.

Este sorpasso electoral confirma que las fuerzas favorables a la celebración de una consulta para decidir el estatus político de Catalunya han conseguido unos buenos resultados. Aún más si tenemos en cuenta que dos formaciones no independentistas pero que apoyan el derecho a organizar una consulta también han cosechado un aumento considerable de votos, com es el caso de Iniciativa per Catalunya-Esquerra Unida i Alternativa (con un 10% más de votos) y la irrupción del movimiento de izquierdas Podemos, convertido -también en Cataluña- en la gran sorpresa de la noche electoral por la penetración conseguida a través de una campaña amplificada por las redes sociales.

El voto catalán, como el español, también ha dado el mismo giro a la izquierda pero incluso con una fragmentación mayor.

El proceso político que vive Cataluña acabó teniendo además un efecto movilizador y la participación electoral (que en 2009 fue históricamente baja, un 37%) aumentó en más de diez puntos, ya que durante la campaña los partidos favorables a la consulta llamaron a la participación del electorado para enviar una señal de compromiso democrático a la Unión Europea. La vinculación de estos comicios con el debate del futuro político de Cataluña también amortiguó el desgaste electoral que CiU, como formación de gobierno en un período de crisis económica y de recortes de gasto público, hubiera podido tener.

El sistema de circunscripción única que España prevé para las elecciones europeas minimiza los efectos de los resultados catalanes en cuanto a su presencia en la Eurocámara. Sin embargo, son totalmente transcendentes a la hora entender la correlación de fuerzas que deben lidiar en el desencuentro político entre Cataluña y España. Por eso no es un dato menor que el Partido Popular, formación de gobierno en España y ganadora -con una pérdida considerable de votos- de estos comicios europeos, sólo sea la quinta fuerza en Cataluña con menos del 10% de los votos.

Carme Colomina

Alemania: más de lo mismo

Las elecciones europeas en Alemania ofrecen algunas pistas importantes del resultado general de estos comicios, sobretodo en comparación con otros países europeos. El partido pro-europeo de los socialdemócratas alemanes (SPD), cuyo cabeza de lista era Martin Schulz, candidato del grupo socialista a presidir la Comisión Europea, consiguió ganancias substanciales. El SPD ha pasado del mínimo histórico del 20,8% de los votos al 27,3% en estas elecciones. Sus socios de coalición, la conservadora CDU y su hermana bávara CSU retrocedieron un 0,7% y un 1,9% respectivamente. Hay que destacar que la CSU amortiguó su pérdida intentando pescar votos de la derecha populista con temas como los inmigrantes de los nuevos estados miembro de la UE como Rumania y Bulgaria y el supuesto fraude en las ayudas sociales.

Unas elecciones europeas invisibles en Bélgica

El domingo 25 de mayo los ciudadanos y ciudadanas votaron en unas elecciones «europeas». En el caso de Bélgica -donde el voto es obligatorio-, estas elecciones coincidían además con elecciones regionales y federales. Si en la mayoría de países europeos se advertía de que habría lecturas nacionales (o locales) de las tendencias del voto, en el caso de Bélgica no era una posible lectura sino «la» lectura. Por un lado es interesante que, al coincidir las tres elecciones, se pueda realizar una comparación que permite ver que el reparto del voto europeo ha ido muy en paralelo con el voto federal y regional.

En Francia el Frente Nacional capta el descontento de los grandes

En las elecciones europeas, los resultados finales han confirmado claramente la victoria del Frente Nacional (FN) que ha recogido el 24,85% de los votos emitidos, un récord histórico para el partido de la extrema derecha francesa. Al ganar en cinco de las ocho circunscripciones europeas, el partido de Marine Le Pen ha obtenido 24 escaños en el Parlamento Europeo.

Si bien la tasa de participación en Francia aumentó ligeramente en comparación con 2009 (+2%), lo cierto es que casi 6 de cada 10 franceses no fueron a las urnas. Sin embargo, estos resultados envían tres señales fuertes no sólo al Partido Socialista (PS), sino también a la oposición liderada por la Unión por un Movimiento Popular (UMP).

El europeismo se impone en Holanda

Desde 1970, se puede observar un descenso en la tasa de participación en las elecciones europeas: una participación del 61,9% en 1979 en la UE9 comparada con el 43,1% en 2014 en la UE28. La tasa de participación de los Países Bajos siempre ha estado por debajo del nivel de la UE. Este año, han votado el 37% de los holandeses mientras que en 1979 votó el 58,1%.

Holanda fue uno de los primeros en abrir los colegios electorales para las elecciones el 22 de mayo junto con el Reino Unido. Si miramos a los ganadores de estos comicios, los claros vencedores son los Democraten 66 (D66) (15,5%) y los Christen Democratisch Appel (CDA) (15,2%) al obtener más del 30% del total de los votos. Los dos partidos que les siguen son el euroescéptico Partij voor de Vrijheid (PVV) que obtuvo el 13,3% y la formación del primer ministro Mark Rutte, Volkspartij voor Vrijheid en Democratie (VVD) que sacó el 12%. Como resultado, el CDA aporta 5 escaños al Partido Popular Europeo; y el D66 y el PVV aportan 4 escaños cada uno. Los liberales de Rutte a ALDE y los de Geert Wilders, que en la anterior legislatura se sentaban en los no inscritos, negocian con el Frente Nacional francés la creación de un grupo parlamentario propio.

En Italia gana Matteo Renzi

Con el 58% de los votos, las elecciones europeas en Italia registraron una de las participaciones más altas en Europa. La usual coincidencia con las elecciones locales tuvo un impacto en la movilización del electorado. Después de una campaña electoral muy centrada en política nacional, el Partido Democrático de Italia (PD) ganó con el 40.8% de los votos, seguido del Movimiento 5 Estrellas (M5S) con el 21,1%, Forza Italia (16,8%), la Lega Norte (6,2%), el Nuevo Centro Derecha (4,4%), y la lista Tsipras-Spinelli (4%).

Los resultados muestran una clara victoria electoral de los partidos tradicionales (75,9%) contra el anti-establishment M5S. El resultado del PD ha superado las expectativas incluso para el mismo Matteo Renzi. Desde una perspectiva de comunicación política, Renzi fue capaz de distanciarse de la larga lista de escándalos políticos o juicios en los que están envueltos algunos de sus eurodiputados o miembros de su partido (en particular el reciente escándalo de EXPO Milán). El PD se ha beneficiado del estado de reestructuración de los partidos de centroderecha y de una fuerte presencia en los medios de comunicación.

Polonia: un voto apático pero pro europeo

El resultado de las elecciones al Parlamento Europeo en Polonia refleja la tendencia general del voto en Europa central y del este: el dominio de los partidos tradicionales, la ausencia de un euroescepticismo extendido y una participación más baja que en las elecciones nacionales.

El partido en el gobierno (en su segundo mandato) – Plataforma Cívica (PO por sus siglas en polaco)- ganó las elecciones con el 32,13% de los votos, obteniendo 19 de los 51 escaños que tiene Polonia en el Parlamento Europeo. El otro partido de la coalición de gobierno – el Partido Popular Polaco (PSL)- con el 6,8% de los votos ganó 4 escaños. El PO y el PSL obtienen una delegación de 23 eurodiputados que pertenecen al grupo del Partido Popular Europeo (EPP), el grupo que ha logrado más escaños en las elecciones europeas. Mientras que los resultados de los partidos tradicionales eran fáciles de predecir, la entrada en el Parlamento Europeo de los euroescépticos del Congreso de la Nueva Derecha (KNP) fue una sorpresa.

¿Terremoto político en el Reino Unido?

El Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP por sus siglas en inglés) y los laboristas son las formaciones que han obtenido mayores ganancias en el Reino Unido. UKIP ha sido el partido ganador de las elecciones con el 27,5% de los votos (del 16,5% de 2009) y 24 escaños (de los 13 que tenía). El UKIP tiene ahora un eurodiputado en cada región de Inglaterra, Gales y Escocia. Aunque es populista y euroescéptico, al menos el liderazgo del partido no es tan xenófobo como otros partidos de la derecha radical europea, como el Partido por la Libertad (PVV) en los Países Bajos o el Frente Nacional (FN) en Francia. Esto explica porqué Nigel Farage, el carismático líder de UKIP, rechaza unirse a un grupo con el PVV o el FN en el Parlamento Europeo. UKIP consiguió buenos resultados en ciudades más pequeñas y áreas suburbanas. Ha recibido votos de los conservadores pero cada vez más, recibe también votos de los laboristas y de los liberales.

Los conservadores y los liberales, los dos partidos que forman el gobierno en Reino Unido, han sido castigados en las urnas. Los liberales han perdido más que los conservadores, más por su impopularidad a nivel nacional que por nada que tenga que ver con políticas europeas. Este resultado también significa que conocidas figuras en Bruselas como Andrew Duff o Graham Watson no ejercerán como eurodiputados otra vez.

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