3.000 vidas perdidas en el Mediterráneo en lo que va de año

2014 está batiendo un triste récord con 3.000 personas muertas hasta la fecha en el Mediterráneo, frente a más de 600 en todo 2013. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) ha guardado un minuto de silencio cuando se cumple un año del hundimiento del barco en el que viajaban 368 refugiados e inmigrantes de Eritrea frente a la isla italiana de Lampedusa.

Autoridades de Lampedusa y de la UE delante de los ataudes de los inmigrantes muertos
José manuel Barroso y la comisaria Malmström en la capilla ardiente de Lampedusa/ Foto: CE

La presidenta de Pace, Anne Brasseur, se ha preguntado ¿Cuántas vidas más habrá que sacrificar hasta que se ponga fin a esta tragedia vergonzosa?. Las cifras recogidas por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) muestran que este año han llegado por mar a las costas europeas más refugiados e inmigrantes que en los cuatro años anteriores juntos.

«Estas tragedias recurrentes sólo se pueden detener a través de una acción europea coordinada», ha dicho Brasseur, y ha añadido que sería necesario proporcionar un pasillo seguro para los solicitantes de asilo y los refugiados hasta Europa.

Para ello sería necesario una mayor armonización de los procedimientos comunes de asilo y más solidaridad con los países en los que los flujos de inmigrantes son más importantes. La presidenta, ha hecho un llamamiento a los Estados para que apliquen las recomendaciones contenidas en la resolución de PACE de junio de 2014 titulada «El barco ataúd: acción y reacción».

En esa Resolución el Consejo de Europa pide una «tolerancia cero respecto a la pérdida de vidas humanas en el mar», recomienda la adopción de normas comunes vinculantes para las operaciones de búsqueda y rescate, asistencia a los Estados costeros que las realizan y eliminar las medidas que evitan que los barcos privados lleven a cabo rescates.

Anne Brasseur ha animado a los Estados miembros del Consejo de Europa a que aumenten las cuotas de reasentamiento para las personas que necesitan protección internacional y a que adopten un enfoque común en relación a los visados humanitarios.

También ha propuesto la creación de la figura de un nuevo delito internacional, que se podría parecer al de crimen contra la humanidad, «cuando alguien recibe un beneficio económico directo o indirecto por el transporte de personas en una embarcación peligrosa en la que podrían estar expuestas al riesgo de sufrir lesiones o morir en el mar «, ha dicho.