Barcelona, en plena efervescencia en la creación de apps solidarias

Creadores de apps están trabajando en ideas para conectar vivienda disponible con personas necesitadas, dar uso social a los excedentes del comercio, conjugar familia monoparental, maternidad y trabajo, combatir el fracaso escolar y dar herramientas contra la discriminación por cuestiones de género, dentro del Challenge Apps per la Inclusió Social, convocado por el Ayuntamiento de Barcelona y la start­up dotopen.

Creadores de apps están trabajando en ideas para conectar vivienda disponible con personas necesitadas, dar uso social a los excedentes del comercio, conjugar familia monoparental, maternidad y trabajo, combatir el fracaso escolar y dar herramientas contra la discriminación por cuestiones de género, dentro del Challenge Apps per la Inclusió Social, convocado por el Ayuntamiento de Barcelona y la start­up dotopen.

Se trata de una convocatoria abierta a la presentación de ideas para crear aplicaciones hasta el próximo 24 de abril y dirigida a creadores de apps y personas con propuestas para ayudar a solucionar alguno de los cinco retos planteados. Apps para la Inclusión Social proporciona los recursos técnicos y el apoyo de mentores para diseñar apps solidarias con el objetivo de solucionar los cinco problemas, todos ellos agravados por la crisis económica.

La finalidad es que los participantes encuentren respuestas útiles en forma de aplicaciones para mejorar la calidad de vida de muchos ciudadano. En el caso de la educación , en 2011, el 21,8 % de los alumnos de ESO en Cataluña no se graduó y el 26 % decidió no continuar su educación. Este es el segundo índice de deserción escolar más alto de España. Por ello, Apps para la Inclusión Social quiere contribuir a crear apps para motivar a los estudiantes a encontrar el área que les interesen, dárles poder para tomar decisiones informadas sobre su futuro profesional y hacer que recuperen la diversión en el aprendizaje.

El objetivo de dar uso social a los excedentes del comercio quiere evitar que 7,7 millones de toneladas de alimentos en buen estado se tiren todos los años. Esta cifra, de ámbito estatal, supone una media de 163 kg de alimentos por persona. En este sentido, Apps per la Inclusió Social quiere ayudar proporcionar una manera segura y adecuada de redistribuir los alimentos y los bienes excedentes, contribuir a estructurar y organizar el flujo de personas necesitadas y permitir participar a las pequeñas y grandes empresas.

El Challenge también busca apps para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres mediante herramientas didácticas y darles la oportunidad de comunicarse y de encontrar apoyo cuando se encuentren en situaciones de discriminación. Para facilitar la conciliación y ayudar a las familias monoparentales y los cuidadores, se quiere animar a los creadores de apps a proporcionar herramientas para conectar los usuarios entre ellas, permitir que los usuarios puedan ayudar a ellos mismos (crear una red de ayuda entre las personas usuarias) y tener en cuenta la situación y las necesidades especiales de las mujeres, como colectivo más afectado.

En cuanto la vivienda, Apps per la Inclusió Social anima a crear apps para proporcionar un mecanismo seguro para la distribución de espacio de alojamiento disponible y ayudar a satisfacer las necesidades de los propietarios de la vivienda con las capacidades de los solicitantes vivienda.

Para facilitar la participación de desarrolladores o personas con una buena idea para lograr los objetivos, Apps per la Inclusió Social estuvo presente los días 3 y 4 de abril en el HackForGood, un hackathon centrado en la innovación social, para desarrollan nuevas ideas, servicios o aplicaciones para resolver problemas sociales, que tuvo lugar en el Mobile World Centre de Barcelona.