Big Mac, un menú poco olímpico

Cuando faltan pocos días para el inicio de los Juegos Olímpicos de Londres, este viernes 27, las críticas a la ya tradicional asociación de los organizadores con el patrocinador McDonald's se han colado entre los titulares.

Varios corredores acompañan al portador de la antorcha olímpica
La Antorcha olímpica a su paso por la localidad inglesa de Newquayon/ Foto: Bobchin 1941/ CCby2.0

Este año no solo protestan los activistas de la sociedad civil contra el gigante de la comida rápida, sino también dirigentes políticos. «Londres se ganó el derecho a organizar los Juegos de 2012 con la promesa de dejar un legado para niños más sanos y activos», señala Jenny Jones, del Partido Verde, ante la Asamblea de Londres, de 25 miembros y dominada por el Partido Laborista.

«Pero el mismo Comité Olímpico Internacional (COI) que cedió la organización a Londres es el que insiste en mantener los acuerdos de patrocinio con los proveedores de alimentos altamente calóricos que favorecen la amenaza de una epidemia de obesidad», dice Jones, que propone excluir a McDonald's y a Coca-Cola, entre otros, de las empresas patrocinadoras.

La estrategia empresarial de McDonald's significa que la inversión en formación deportiva vaya de la mano de la venta de comida rápida a bajo precio y con muchas calorías. En Gran Bretaña, la compañía ofrece 117.000 dólares a los clubes locales de fútbol. «McDonald's se adelantó a las críticas contra su comida basura hace 30 o 40 años. Todas estas décadas ha estado construyendo una estructura y simpatía para desviar las acusaciones sobre el impacto de sus productos en la salud», dice Sara Deon, de Corporate Accountability International, y subraya que el patrocinio de los Juegos Olímpicos es un ejemplo de esa política.

McDonald's es patrocinador oficial de los Juegos Olímpicos desde 1976. Hace poco, la compañía logró ampliar su contrato con el COI hasta 2020. Cola-Cola también forma parte de los Juegos Olímpicos desde 1926. Según Benjamin Seeley, del COI, la compañía «patrocina más de 250 actividades físicas y programas de educación nutricional en más de 100 países».

Más del 40 por ciento de los ingresos para la organización del acontecimiento mundial dependen de esos acuerdos comerciales, y McDonald's y Coca-Cola son dos de los principales contribuyentes.

McDonald's no respondió a las reiteradas solicitudes de comentarios sobre la calidad de sus productos en relación con las necesidades nutricionales de adultos, niños y niñas, y las críticas contra su promoción en los Juegos Olímpicos.

Médicos y defensores de una buena alimentación también se han mostrado preocupados por que ambas compañías sean patrocinadoras oficiales, en especial en el marco del creciente problema de obesidad que hay en Gran Bretaña.

Activistas de la sociedad civil han planeado boicotear el patrocinio de McDonald's por considerar que no se merece el prestigio de los Juegos Olímpicos por proveer de grasas y azúcares, y por sus manipuladoras iniciativas mercantiles.

Ceci Charles-King, activista por la justicia nutricional, nos dice que le preocupa «el mensaje para niños y adultos. McDonald's es hidrógeno, sal y calorías vacías. Coca-Cola es azúcar, almíbar de maíz rico en fructosa y calorías vacías».

La Academia de Colegios Reales de Medicina ha declarado que el patrocinio del gigante de las hamburguesas difunde un mensaje erróneo en Gran Bretaña, que concentra la mayor cantidad de personas con sobrepeso de Europa. El veintidós por ciento de la población de ese país se considera obesa.

Al buscar los valores nutricionales del menú infantil para niños en el sitio de Internet de McDonald's Estados Unidos solo se encuentra el contenido de calorías, grasas y proteínas, y se omite el de grasas saturadas, sal, vitaminas y azúcares. Es necesario buscar la información en otra sección.

«El alimento sigue teniendo mucha azúcar, grasa y sal. Las llamadas 'opciones saludables' no sirven para la gente que busca alternativas realmente saludables», nos dijo Deon, de Corporate Accountability International. «La fruta y el postre con avena y jalea de arce contienen más gramos de azúcar que un Snickers» (barrita dulce), señala a modo de ejemplo. «Son un poco más que un vehículo para vender productos con manteca y pan: hamburguesas, patatas fritas y gaseosas», añadió.

La inversión de McDonald's en programas para promover la actividad física «no alcanza para el cambio significativo que necesitamos para atender la epidemia de enfermedades derivadas de la dieta, y la compañía debe concentrarse en el asunto central y terminar con el negocio orientado a los niños», según Deon.

El restaurante de McDonald's en la villa olímpica es el mayor del mundo, con una capacidad para 1.500 personas. Se prevé que reciba a unos 14.000 comensales al día durante los Juegos, y que distribuya juguetes temáticos con los menús infantiles.

La directora ejecutiva de McDonald's para el norte de Europa, Jill McDonald, ha declarado que los atletas saben mejor que nadie lo que deben comer.

«El COI se asocia con organizaciones que trabajan de acuerdo a los valores del movimiento olímpico», dice Seeley.

Pero este no es el primer año que se critica a las empresas patrocinadoras de los Juegos Olímpicos. En 2008, defensores de derechos humanos organizaron un boicot para poner fin a la participación de McDonald's y de otras compañías similares.

No solo las compañías que venden alimentos reciben críticas. Dirigentes y atletas indios no participarán en las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos en protesta por el patrocinio de Dow Chemical.

La empresa es propietaria de Union Carbide, cuya filtración de gas en 1984 en la ciudad india de Bhopal, causó la muerte de más de 22.000 personas, y la contaminación del suelo y de las fuentes de agua que llevará muchos años limpiar.