Brasil 2014: Inglaterra y Grecia se asoman al precipicio

Inglaterra se agarra a que Dios salve a su selección en la última jornada después de haberse consumado su segunda derrota, en esta ocasión ante Uruguay (1-2). Luis Suárez firmó un 'doblete' que dejó en nada un gol y un buen partido de Wayne Rooney. Grecia no pasa del empate (0-0) ante Japón y espera el enésimo milagro para superar una fase de grupos. Colombia asegura la primera plaza del grupo C.

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England / Foto: Getty Images

Es probable que la selección española no sea la única europea que regrese a casa antes de tiempo. Inglaterra y Grecia no han podido conseguir la victoria ante Uruguay y Japón, respectivamente, y ven reducidas sus aspiraciones de pasar a los octavos de final del Mundial.

No presentaba ninguna sorpresa el once inicial de Hogdson en su duelo frente a los uruguayos. Rooney, Welbeck, Sturridge y Sterling eran los hombres de ataque de los británicos, tal y como formaron ante Italia el sábado pasado. En la Celeste era novedad la titularidad de Luis Suárez, que comenzó el partido ante Costa Rica en el banquillo. El delantero del Liverpool tuvo la primera del choque a los cinco minutos al lanzar entre los tres palos un saque de esquina que atajaron entre Hart y un defensor.

Rooney y el 'Cebolla' Rodríguez seguirían haciendo del encuentro un espectáculo de alto voltaje. El punta del Manchester United lanzó una falta que escapó por milímetros de la cruceta derecha de Muslera, mientras que el extremo del Atlético mandaría un balón por encima del larguero inglés cuando el cronómetro señalaba los quince minutos. No había un dominador claro en el terreno de juego. Los dos equipos, aun a sabiendas de que una derrota les pondría la continuidad en el torneo muy difícil, luchaban por sumar los tres puntos con valor y gallardía. De nuevo aparecería Rooney cabeceando al travesaño una buena falta sacada por Gerrard, pero sería Suárez el que primero vería puerta. Cavani, en el minuto 39, pone un centro al corazón del área que el Bota de Oro remata con la testa pillando al contrapié a Hart. Antes del fin del primer tiempo, Sturridge puso a prueba a Muslera con un tiro pegadito al palo. Ya estaba perdiendo Inglaterra.

Toma y daca en la segunda parte

Uruguay no quería jugar con fuego y salió tras el descanso a por más goles. Hacer sangre era el objetivo. Suárez intentó otro gol olímpico y Hart volvió a sacar bajo palos. Minutos después era Cavani el que casi bate al meta británico pero su disparo desde muy cerca se marchó muy cruzado. Wayne Rooney lo volvería a intentar con un remate que detuvo Muslera tras un centro desde la izquierda. A un cuarto de hora del final, el '10' aprovechó un certero servicio de Johnson desde el costado diestro para empatar la contienda. Más que caras de satisfacción, lo que reflejaba la visualización de un jugador o hincha europeo era su expresión de alivio, al saberse con nuevas esperanzas.

A partir de la igualada se crecieron los de blanco. Poco después del gol, Sturridge pudo confirmar la remontada con un intento desde unos diez metros que paró Muslera. El reparto de puntos no contentaba ni a unos ni a otros, y el final del encuentro se presentaba muy abierto y entretenido.

Suárez volvió a tomar el timón de su nave y demostró que puede ejercer como capitán de la misma. Marcó su segundo tanto en el 85. Éste sí que terminaría por decidir el enfrentamiento. La jugada es la clásica que representa el estilo más directo posible de juego. Saque larguísimo de Muslera, Cavani peina la pelota para que el '9' celeste tenga una opción franca de disparo que no malgastaría.

Desolación inglesa y desbordamiento de alegría en la masiva representación uruguaya en el Arena Corinthians. La sombra de la eliminación se cierne sobre los insulares. De hecho, una victoria o empate de Costa Rica ante Italia dejaría matemáticamente fuera a los de Hogdson. Uruguay, después de la derrota ante los costarricenses, recupera sensaciones y se acerca a octavos, aunque se jugará el pase ante el siempre peligroso combinado italiano.

Grecia y Japón se complican su futuro

Ambas selecciones partían con la básica necesidad de ganar y asistir al desenlace de la fase de grupos con los mismos puntos que Costa de Marfil. Dispusieron de oportunidades para conseguirlo pero nadie marco ni controló por completo la totalidad del juego.

Grecia, como suele ser habitual en un porcentaje muy alto de sus duelos, no tenía problema en limitarse a tapar huecos y arroparse bien en defensa, entregando la pelota a su rival. Los nipones tratarían de aprovechar esta circunstancia para crear acciones de peligro, pero durante los primeros cuarenta y cinco minutos tan solo disfrutarían de una, un latigazo de Osako que rozó el poste izquierdo de Karnezis.

Muy negra se ponía la situación para los helenos cuando, en el minuto 38, iba a ser expulsado Katsouranis. El '21', con un amarilla en su haber, zancadilleaba a un rival y dejaba a su selección con diez hombres para toda la segunda parte. Para sorpresa de todos, los de Santos no se amilanaron y dispusieron de algún que otro acercamiento aceptable, como el que finalizó Torosidis con un fuerte derechazo que Kawashima mandó a córner o un testarazo ajustado de Gekas al poco de volver de vestuarios.

Aguante griego al asedio final japonés

En el segundo acto accedió Kagawa a escena y los asiáticos ganaron claridad, oxígeno, calidad y toque. Obligaron a los mediterráneos a montar el autobús delante de Karnezis y echar el cerrojazo a su portería. De esta manera llegaron las mejores de los nipones. A destacar, dos muy claras. La primera es de Okubo. El veterano extremo no acertó al despachar alto un esférico cuando media portería se encontraba sin cubrir. En la segunda, la indecisión de Sokratis en el área pequeña le costó un disgusto a varios de sus compatriotas, pero Uchida, que se había incorporado al ataque de forma rapidísima, empaló fuera el Brazuca. Se acababan las opciones y los japoneses de desesperaban por momentos.

Un par de paradas del cancerbero europeo a sendos intentos de Okubo y Endo confirmaba que la contienda había terminado en tablas. Primer punto para dos selecciones que se lo jugarán todo a una carta el próximo partido. Grecia necesita una victoria ante Drogba y compañía y un pinchazo de los de Zaccheroni ante Colombia para estar entre las dieciséis mejores escuadras de la Tierra. A los del Sol naciente únicamente les vale ganar a los americanos y que Grecia gane a los africanos pero no por goleada. Vibrante epílogo, en definitiva, para un grupo C que es, por el nivel de sus integrantes, el más igualado del Mundial.

Colombia ya está en octavos de final

La selección amarilla ganó por 2-1 a Costa de Marfil en el partido que abría un nuevo día en Brasil. En el primer tiempo no se movió el marcador, pero oportunidades para ello no faltaron. La mayoría las tuvieron los cafeteros. La más clara fue obra de Teófilo Gutiérrez, que falló completamente solo delante del portero un envío de James por la izquierda.

Tras el descanso, los de Pekerman no cambiaron el chip y siguieron atosigando a los africanos. En el 59 Cuadrado casi ve puerta con un tiro al palo que desvía ligeramente Boubacar. Era el preludio del 1-0, que se haría realidad a balón parado. James Rodríguez remata un córner de Guardado y hace su segundo gol en el Mundial. Era el minuto 64 y los marfileños disponían todavía de mucho tiempo para, al menos, puntuar. Sin embargo, cinco minutos después un contragolpe nacido con un pérdida de balón en el centro del campo finalizó con Quintero consiguiendo otro tanto que ponía muy cerca la victoria para los colombianos. Gervinho acortó distancias a un cuarto de hora del 90, gracias a su habilidad para superar a dos defensas y poner la pelota lejos de Ospina. Lo intentaron todo los 'Elefantes' pero, al final, no obtuvieron el premio.

Colombia tiene asegurada, con 6 puntos, su presencia en las eliminatorias. Por si fuera poco, lo hará como primera de grupo y se enfrentará en la siguiente fase contra el segundo clasificado del grupo D, que puede ser Italia, Costa Rica, Uruguay o Inglaterra.

Los de Lamouchi se quedan con una victoria y una derrota y les bastará con un empate ante Grecia para asegurar la segunda plaza.