Bruselas hace público el borrador del TTIP en respuesta a las críticas por falta de transparencia

Europa, en un ejercicio estratégico de transparencia, habría pretendido con la publicación del Acuerdo de Libre Comercio e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés) que la Unión Europea quiere firmar con Estados Unidos acallar a un buen número de críticos. Estados miembros, a destacar Alemania, parlamentarios nacionales y europeos, así como organizaciones sociales de toda la Unión reciben con sorpresa la publicación de unos pliegos, que vienen a confirmar la veracidad del borrador filtrado en el verano de 2013.

Las banderas estadounidense y de la Unión Europea entrelazadas
La publicación del TTIP no ha revelado nada que no supieran las organizaciones/ Foto: TTIP

Casualmente, la difusión del texto se ha producido poco antes de la celebración de importantes manifestaciones y antes, también, del encuentro informal entre los responsables europeos de comercio, celebrado este miércoles en Roma.

Europa enciende la luz de la habitación para iluminar al TTIP

El Consejo Europeo ha publicado, el pasado 9 de octubre, el texto que está sirviendo como base para las negociaciones del TTIP entre Estados Unidos y Europa. La decisión, adoptada por el único organismo competente para ello, ha sido tomada por «unanimidad» por el Consejo de la UE y «sin apenas debate», como ha dicho la presidencia italiana de turno de la UE.

La publicación va acorde a las peticiones constantes del Comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, así como de la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O´Reilly, cuya oficina inició este verano una investigación al respecto e incluso instó a la Comisión, el pasado mes de septiembre, a responder a varias preguntas planteadas por el organismo defensor antes del próximo 31 de octubre.

«Estoy especialmente satisfecho de que los Gobiernos europeos hayan elegido hoy [el pasado 9 de octubre] para hacer público el mandato de negociación sobre el TTIP. Además, se pone de manifiesto nuestro compromiso con una mayor transparencia a medida que avanzamos en las negociaciones», fue la reacción a la publicación del Comisario del ramo. Por su parte, O´Reilly, pese a que en un principio entendía que la Comisión no publicara el texto para asegurar la mejor defensa posible de los intereses europeos, ha recibido también con buenos ojos la decisión. «Es un gran día para la transparencia en torno al TTIP. Me complace ver que todos los Estados miembros en el Consejo comparten la opinión de que es importante la publicación de documentos clave, como las directrices para las negociaciones, dado el impacto que el TTIP tendrá en la vida de los ciudadanos», ha señalado.

En el documento, de tan solo 17 páginas, se recogen las líneas generales del que será el futuro tratado transatlántico. Los objetivos, regulaciones, ruptura de barreras, reducción o desaparición de aranceles y distintas disposiciones relativas al acceso mutuo a los mercados, son los principales puntos que vienen recogidos en este documento resultado de las diferentes rondas de negociaciones que Bruselas mantiene con Washington desde hace, aproximadamente, un año.

Por las declaraciones de Karel de Gucht, los motivos de la publicación parecen claros. Más allá de los puntos críticos que denuncian las organizaciones sociales, el secretismo que ha marcado hasta la fecha el proceso y que se estaba convirtiendo en argumento de peso para las organizaciones contrarias al mismo, estaba lastrando el acuerdo. El oscurantismo había llegado a tales extremos que, tal y como ocurrió este verano con el acuerdo CETA entre Europa y Canadá, en junio de 2013 tuvo fugas. Se filtraron varios pliegos a la prensa y las organizaciones sociales los han estado analizando con sumo detalle.

Con la salida a la luz del mismo, el Comisario de Comercio cree que los opositores al acuerdo lo tendrán cada vez más difícil para defender su postura, ya que la principal queja por la falta de transparencia, la da ya por resuelta.

Puntos polémicos

Los tribunales de arbitraje «inversionista-Estado» (ISDS, por sus siglas en inglés) se podrán contemplar si los Estados miembros los aceptan. En este sentido, el ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel (líder del SPD, socio de los democristianos de Angela Merkel), dijo el pasado mes de septiembre en el Bundestag, que se opondría a la firma del acuerdo con Canadá si no se eliminan los polémicos tribunales de arbitraje ISDS del acuerdo correspondiente. Por lo que en este, con Estados Unidos, podrían mantener la misma postura.

También, las organizaciones sociales que forman parte de la plataforma española «No al TTIP», denunciaron, en el manifiesto leído en las marchas celebradas en Madrid el pasado sábado en el marco del «Día de acción europea contra el TTIP», el peligro que supone la presencia de estos tribunales. «Si estos acuerdos salen adelante, las grandes empresas multinacionales tendrán derecho a demandar a los gobiernos ante tribunales de arbitraje privados, que serán independientes de los sistemas legislativos nacionales y europeos».

Otras cuestiones, como la posible laxitud en la regulación medioambiental europea, tampoco gustan a las asociaciones, como Ecologistas en Acción. En una nota enviada a los medios, señala que «las puertas de Europa se abrirían de par en par al fracking si el Tratado Transatlántico de Libre Comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP) entrara en vigor». En este sentido, por parte de la organización, «numerosos actos informativos y reivindicativos han sido programados para llamar la atención contra un método que amenaza con contaminar el aire, los acuíferos y los suelos».

Según esta misma organización, tanto el tratado con Canadá como con EE.UU, permitirán, también, la entrada a Europa de las polémicas arenas bituminosas, lo que «demuestra la desprotección ambiental y el grave impacto en el cambio climático que conllevan estos tratados».

Ecologistas en Acción o Attac España son solo algunos de los ejemplos de las decenas de asociaciones que el pasado 11 de octubre se manifestaron en diversos puntos de España, coincidiendo con la celebración del «Día de acción europea contra el TTIP» así como con la tercera jornada mundial contra el fracking, al que también se sumaron otras 300 ciudades europeas.

Reunión de Roma

Una de las reacciones a la publicación del texto fue la del Secretario de Estado francés de Comercio Exterior, Matthias Fekl, quien el pasado jueves señaló, de cara a la cumbre informal de comercio celebrada este miércoles en Roma, que: «La transparencia de las negociaciones comerciales es una cuestión democrática. Se debe responder a las preguntas planteadas acerca de una negociación de esta magnitud", añadió que a finales de octubre, convocará a la Comisión de Seguimiento Estratégico, junto a los parlamentarios, las ONG, los sindicatos y las asociaciones profesionales para discutir las actuales negociaciones comerciales».

En el encuentro informal al que han asistido, entre otros, el comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht; el representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Michael Froman; el viceministro italiano de Desarrollo Económico, Carlo Calenda; y el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Peter H. Chase. Han destacado que se trata de una «oportunidad única» a nivel económico y comercial para Europa, así como un elemento clave desde el punto de vista geoestratégico al servir como excusa para reforzar la alianza transatlántica, en un momento en el que las relaciones con el vecino ruso no están pasando por su mejor momento.

Sin embargo, reconocen lo «decepcionante» que están siendo los logros alcanzados hasta el momento y que según Emma Marcegaglia, presidenta de la Asociación BusinessEuropa y de Eni, «estos escasos avances pueden dotar de autoridad a los opositores a este tratado».

Que las negociaciones con Estados Unidos están atascadas, en todos los temas, es un secreto a voces. Bruselas tendrá que echar mano de la diplomacia en caso de querer contentar a unos y otros. Washington valoraría la decisión por parte de Europa de reducir las exigencias a la hora revisar la normativa alimenticia y de calidad, así como permitir, sin limitaciones destacadas más allá de las razonables, el ejercicio de los tribunales de arbitraje ISDS.

Por su parte, las organizaciones sociales, se contentarían con todo lo contrario, al considerar que al ceder a las pretensiones norteamericanas podría afectar al bienestar social de Europa.

Bruselas decidirá en cuestión de meses o años.