China estrena el atajo del Ártico para llegar a Europa

Por primera vez un mercante chino se dirige hacia Europa por la ruta del Noreste, bordeando las costas septentrionales de Siberia. Esta ruta que solo es navegable en verano reduce en miles de kilómetros el trayecto aunque indudablemente acelerará el deshielo del Ártico.

Un oso en medio del hielo a medio derretir
En 2020 el tráfico en el Ártico será de unos 50 millones de toneladas al año

El cambio climático acerca China a Europa. Un carguero de la compañía china Cosco salió este jueves del puerto de Dalian, en el noreste de China y llegará a Europa dentro de unos 30 días después de haber hecho una ruta mítica: la del Noreste.

El 25 de agosto pasará por el estrecho de Bering y comenzará la travesía del océano Ártico. Otro agosto de hace 285 años Vitus Bering, un danés alistado en la armada rusa, llevó su barco por primer vez a través del estrecho que lleva su nombre.

El paso del Noreste acorta la ruta entre China y Europa

El tiempo de viaje entre Noruega y China disminuye en unos 18 días para un carguero de tamaño medio con el considerable ahorro de 580 toneladas de combustible. La ruta bordea Siberia y en ese tramo se abre otro suculento negocio porque Rusia impone el alquiler de sus rompehielos, aunque si el viaje se realiza en julio no serían necesarios estos servicios.

La ruta del Ártico es unas 4.000 millas más corta que la que se utiliza habitualmente pasando por el canal de Suez que además impone grandes esperas.

Un 90 por ciento de los intercambios comerciales de China se realiza por mar y gran parte de él tiene lugar con la Unión Europea, su mayor socio comercial.

El cambio climático ha despejado la ruta

En 2009 los científicos comenzaron a predecir que a finales de este siglo el Ártico no sería ya el océano helado que conocemos. Para muchos eso es una catástrofe de efectos dificilmente predecibles, otros no ven más que una enorme oportunidad para el comercio y para la explotación de los recursos naturales que esconde el hielo.

Los que proponen esta ruta hablan de dudosos beneficios medioambientales, si la ruta es más corta las emisiones a la atmósfera serán menores dicen. No mencionan que la Federación de Armadores de Noruega, prevé que para 2020 el tráfico en esa nueva ruta habrá pasado de 1,26 millones de toneladas en 2012 a 50 millones de toneladas.

El cambio climático está abriendo otra ruta naval, la del Noroeste al otro lado del Polo Norte en el lado canadiense. Pero esta ruta no se puede explotar todavía porque carece de infraestructuras.