Con el ingreso en la UE, Croacia vuelve a su casa
Hablamos con Neven Pelicarić, embajador de Croacia

Neven Pelicarić, es uno de los primeros diplomáticos que trabajaron en el exterior cuando su país todavía estaba en guerra. Su primer destino fue la ONU donde trabajó unos 8 años, luego llegó Viena, volvió a su país donde ha sido secretario general para Europa y desde 2008 es embajador en España. Dentro de unos días regresa de nuevo a Zagreb.

Neven Pelicarić, embajador de Croacia
Neven Pelicarić, embajador de Croacia / Foto: eXp

Hablamos con Neven Pelicarić, embajador de Croacia

Neven Pelicarić, es uno de los primeros diplomáticos que trabajaron en el exterior cuando su país todavía estaba en guerra. Su primer destino fue la ONU donde trabajó unos 8 años, luego llegó Viena, volvió a su país donde ha sido secretario general para Europa y desde 2008 es embajador en España. Dentro de unos días regresa de nuevo a Zagreb.

euroXpress.- Y vuelve a un país convertido en el miembro 28 de la Unión Europea. Usted ha seguido casi todo el proceso muy de cerca, porque ha trabajado en el departamento de asuntos políticos de la UE.

Neven Pelicarić.- Primero de todo tengo que decir que solicitar el ingreso es el único acto soberano del país aspirante, porque el resto de pasos, tanto anteriores como posteriores son acordados conjuntamente con la Unión Europea. En 2003, coincidiendo con la presidencia griega, firmamos el acuerdo de estabilización y asociación. Al principio hubo reticencias, diciendo que era demasiado prematuro y además estaban a punto de entrar 10 países del este de Europa. En aquel momento la UE aceptó que éramos un país europeo, que teníamos democracia y estábamos preparados para ser un mercado libre. Nos presentaron 5.445 preguntas para comprobar que reuníamos los requisitos y luego han sido 300 semanas de negociaciones. Pensamos que entraríamos en 2007, luego en 2009, pero al fin ha sido en 2013. Sí, podemos decir que hemos tenido un largo proceso de aproximación a la UE.

eXp.- Bruselas no se fíaba de que hubieran superado los problemas internos tras la guerra de 1991.

N. P.- Sobre Croacia pesaba la acusación de que no colaborábamos con la justicia y de que no habíamos entregado a un general. Aseguraban que sabíamos su paradero, pero eso no era cierto. De hecho se comprobó que Ante Gotovina no estaba en Croacia, porque fue descubierto en un país de la UE, y con una identidad falsa. La Comisión tardó tiempo en darse cuenta de que decíamos la verdad. No solo eso, sino que en noviembre del año pasado fue absuelto por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. Eso es muy importante para nosotros, porque ha quedado demostrado que en Croacia no hubo criminales de guerra y los que hubo, los juzgamos nosotros en nuestro país. Algunos todavía están cumpliendo condena.

eXp.- Diez años después de la petición de ingreso, ¿cómo ven los croatas la nueva situación?

N. P.- Para nosotros esto supone una vuelta a casa, porque Croacia siempre ha formado parte de la cultura, de la historia de la Europa occidental. Es importante mantener la ilusión y creo que a los ciudadanos croatas les gusta que por fin entremos en la UE. La gente tiene sus prioridades. Quieren vivir mejor. Es cierto que la situación en la UE es complicada con la crisis, pero aun así, mantiene el mejor nivel de vida de todo el mundo. Y nosotros nos sumamos a este grupo, tenemos una silla en la mesa, eso supone mucho para nosotros.

eXp.- ¿Pero, con la que está cayendo en Europa, siguen estando ilusionados?

N. P.- Nosotros empezamos hace 13 años y nunca podíamos imaginar la situación económica y social en el momento de entrar. Tengo una parábola, y es que la UE es una casa con 27 habitaciones y ahora han construido una pequeña habitación para nosotros. El techo actualmente gotea y todos juntos, poniéndonos manos a la obra, tapamos la gotera, pero no hay que olvidar que fuera sigue lloviendo.

eXp.- En este tiempo, ¿cómo ha cambiado la sociedad croata?

N. P.- Han cambiado muchas cosas. Llevamos 12 o 13 años modernizándonos. Todos hemos cambiado. La verdadera ilusión de la UE era en 1991, empezaba la guerra y la población pensaba «estamos siendo atacados, no van a permitir esto» y pensamos que podríamos entrar en 1993. Pero eso no era posible. Todos los que han entrado han necesitado más tiempo, porque hay que hacer un cambio para aproximarse a las normas de la UE. Esta aproximación. en pequeños detalles, que exigía la UE no era posible planteárselas en aquel momento. Ahora tenemos una sociedad mejor, un sistema legal mejor, y ves que no eran solo los deberes que teníamos que hacer para entrar, sino que teníamos que cambiar nosotros, hacer una sociedad mejor, más justa, más igualitaria. Era necesario dar un salto adelante.

eXp.- Todo un reto

N. P.- Sí, también es un reto, porque Croacia es un país pequeño, con 4.300.000 habitantes, una población similar a Madrid capital. Las capacidades administrativas para manejar todos los procesos de Bruselas, eso sí es un reto administrativo, económico y judicial, principalmente. Pero no tengo ninguna duda de que nos hemos adaptado, porque llevamos un año y medio y ya sabemos hacer muchas cosas.

eXp.- También han tenido que adaptar sus leyes ¿no?

N. P.- Nos hemos adaptado en muchas cosas, pero otras van a llevar mucho tiempo, como es la gestión de residuos, de aguas. La normativa es muy difícil, pero eso no cambia la vida del ciudadano medio. Tenemos un país ordenado, donde rige la justicia, una completa garantía de derechos humanos, garantía de seguridad jurídica para los empresarios, de seguridad nacional.... La seguridad es muy importante porque estamos en una zona semiestable, aunque Croacia si es estable, y casi seguro, que esa seguridad se extenderá al resto de países de nuestro entorno.

eXp.- Croacia, aporta también una frontera complicada. Son ustedes la puerta de entrada hacia los Balcanes

N. P.- No hay un país en la UE que tenga más interés estratégico que Croacia, para que todos los países balcánicos puedan ser miembros de la UE. Si nuestros vecinos están mal, tienen inseguridad, tienen problemas de desarrollo, son políticamente inestables, al primero que le afecta es a nosotros. Además Croacia ha sido históricamente un país limítrofe de la frontera de Europa y ahora lo volvemos a ser. Nos convertimos en la frontera sur con 1.500 kilómetros que hay que vigilar. Una frontera terrestre complicada, montañosa, con ríos, y una frontera azul en el Adriático. Nuestra idea es entrar en Schengen en 3 o 4 años.

eXp.- Su entrada también va a provocar cambios en la Unión Europea

N. P.- La UE cambia muy poco, pero cambia. Llega un país nuevo, en posguerra, el único que de verdad ha tenido una guerra, un país que tiene su conocimiento de los países balcánicos o como nosotros los llamamos del sureste europeo, y creo que la UE desde el punto de vista político, de defensa, de seguridad se puede aprovechar de esto. Llega un pueblo nuevo, un idioma, una cultura particular con un importante patrimonio de la humanidad, 14 bienes inmateriales, el mayor de la Unesco en Europa, a lo que hay que añadir 7 bienes materiales. Llega un país que aporta 1.244 islas. Eso significa un pequeño cambio en la UE. Además en los próximos meses la UE hará una campaña entre los ciudadanos para explicar quiénes somos y para que nos conozcan mejor.

eXp.- ¿Cree que el ingreso de Croacia va a equilibrar la balanza hacia el Mediterráneo?

N. P.- Va a suponer un cambio en el centro de gravedad hacia el sur. Croacia es el último país de cultura mediterránea que entra en la UE, el último país católico. Nosotros además tenemos una cultura de mezcla, porque históricamente tenemos toda la herencia romana, la grecorromana, la herencia mediterránea y hemos tenido mucha relación con los otomanos. Además hay un movimiento muy reivindicativo de nuestra identidad mediterránea. Pero también hemos tenido muchas influencias y relaciones con Centroeuropa, con Alemania, Austria, República Checa, Eslovaquia. Muchas personas han estudiado en esos países.

eXp.- Croacia va a recibir muchas ayudas económicas para modernizar el país. ¿Están preparados para evitar una «burbuja económica»?

N. P.- Ahora, los países europeos tienen miedo y dicen «llega un país con problemas económicos», pero no tenemos problemas financieros porque el sector bancario está saneado. También tenemos una economía muy «eurizada». Vamos a tener la posibilidad de recibir unos 10.000 millones en los próximos siete años. Este año podemos captar 375 millones de euros, porque hay que hace proyectos, cofinanciarlos y defenderlos muy bien. Pero nuestra idea no es entrar para que nos ayuden a financiar carreteras o infraestructuras. En los últimos 12 años hemos construido unos 1.000 kilómetros de autopistas de muy buena calidad que ha ayudado a desarrollar muchas ciudades y pueblos. Además estas ayudas deben ser controladas.

eXp.- Usted dice que ha aprendido mucho de cómo se han hecho las cosas en España

N. P.- España es un ejemplo a seguir sobre la manera de captar el dinero. Durante los años que lleva en la UE se ve que ha entrado dinero europeo. Actualmente la única comunidad autónoma incluida en el objetivo 1 es Extremadura. En este tiempo hemos hecho visitas institucionales para ver como se manejan los fondos, como se capta el dinero. España en conjunto, supone un ejemplo en cosas que hacer y cosas que evitar.

eXp.- ¿Y ustedes pueden ser ejemplo para otros?

N. P.- Podemos serlo, por ejemplo, para los países del sureste europeo. Hay que tener en cuenta que el proceso de ingreso ha cambiado mucho en los últimos cinco o seis años, que Croacia tiene ahora la única experiencia de ingreso en esas condiciones, y conoce todo el proceso. El Ministerio de Exteriores y de Asuntos Europeos ha creado un centro de excelencia, donde explicamos nuestra experiencia en las negociaciones, las cosas que hemos aprendido (por error o por éxito), eso se lo podemos ofrecer a los otros países que quieren entrar. Es muy importante que la entrada de todos en la UE sea una meta accesible y que se hagan pequeños pasos en todos los países, cada uno según sus posibilidades, con su velocidad individual, pero que todos puedan hacer un paso adelante. Es muy importante que Europa siga ayudándoles para que puedan avanzar hacia el ingreso.

eXp.- Lleva cuatro años y medio en España y este verano deja la embajada para volver a su país. ¿qué conocen los croatas de los españoles y los españoles de Croacia?

N. P.- Me voy con lágrimas, porque he estado muy a gusto en España y he aprendido muchas cosas. Tanto de las relaciones de ambos países a lo largo de la historia como de la situación actual. Por ejemplo hemos compartido el reinado de Carlos V, luchamos juntos en las batalla de Lepanto, en la campaña de Portugal o formando parte de la Armada invencible. Croacia es una provincia del imperio romano, como lo fue España. En el siglo XV, la República de Dubrovnik -una potencia económica en el Mediterráneo- abrió su primer consulado en Barcelona y entre los siglos XV y XVIII hubo 18 consulados en España.

Creo que los españoles conocen bastante bien Croacia. Antes conocían a nuestros deportistas. Petrovic, Suker, Prosinescki, Ivano Balic. Y creo que los primeros embajadores de Croacia en España fueron los miembros de las fuerzas armadas. La misión KFOR en Bosnia o en la antigua Yugoslavia suponía para ellos superar el aislamiento internacional. Se quedaron 18 años en Bosnia, y durante ese tiempo 45.000 militares pasaron por Croacia. Salían de allí en avión o por tierra y cuando volvían a España, hablaban de la gente, de la cultura, del patrimonio. Es muy difícil encontrar un general, un almirante, un coronel, que en algún momento de su carrera no haya estado destinado en Bosnia o Croacia. Ahora llegan los turistas. Unos 200.000 españoles el año pasado, que no buscan playa, y se interesan por nuestras ciudades, por Zagreb, por Dubrovnik, por Split, -desde donde salen los ferris hacia las islas croatas- por la naturaleza. Hay conexiones desde muchos aeropuertos españoles y en 2012 durante la temporada de verano llegamos a tener unos 30 vuelos semanales directos. Yo pienso que sí, que nos conocen bastante más de lo que creen.