«Dumping» salarial en Suiza

Dice una página en Internet sobre Suiza que no sólo tiene uno de los mayores niveles de vida en comparación con otros países de la Unión Europea, sino que también tiene los salarios más altos. En todas partes cuecen habas, que dice el refrán español, las empresas constructoras subcontratan a otras y estas van bajando los salarios de los trabajadores que finalmente ganan menos de la tercera parte del sueldo estipulado en el convenio. El nivel de vida no baja.

Edificio del Centro de Congresos
Centro de Congresos de Messe Basel (Suiza)/ Foto: MCH Group.com

BERNA, (IPS)- El parlamento de Suiza ha decidido ocuparse del problema del abuso salarial en el sector de la construcción. Con la puesta en marcha de la cadena de responsabilidad, las compañías constructoras adjudicatarias pronto serán responsables de las violaciones a los convenios laborales de las empresas que subcontratan.

Ocho euros por hora en vez de los 27,5 que fija el convenio colectivo es lo que declararon ganar algunos técnicos de la compañía eslovena que trabaja en Messe Basel, un centro de exposiciones donde se está construyendo un nuevo recinto con un presupuesto de unos 360 millones de euros.

El tiempo apremia y las demoras se consideran una catástrofe. Día y noche trabajan unas 1.000 personas en la obra, cuya inauguración está prevista para abril, cuando Messe Basel reciba a la «Baselword», la mayor muestra mundial de relojes y joyas.

Los técnicos eslovenos que trabajan en la fachada son el último eslabón de una cadena de varias empresas subcontratadas. La suiza HRS Real Estate tiene asignada esta parte de la construcción, pero se quita de encima la responsabilidad por los bajos salarios arguyendo que no puede hacerse cargo del comportamiento de terceras empresas.

MCH Messe Basel, la compañía a la que se adjudicó la obra, atribuye la responsabilidad a HRS como su principal empresa contratista. Los distintos actores se han ido pasando la pelota y hay varios perjudicados. Los trabajadores no ganan lo que corresponde, otros empleados que respetan las normas sienten la presión sobre sus salarios y las empresas que operan adecuadamente se ven confrontadas con la competencia desleal.

En Suiza, este fenómeno se conoce como «dumping salarial». Los sindicatos denuncian que el problema ha aumentado de forma drástica en los últimos años tras la apertura del mercado laboral suizo a ciudadanos de la Unión Europea (UE), que comenzó en 2002 con la entrada en vigor del Acuerdo para el Libre Movimiento de Personas.

El convenio permite que ciudadanos de la UE residan y trabajen en Suiza, que no pertenece al bloque. Los empleados y autónomos que trabajan en este país no necesitan permiso laboral por menos de 90 días pero tienen que registrarse ante las autoridades cantonales. La inmigración está en alza desde 2002.

El gobierno puso en marcha en 2004 «medidas de acompañamiento» para proteger a los empleados de las violaciones de los convenios laborales y salariales. Entre ellas controles del mercado laboral e in situ de las condiciones de trabajo. Pero quedan muchos vacíos legales. El parlamento ha tomado medidas enérgicas contra falsos trabajadores independientes. Pero para los sindicatos eso no es suficiente, pues el problema del dumping salarial persiste.

El ministro de Asuntos Económicos, el exempresario Johann Schneuider-Amman, reconoce que el problema es cada vez mayor. «Las intervenciones sobre los principios liberales del libre mercado laboral solo están permitidas en casos de enorme mala práctica», señala. «Por desgracia, este es el caso».

Los sindicatos suizos reclaman leyes que responsabilicen a la compañía constructora adjudicataria de la conducta dolosa de las empresas subcontratadas, la llamada «cadena de responsabilidades». Las compañías constructoras solo quedarán exoneradas de responsabilidad si pueden demostrar que se aseguraron de que las empresas subcontratadas acataran la ley.

El lobby neoliberal junto con la Asociación de Empresarios Suizos lanzó una contrapropuesta mucho más laxa. Quieren que las compañías constructoras adjudicatarias queden exoneradas de toda responsabilidad legal si las empresas que subcontratan firman un documento por el que se comprometen a respetar las condiciones laborales y salariales suizas.

El Consejo de los Estados (cámara alta de la Asamblea Federal legislativa) de Suiza adoptó la cadena de responsabilidad el pasado verano. Luego fue el turno del Consejo Nacional (cámara baja). En el debate, los defensores de la cadena de responsabilidad no solo contaron con el apoyo del Consejo Federal, el órgano ejecutivo, sino de varios empresarios.

Uno de ellos fue Hans Grunder, representante en Berna del Partido Burgués Democrático, quien explicó que la calidad, y no los precios, se ha vuelto el criterio más importante en los procedimientos de licitación. «Por ello, la subcontratación suele terminar en manos de empresas extranjeras, que deja a las nuestras en una situación de competencia desventajosa», apuntó.

Grunder cuenta con el apoyo de Alec von Graffenried, del Partido Verde, que trabaja para una gran compañía constructora. Von Graffenried dice que dado que las constructoras ya son responsables de los precios, los cronogramas, la calidad, la seguridad y la protección ambiental, es lógico que también se hagan cargo de la conducta de las empresas subcontratadas.

Corrado Pardini, socialdemócrata y sindicalista, dice que el fortalecimiento de los instrumentos contra el dumping salarial asegurará el apoyo público al libre movimiento y residencia de ciudadanos de la UE, crucial para la prosperidad económica de Suiza. «Los continuos abusos de las condiciones laborales y salariales aumentarán la xenofobia», alerta.

La derechista Unión Democrática del Centro ha vuelto a jugar un papel ambivalente. Sus representantes rechazan la cadena de responsabilidad. Su estrategia es muy conocida, la indignación popular contra los trabajadores extranjeros es exactamente lo que el partido quiere para concentrar apoyo para su política populista y su última iniciativa «Basta de inmigración masiva».

Finalmente, el Consejo Nacional adoptó la cadena de responsabilidad, con el aplauso de los sindicalistas. Nico Lutz, responsable del sector de la construcción en Unia, el mayor sindicato interprofesional de Suiza, ha dicho que se beneficiarán tanto las empresas como los trabajadores. «Pero es importante que la cadena de responsabilidad no se diluya en la práctica», apuntó.

Sus contrapartes de la Asociación de Constructores Suizos (SBV, por sus siglas en inglés) esperan que no conlleve mucha burocracia y prometieron tener un papel constructivo en el proceso de implementación, pese a que dudan de la factibilidad de la cadena de responsabilidad. «No queda claro cómo harán las grandes empresas para verificar la liquidación salarial de los subcontratos de las empresas que contratan», dijo el oficial de medios de SBV, Matthias Engel.

También cree que la cadena de responsabilidad puede derivar en un menor respeto de la ley porque saben que por cualquier violación de un convenio la empresa constructora adjudicada será la responsable.

Lutz, el dirigente de Unia, dice que deben agravarse las sanciones y que en caso de encontrarse pruebas bien sustentadas de dumping salarial, se debe parar la obra. Para los técnicos eslovenos, esta historia puede tener un final feliz. Para mejorar su imagen y evitar demoras en la construcción, MCH Messe Bassel y HRS prometieron a últimos de 2012 que intervendrán en el tema de los salarios.