El conflicto del gas entre Rusia y Ucrania exaspera a Bulgaria, Eslovaquia y Moldavia

Un año más vuelve la polémica entre el suministro de gas entre Rusia y Ucrania. Rusia acusa a Ucrania de robar gas, esta lo niega y corta toda relación comercial con Moscú respecto a este tema. Esta disputa salpica a diferentes países europeos.

Gasoducto
Vuelve la guerra del gas entre Rusia y Ucrania

Vuelve el frío y vuelven, un año más, las disputas entre Rusia y Ucrania. ¿La causa? La polémica sobre el tránsito de gas que mantienen desde hace tiempo estos países del noreste de Europa. Y en medio de esta disputa, varios países consumidores de este gas que se ven perjudicados ante la batalla que mantienen Moscú y Kiev y, que parece, no tiene visos de solucionarse.

Los jefes de Gobierno de Bulgaria, Eslovaquia y Moldavia han alertado a Vladimir Putin de los problemas que sus países, salpicados por esta enemistad, empiezan a tener con la llegada de gas un año más. Y eso que las temperaturas aún no han bajado todo lo que se prevé. Sergei Stanishev (Bulgaria), Robert Fico (Eslovaquia) y Iurie Leancă (Moldavia) se reunieron de urgencia con su homólogo ruso en la residencia privada de éste para tratar el tema y animar a que se solucionen los problemas de confianza con su vecina, Ucrania.

Según palabras del Primer Ministro búlgaro, la disputa entre Rusia y Ucrania «no tiene que convertir en rehenes a terceros países». Sin embargo, Putin se mantiene en sus trece y es quien acusa a Ucrania en este conflicto bilateral de tomar a los «consumidores europeos como rehenes y no Rusia». Y pide a la Comisión Europea que interceda ante la postura «egoísta» de Ucrania. «La Comisión podría ejercer más influencia en el país de tránsito con el objeto de garantizar los intereses de los miembros de la Unión Europea», ha manifestado el mandamás ruso al medio de comunicación Interfax.

El Primer Ministro de Moldavia ha animado a ambos países a limar asperezas y ha declarado que «no entiende porque tienen que pasar frío los moldavos cuando hay contratos vigentes de suministro de gas», que parecen no cumplirse.

La situación viene de lejos. A principios de año, el 7 de enero pasado y con la aprobación del Gobierno ruso, el consorcio de empresas Gazprom cortó totalmente el trasiego de gas a Europa a través de Ucrania a la que acusa de no haber pagado la totalidad de las entregas del combustible. El conflicto se ha exacerbado por la próxima firma de Ucrania del acuerdo de libre comercio con la UE.

El consorcio ruso ha denunciado que Ucrania mantiene el bloqueo a los suministros de gas, después de que Naftogaz, empresa que controla el gas y el petróleo ucraniano, se negara a recibir 98,8 millones de metros cúbicos de gas a través de la estación de Sudzha con destino a Moldavia, Eslovaquia y los Balcanes. Además denuncian que Ucrania es incapaz de devolver el llamado «gas sustraído» sin autorización del sistema de gasoductos ni de reanudar el tránsito.

La reducción de las importaciones de gas ruso por parte de Ucrania comenzó a principios de noviembre. Una vez recibido todo el suministro para octubre (3.200 millones de metros cúbicos), la semana pasada redujo dos veces la tasa diaria de inyección de gas. Finalmente, el pasado 8 de noviembre, la inyección se detuvo por completo. El conflicto continuará.