El empoderamiento de las mujeres, todo un desafío

Hablamos con Lakshmi Puri, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres

Unos 125 países penalizan actualmente la violencia doméstica, un gran avance respecto de hace una década. Sin embargo, 603 millones de mujeres viven en países donde esta práctica no es delito, y siete de cada 10 sufren agresiones físicas y sexuales, o ambas. Una de las organizaciones dedicadas a proteger a la población femenina mundial desde hace dos años es ONU Mujeres, hablamos con la directora ejecutiva adjunta de la organización, Lakshmi Puri, sobre los logros, desafíos y futuro de la agencia.

Lakshmi Puri
Lakshmi Puri, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres/ Foto: Ryan Brown/ ONU Mujeres

«ONU Mujeres es hoy una organización coherente y unificada que ha logrado resultados concretos que van desde elevar la voz femenina en la toma de decisiones a escala comunitaria hasta impulsar e influir en los procesos nacionales e internacionales de planificación», dice Puri. Pero, como indican las estadísticas, queda mucho por hacer para que las mujeres puedan gozar plenamente de sus derechos.

ONU Mujeres cumple dos años en enero. ¿Cuáles son los aspectos más destacados desde su creación?

Lakshmi Puri: La agencia ha puesto mucho énfasis en el aumento de la participación de las mujeres en política. Ellas deben opinar en la toma de decisiones que afectan a sus vidas y las de sus comunidades.

Nuestros esfuerzos en 14 naciones han contribuido de forma directa al aumento de la cantidad de mujeres en cargos electivos en cinco de ellas. Y en un año, el número de países que tienen por lo menos un 30 por ciento de legisladoras ha aumentado de 27 a 33.

También alentamos la representación femenina a escala local. En India, por ejemplo, ONU Mujeres capacita a 65.000 mujeres elegidas en consejos de aldea para transformarlas en dirigentes más efectivas.

Para mejorar la participación femenina en la construcción de la paz y en la recuperación posconflicto, ONU Mujeres ha logrado un acuerdo para destinar por lo menos el 15 por ciento de los fondos de las misiones de paz a programas de igualdad de género.

Otra área clave de trabajo de la agencia es el empoderamiento económico. La seguridad económica les da independencia para tomar decisiones informadas sobre ellas mismas y sus familias. Nuestras intervenciones tratan de mejorar la capacidad de los gobiernos para impulsar el acceso de las mujeres a valores, mercados, servicios y trabajo decente.

Poner fin a la violencia contra las mujeres sigue siendo la mayor prioridad. Es un flagelo de proporciones pandémicas, que afecta al 70 por ciento de las mujeres y las niñas. ONU Mujeres trabaja en 85 países, primero para evitarla y luego para terminar con la impunidad y ampliar los servicios esenciales para las supervivientes.

La igualdad de género y el empoderamiento femenino son desafíos universales y requieren la acción de todos. Sabemos que nos queda un largo trecho por delante, pero vamos por buen camino. Trabajamos en todos los países para llevar adelante nuestro mandato universal y hacemos avances constantes.

¿Cuáles son los mayores desafíos para la agencia, y para las mujeres en general, para el año próximo y los siguientes?

LP: Quedan muchas brechas obvias en la protección de los derechos humanos de las mujeres y en la mejora legítima de su papel en el desarrollo, la paz y la seguridad. En 2012, nuestras prioridades fueron renovar el impulso al empoderamiento económico y la participación política.

En los próximos meses, nos concentraremos en poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. En marzo, el tema de la Comisión sobre el Estatus de las Mujeres será atender este problema. Hay grandes expectativas de que los gobiernos fortalezcan los marcos internacionales para ese fin.

En ese contexto, ONU Mujeres lanzó COMMIT, una iniciativa que impulsa a los gobiernos a implementar acuerdos internacionales para poner fin a la violencia contra las mujeres y comprometerse a nuevas medidas concretas para lograrlo.

Otro desafío es la búsqueda de fondos. Las mujeres siguen siendo la mayoría de las personas pobres. Sufren el impacto directo e indirecto de la crisis económica y financiera, al igual que ONU Mujeres y otras organizaciones femeninas del mundo. Necesitamos que los donantes prioricen la igualdad de género y el empoderamiento femenino.

Además de ser lo correcto, es lo más inteligente que se puede hacer, pues la evidencia muestra que invertir en el empoderamiento de las mujeres tiene un impacto exponencial en el desarrollo social y económico.

A medida que economías emergentes como los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) aumentan su influencia política y económica, ¿en qué medida los derechos femeninos acompañan al desarrollo?

LP: Algunos países han mostrado un profundo compromiso con la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, y han adoptado medidas y políticas especiales para rectificar la pobreza profundamente arraigada, las costumbres, tendencias culturales y tradicionales y los estereotipos de género.

Pero hemos visto que el crecimiento económico no se traduce necesariamente en una mayor igualdad de género. En los países de medianos ingresos, incluidos los del BRIC, quedan muchas personas pobres. Una mayoría desproporcionadamente grande de ellas son mujeres. Por ello, los gobiernos siguen atendiendo este asunto de forma activa.

¿Cuáles son sus expectativas para lograr una perspectiva de género integral para el marco de desarrollo posterior a 2015 y para los objetivos de desarrollo sostenible que se están negociando?

LP: Necesitamos una agenda de desarrollo verdaderamente transformadora que pueda ser motor de cambio en temas sistemáticos y causas estructurales de discriminación, como las desiguales relaciones de poder, la exclusión social y las múltiples formas que hay de discriminación.

El marco de desarrollo deberá concentrarse en los derechos de las mujeres, en la eliminación de la violencia de género, en la promoción del derecho a la salud sexual y reproductiva, en el acceso a la infraestructura esencial y a los servicios y en el empoderamiento económico y político, todo en un contexto más amplio de erradicación de la pobreza.

También debe reconocer que la desigualdad de género es la madre de las desigualdades. Todavía no se sabe qué formato tendrá el marco de desarrollo después de 2015 pero, en cualquier caso, ONU Mujeres aboga por un mayor hincapié en la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Si queremos dar vuelta a la página en términos de un modelo y marco de desarrollo más sostenible, equitativo y centrado en la gente, debemos empoderar y aprovechar plenamente el talento y el potencial de la mitad de la humanidad.