El Tribunal de Estrasburgo no quiere morir de «éxito»

Sólo siete países del Consejo de Europa, han firmado hoy el nuevo protocolo del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que intenta agilizar los procesos judiciales en uno de los máximos tribunales de Justícia europeos: la Corte de Justícia de Estrasburgo. Para su entrada en funcionamiento es necesaria la firma de al menos 10 Estados.

Sala del Tribunal de Estrasburgo
Sala del Tribunal de Estrasburgo / Foto: Wikipedia

Sólo siete países del Consejo de Europa, han firmado hoy el nuevo protocolo del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que intenta agilizar los procesos judiciales en uno de los máximos tribunales de Justícia europeos: la Corte de Justícia de Estrasburgo. Para su entrada en funcionamiento es necesaria la firma de al menos 10 Estados.

En 2008, la Gran Sala del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, condenaba a Francia por discriminar a una lesbiana al frenar su petición de adopción de un niño. Fue considerada una sentencia histórica. Una decisión polémica fue la de 2009 cuando sentenció que el gobierno italiano no infringía la ley al mentener los crucifijos en las escuelas públicas. Más polémica fue su decisión de no aceptar a trámite las peticiones de familiares de víctimas del franquismo que consideraban que sufrían «denegación de justicia» por parte de los tribunales españoles ante los continuados recursos presentados. Hace unos meses preguntaba al gobierno español «qué medidas concretas pondría para garantizar el realojamiento de una mujer deshauciada y en mayo daba un giro radical a su jurisprudencia anterior y sentenciaba a favor del derecho a morir con dignidad.

Estrasburgo ha conseguido su objetivo: que los ciudadanos consideren el Tribunal un referente de la Justicia, en mayúsculas, para los ciudadanos. Pero eso ha supuesto el incremento de demandas de ciudadanos, muchas de ellas reiterativas, lo que puede comportar el colapso del sistema y el retraso en publicar las sentencias.

Ante la alarma (en 2009 quedaron pendientes de juicio unas 120.000 denuncias), en 2010 se celebró la conferencia de Interlaken para buscar vías que aligeraran la sobrecarga crónica de la máxima autoridad judicial sobre derechos humanos y libertades en Europa. La Corte debe concentrarse en casos graves y relevantes y evitar que los casos repetitivos llegaran a Estrasburgo. Para eso los Tribunales nacionales han de comprometerse a tener en cuenta la jurisprudencia emitida por la Corte.

Desde hoy pueden firmar el Protocolo 16 del Convenio Europeo de DD.HH. que permitira, por ejemplo, que los altos tribunales de cada país soliciten al tribunal de Estrasburgo opiniones sobre cuestiones de principio. También se comprometen a basarse su sistema judicial en el principio fundamental de subsidiariedad, y deben evitar violaciones efectivas de los derechos humanos a nivel nacional.

Francia, Italia, Finlandia, Armenia, Eslovenia, Eslovaquia y San Marino lo han firmado hoy y entrará en vigor cuando esté firmado, como mínimo, por 10 estados.

Derechos de las minorías, de los inmigrantes, presos políticos, deshaucios o sobre la cadena perpétua son algunos de los casos que ha tratado esta institución desde su creación en 1959. La Corte tiene como principal objetivo analizar las violaciones del Convenio Europeo de Derechos Humanos defendiendo a 800 millones de ciudadanos de 47 países. Según el informe de 2012, en 2011 se celebraron 1.100 juicios, se realizaron 1.800 sentencias, otras 81.700 se declararon inadmisibles y quedaron pendientes de juicio unos 128.000 casos.