Emergencia social en la UE

La Europa rica y la Europa pobre se separan cada vez más. Un estudio sobre las enormes diferencias sociales y laborales en la UE, en el segundo trimestre del año, no descubre nada que no se aprecie a simple vista, pero pone nombre a la situación. Atendiendo al empleo, las perspectivas para los jóvenes, la pobreza infantil o los ingresos de los hogares, Europa vive una «crisis real de emergencia social». Lo dice el comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, Laszlo Andor.

Una mujer pide limosna en Madrid
Una mujer pide limosna en Madrid / Foto: euroXpress

La Comisión Europea pide a los Estados la cuadratura del círculo. Desde el área económica exige un estricto programa de ajuste para reducir el déficit público. Desde el área de asuntos sociales subraya «la necesidad de aumentar la inversión social en toda Europa».

El Estudio trimestral de Bruselas demuestra la gran brecha abierta en la UE entre Norte y Sur en todos los capítulos que conforman las condiciones básicas de calidad de vida de los europeos. Para empezar, el paro, que ha alcanzado su máximo histórico, con 25.3 millones de desempleados y ha aumentado un 11,6% en un año. La cifra, sin embargo, esconde la acentuada divergencia europea. En Austria, el paro es del 4,5%; en España, del 25,1%. El número de desempleados de larga duración ha aumentado en quince Estados miembros desde el último año y ha llegado a los 10,7 millones.

La situación es especialmente dramática para los jóvenes porque doce Estados superan el 25% de tasa de paro juvenil y solo tres tienen menos del 3%, Austria, Alemania y Holanda. Lo peor es el riesgo de «inactividad duradera». Los llamados «ni-ni» tienden a ser cada vez más. Ni tienen trabajo ni buscan formación.

Un puesto de trabajo es hoy el mayor logro para un europeo y ya las condiciones no se miran tanto. En la UE hay unos 8,6 millones de trabajadores a tiempo parcial «infraempleados», sobre todo mujeres y otros 10,9 millones de personas estaban en una zona gris entre la inactividad y el desempleo.

Si en el mundo laboral hay más que nunca dos Europas, aún es más grande la divergencia en la riqueza/pobreza de los hogares y la protección social de los 27. Los ingresos brutos disponibles en los hogares disminuyeron Grecia (15,7 %), Irlanda (9 %) y Lituania, España, Chipre y Hungría más del 4 %. Bruselas hace notar el contraste con los sistemas sociales y los mercados de trabajo de los países nórdicos, Alemania, Bélgica, Eslovaquia y Francia.

Con todo, los datos más alarmantes son los relativos a la pobreza infantil. Hay menos ingresos por el trabajo de los padres y apoyo institucional insuficiente. El porcentaje de niños en riesgo de pobreza (después de las transferencias sociales) va del 10 % en Dinamarca y Finlandia a más del 20 % en España, Grecia, Bulgaria, Portugal, Italia, Rumanía, Letonia, Polonia, Lituania y Luxemburgo.

La Comisión Europea prepara un Paquete sobre la inversión social y, de momento, recurre a sus propias recetas para paliar la situación. Pide a los Estados que apliquen urgentemente las recomendaciones que hizo a cada país el pasado julio y el paquete de medidas para el empleo. En ambos casos, se piden esfuerzos de inversión en tiempos de recorte de gasto.