Empresas europeas de relaciones públicas lavan la reputación de regímenes opresores

Un informe publicado por el grupo de investigación Corporate Europe Observatory (CEO), desvela como algunos de los mayores dictadores y regímenes más opresores en el mundo están pagando a empresas de relaciones públicas europeas y a grupos de presión para que limpien su imagen y hagan olvidar sus acciones contra los derechos humanos.

Dibujo de un grupo de policías antidisturbios con caras muy sonrientes
Grupos de presión distorsionan la realidad/ Foto: CEO

CEO hace un llamamiento a las instituciones de la UE para que creen con urgencia un registro obligatorio de los grupos de presión que daría algo de transparencia al sector.

Entre los casos que denuncia el informe 'Spin doctors to the autocrats: how European PR firms whitewash repressive regimes', están: el blanqueo de la imagen del presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, y su nefasta actuación con Boko Haram de cara a las elecciones del próximo mes, que hace la empresa Levick.

Varias empresas de relaciones públicas (como Gplus) que mejoran en Bruselas la imagen de la empresa estatal rusa Gazprom en relación con el conflicto de Ucrania.

Los grupos de presión que trabajan en Washington defendiendo los activos financieros del antiguo régimen de Ucrania.

Un nuevo grupo en Bruselas de expertos de Asia Central, que en realidad está pagado por la dictadura de Kazajstán.

Las muy bien pagadas empresas de relaciones públicas (la Sociedad Europea de Azerbaiyán) y sus amigos en el Parlamento Europeo que trabajan para la cada vez más represiva dictadura de Azerbaiyán;

La firma de relaciones públicas BGR Gabara con sede en Londres y Bruselas que representa al Gobierno de Bangladesh para gestionar su imagen internacional ante las condenas a muerte de varios miembros destacados de los partidos de la oposición islámica.

Acusado por el Tribunal Penal Internacional de crímenes de lesa humanidad, el candidato presidencial de Kenia Uhuru Kenyatta ha contratado a una empresa de relaciones públicas para desacreditar a la Corte Penal Internacional durante su campaña electoral.

«La desaparición de personas en la noche, la tortura a los disidentes, manchar la fama de los oponentes, utilizar mano de obra esclava, y el asesinato de manifestantes es el día a día para dictadores y criminales de guerra. Pero el hecho de que estén pagando a empresas de relaciones públicas europeas y a grupos de presión para encubrir sus crímenes, y no tener que rendir cuentas, es una acusación vergonzosa para la democracia en la UE «, en palabras de la periodista independiente Katharine Ainger, encargada por CEO de escribir el informe.

«Estos estudios de caso demuestran aún más la necesidad de un registro obligatorio de los lobbys a nivel europeo y nacional.»

El informe también muestra que representar a gobiernos responsables de crímenes de guerra o de graves violaciones de los derechos humanos contradice los diversos códigos de conducta y directrices de responsabilidad social corporativa que muchas empresas de relaciones públicas y grupos de presión han suscrito.