tráfico de drogas
Jezabel Martínez Fábregas

Como cada verano, la colonia británica de Gibraltar es noticia por reabrir heridas del pasado en el estado español. Otra vez están las autoridades española y británica y sus respectivos líderes políticos enfrascados en si las aguas que bañan la colonia son de jurisdicción suya o nuestra. Y este constante e histórico litigio ha propiciado que en los últimos días las aguas que rodean al peñón se conviertan en el patio de recreo de unos narcotraficantes que han escapado de las garras de las autoridades de ambos países.