Europeos en España (5): Ieva Čekuolytė

Tras la independencia la gente puede acercarse a Rusia con más cariño

Ieva Čekuolytė nació en La Habana en 1966 de padres lituanos. Creció en varios lugares dadas las múltiples profesiones de su padre: periodista, escritor y marinero, hasta regresar a Lituania. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Tallin, Estonia. Desde hace más de veinte años trabaja como diseñadora gráfica en España, y como Traductora Jurada de lituano a castellano, y viceversa. Desde 2012 preside la Comunidad Lituana en España

La entrevistada con su padre
Ieva Cekuolyte con su padre Algimantas Cekuolis/ Foto: cortesía de la entrevistada

Lituana, nacida en Cuba

IC.- Sí, mi padre dio varias vueltas al mundo. Aprendió español y fue incluso intérprete de Fidel Castro, y ahí nací yo. Luego estuvimos en otros lugares: Canadá, Portugal...

eXp.- ¿Cómo fue su llegada a nuestro país hace más de 20 años?

IC.- Vine a ver a un profesor de Artes Gráficas, Fernando Bellver, y coincidió con el inicio del Puch (intento de golpe de estado de la URSS de Gorbachov en Lituania, 1991). Yo estaba trabajando en un movimiento independiente de Lituania desde el congreso fundador, nunca hubo ninguna duda en nuestra familia respecto a lo que queríamos en ese sentido, y cuando entraron los tanques rusos en nuestra capital yo trabajé mucho con la prensa local, con los medios, y coincidió que en Madrid me robaron el pasaporte y cuando fui a por uno nuevo, en la embajada de la URSS me dijeron que no, que era una persona non grata; y no pude volver durante un tiempo, muy corto, no fue nada traumático, estábamos todos convencidos de que volvería con un pasaporte lituano, que es lo que hice. Pero durante el tiempo que me quedé en Madrid, forzosamente, me dio tiempo a enamorarme y a quedarme.

eXp.- La Lituania actual es muy diferente a la de entonces

IC.- Muchísimo. Da gusto verla y da gusto haber participado en el cambio. El movimiento independentista de los países bálticos, y en particular del mío, nunca tuvo un elemento de violencia, todo lo que se hizo fue empleando la filosofía de Gandhi de no perder nunca el reconocimiento, el prestigio internacional y el apoyo de las Naciones Unidas, y de todas las instituciones que podían protegernos en los foros internacionales. Hay mucha gente que no se acuerda cómo era antes de la independencia e, incluso, comparando con el franquismo -mi marido es español y su familia fue represaliada por el franquismo-, lo nuestro era más fuerte, más violento, más sangriento, había menos alegría de vivir, emprender, pensar o viajar. Es una diferencia muy grande entre lo que hubo y lo que hay ahora. Es inevitable pero, a veces, me da pena que las generaciones nuevas no tienen ese punto de comparación y, a pesar de las dificultades que hay en los cambios, nos ha venido muy bien.

eXp.- ¿Se conoce esta transición de Lituania suficientemente en España?, ¿en su país se conoce la nuestra?

IC.-La falta de conocimiento mutuo es bastante importante. Cuando nosotros estábamos en el proceso de separarnos de la URSS, España fue de los últimos países en reconocer la independencia de los bálticos, y era muy llamativo en ese momento porque se equiparaba con los nacionalismos del País Vasco o Cataluña, lo cual no era justo. Y por otro lado, la imagen de España en Lituania también está muy distorsionada. Gracias al ocio y al turismo cada vez se conoce más, pero la transición no se conoce bien, la gente sabe quién fue Franco pero no conoce el proceso, que fue muy diferente. La tendencia española fue borrón y cuenta nueva, el pasado se ha quedado debajo de una alfombra, incluso algunos compromisos. En Lituania se hizo al revés: un proceso muy doloroso, se intentó rebobinar la historia, volver unos años atrás, devolver a las personas las posesiones que habían sido quitadas por los soviéticos, también su honor, sus muertos. Pero cuando se intenta un proceso de rectificación histórica, como dicen los griegos «no puedes meterte en el mismo río», ha corrido tanta agua que ya hay otras personas viviendo allí. El proceso de sanación sí fue necesario, ver quién disparaba a quién y en qué momento.

eXp.- Al hilo de lo que comenta, ¿cómo podríamos conocer mejor Lituania los españoles?

IC.- En la pasada feria de FITUR me sorprendió un dato: en 2011 las visitas de españoles a Lituania superaban las visitas a Cuba. Más que eso no se me ocurre nada. Cuando vas por las calles del casco viejo de Vilna, son todas señoras españolas de buena planta comprando lino. El turismo en Lituania gusta y yo creo que seguirá gustando. Acabo de volver de hacer unos 25 km en kayak por lagos absolutamente prístinos. La oferta cultural también es bastante amplia, hay cultura antigua que no puedes ver en otros sitios, el casco viejo es el más grande de la zona, la universidad es la más antigua de la Europa del Este, arquitectura civil gótica, barroco muy norteño. Es el país católico más al norte de Europa, todos los demás son protestantes, y eso se refleja muchísimo en el arte religioso. También es verdad que en nuestras tradiciones el sincretismo es omnipresente, por ejemplo debemos ser los únicos que en la cena de Nochebuena no recogemos los platos, los dejamos porque vienen las ánimas a comer. Tenemos un museo dedicado al diablo que en la cultura popular es un referente no tanto por lo satánico sino por lo oscuro, lo húmedo, una figura importante para la religión druídica.

eXp.- Un precioso librito de su embajada en España «Lituania de un vistazo» destaca efectivamente su naturaleza

IC.- Finlandia es el país de los 100.000 lagos y estuvimos el otro día contando y parece que en Lituania tenemos más. Hay turismo de naturaleza de invierno y verano, lagos, playas, una buena oferta de turismo rural.

eXp.- Antes de la Revolución Soviética, estuvieron bajo el mandato de la Rusia Zarista, en la última parte de su dominio hubo cierre de escuelas lituanas o prohibición de la imprenta hasta 1904, qué sentimiento hay en Lituania respecto a esos dos periodos históricos

IC.- Tampoco hay que destacar sólo a los rusos, nos encontramos en una encrucijada de diferentes nacionalidades, nos daba un poco lo mismo si venían los alemanes, los rusos o los suecos, porque lo hacían. Es muy importante distinguir la invasión política del gran tesoro de la cultura rusa. Incluso después de la independencia quizá la gente puede acercarse a ella con mucho más cariño y ganas que cuando nos estábamos independizando.

eXp.-.-En 1941 Lituania fue ocupada por el ejército nazi, 3 años después volvió a la URSS. Todas las relaciones internacionales dejan huella, ¿alguna en especial que crea importante para Lituania respecto a otros países del entorno?

IC.- De las tres repúblicas bálticas, Lituania es la más grande y la que menos problema ha tenido para conservar por ejemplo su idioma y es en ese sentido menos rabiosa. Tuvimos además una gran comunidad judía, mi abuelo por ejemplo hablaba ruso, yiddish, alemán, lituano, polaco, sólo porque la gente de su calle hablaba todos esos idiomas. La tolerancia creo que es bastante alta y nadie se obsesiona con ningún vecino. Con Rusia eso sí nunca puedes bajar la guardia; sabemos que en Bielorrusia, su niña bonita, que tenemos pegada a nosotros, los derechos humanos se están infringiendo incluso retando a los países de occidente. Bielorrusia es como Corea del Norte, algo difícil de imaginar, y nosotros nos dedicamos a bombardearles con ositos de peluche, literalmente, se hizo un concierto en la frontera, apoyamos a los disidentes. No se puede hablar de los vecinos de la misma manera. Con los suecos tenemos una relación muy buena, son inversores, la mayoría de los bancos son suecos.

eXp.- En agosto de 1989, junto a las otras dos repúblicas bálticas soviéticas, hacen una gran cadena humana. No sé si vivió allí ese momento

IC.- Mi familia estaba en Lituania y yo como estudiaba en Estonia, estaba en Tallin, en algún momento llegué a ser la última persona de la cadena, que estaba tocando la gran torre. Fue fantástico, vivir una revolución, despertar, poner tu vida en riesgo pero nunca haber hecho nada de lo que te podrías arrepentir, poder hacerlo y vivir para contarlo

eXp.- El 11 de marzo de 1990, Lituania fue la primera república báltica en declarar su independencia. En 2004 Lituania entra en la U.E. y ahora, este último semestre2013, ha asumido su Presidencia. ¿Siempre fueron bien las relaciones Lituania-U.E.?

IC.- Casualmente yo era enlace para Lituania cuando España tenía la Presidencia. Creo que presidir tiene más que ver con la cultura, y ahora es cada vez más simbólico porque hay menos recursos. Lituania está en una época de austeridad pero creo que lo está haciendo muy bien, más reducido pero también por decisión global de todos los miembros de la Unión de hacer casi todo en Bruselas, ya no hay tantas salidas ministeriales.

eXp.- Hay austeridad pero Lituania ha contado con un importante crecimiento los últimos años, hasta el 7%.

IC.- Ha bajado pero ha vuelto a subir. Las estadísticas son muy buenas. Los recortes fueron muy fuertes, de salarios y pensiones del 25-35%. No ha sido fácil pero también hemos estado menos tiempo en el relativo bienestar así que la gente protesta menos, se han tomado mejor los recortes que en otros países

eXp.- ¿Sigue unida profesionalmente a Lituania, a las repúblicas bálticas?

IC.- Tengo ahora mismo algunos proyectos culturales. Acabo de ilustrar un libro de mi padre que se presentó en la Feria de Vilna: «Los cuatro vientos de invierno», un libro de viajes para niños, que también sacude la conciencia. En castellano creo que estará para el otoño la versión electrónica. También estoy haciendo una aplicación para juego. Y trabajo en diferentes proyectos de diseño y música con mi marido, Julián Sanz

eXp.- Hicieron un CD que fue nominado a un Grammy Latino

IC.- Considero que él hizo casi más que yo. Es el compositor. Una música de difícil escucha, la experimental; nos pusieron con la música clásica, los percusionistas, etc. No con Enrique Iglesias o Jennifer López

eXp.- Como Presidenta de la comunidad lituana en España, qué destacaría, cómo acercarnos a su cultura, ¿podemos formar parte de la comunidad?

IC.- Puede pertenecer el que quiera, por supuesto. No se pide carné, ni hay siguiera un pago, se trata de participar, no es algo oficial. Sí pertenecemos a la organización mundial de lituanos que en algunos países ha llegado a ser un lobby importante, como en los EEUU, especialmente en la época de mayor dureza de la URSS porque han podido ejercer influencia política incluso. En España son otros tiempo, gran parte de los lituanos han venido aquí en busca de trabajo. Estamos esparcidos, físicamente nos vemos poco, más bien en Facebook, pero ha habido eventos, reuniones lúdicas, etc...

eXp.- ¿Sigue siendo la única traductora jurada en nuestro país de lituano a castellano, y viceversa?

IC.- Hay otra persona pero me parece que no está ejerciendo ahora. Es muy interesante porque te permite trabajar en sitios muy diferentes. La traducción jurada en España me parece una institución muy necesaria, existe desde 1580 y supone un rigor, que no en todos los países existe.