La Berlinale apuesta por las revoluciones

El Festival de cine de Berlín, muchas veces tachado de conservador, ha arrancado con una versión de la Revolución Francesa, calificada de sexy, y con Diane Kruger como María Antonieta. Parece el escaparate de lo que quiere ser esta edición de la Berlinale, que dedica espacio y tiempo a las «primaveras árabes» y que busca también revolucionar el mercado cinematográfico con la selección de nuevos directores.

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El Festival de cine de Berlín, muchas veces tachado de conservador, ha arrancado con una versión de la Revolución Francesa, calificada de sexy, y con Diane Kruger como María Antonieta. Parece el escaparate de lo que quiere ser esta edición de la Berlinale, que dedica espacio y tiempo a las «primaveras árabes» y que busca también revolucionar el mercado cinematográfico con la selección de nuevos directores.

El director británico, Mike Leigh, presidente del jurado, dice que el festival va a estar atento a todas las revoluciones, pasadas y presentes. Las primaveras árabes son el eje temático igual que otras revoluciones pendientes. Cine, como siempre, comprometido, en las 400 películas que se proyectarán en los próximos días.

Para abrir boca, la película francoespañola Les adieux à la reine, de Benoît Jacquot, adaptación de la novela de Chantal Thomas, que narra los últimos días de María Antonieta en el esplendor de Versalles. «Mi María Antonieta no es la reina terrible, tiránica y vacía. Es una mujer perdida, que no sabe en qué dirección huir, dice la protagonista, Diane Kruger.

Esta toma de la Bastilla vista desde Versalles compite por el Oso de Oro con otros 17 aspirantes, entre los que están los hermanos Taviani , con Cesare debe morire, y el español Antonio Chavarrías, con Dictado. En la sección oficial hay, como siempre, cine exótico de Senegal o Filipinas, una sola película estadounidense y variado cine europeo. También, como es habitual, nuevos o casi nuevos realizadores, que esperan encontrar en Berlín su salto a la fama internacional. El año pasado, el Oso de Oro fue para la película iraní Nader y Simin, una separación, ahora multipremiada y con muchas posibilidades de Oscar.

Fuera de concurso, la Berlinale da más alas al glamour y al espectáculo propiamente dicho y espera a las grandes estrellas, como Meryl Streep, Angelina Jolie, que debuta como directora, UmaThurman o Juliette Binoche.

Este año, además de que vuelve a haber presencia española en la competición, hay espacio para promocionar la última película de Álex de la Iglesia, La chispa de la vida, con José Mota y Salma Hayek. Javier Bardem trae el documental Hijos de las nubes. La última colonia, sobre el conflicto del Sáhara, y Antonio Banderas está en Haywire, de Steven Soderbergh. El director de la Berlinale, Dieter Kosslick, ha dicho que «proyectamos películas para crear un retrato mayor del despertar y el alzamiento.»

En esta edición del festival, la comisaria europea de Cultura, Androulla Vassiliou, presentará la iniciativa de la UE Creative Europe, que destina 900 millones de euros al programa MEDIA de ayuda al cine europeo. En la Berlinale, la Comisión Europea despliega su proyección de apoyo al sector audiovisual para promover nuevos talentos, promocionar cine de la UE y animar la inversión en nuevos proyectos.