La CE potenciará el consumo de frutas y lácteos en las escuelas

La Comisión Europea combinará dos programas escolares que hasta ahora han estado separados: el consumo de fruta y de leche. En un contexto como el actual, caracterizado por el consumo en descenso que hacen de esos productos los niños y niñas, el objetivo es combatir con más eficacia la deficiente nutrición de los menores, reforzando la dimensión educativa de los programas y contribuyendo a la lucha contra la obesidad. Con el eslogan «Come bien – siéntete bien», el nuevo régimen que se propone para la distribución de productos de la granja a la escuela hace mayor hincapié en las medidas educativas con el fin de aumentar la sensibilidad de los niños y niñas ante la necesidad de unos hábitos de alimentación saludables y para ampliar la gama de productos agrícolas disponibles y abordar con más efectividad los temas relacionados con la sostenibilidad, el medio ambiente y los residuos alimentarios.

El Comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Dacian Cioloş, ha dicho que «con los cambios que proponemos ahora, queremos mejorar los programas actuales para invertir la tendencia a la baja que sufre el consumo de los productos que en ellos se contemplan y aumentar entre los escolares la concienciación de los beneficios potenciales que esos productos ofrecen. Se trata de una medida importante para favorecer un cambio sostenido en los hábitos alimentarios de la infancia y para mejorar la sensibilidad ante los retos decisivos a los que se enfrenta hoy la sociedad. Confío también en que esta medida brindará una gran oportunidad para reforzar los lazos entre la comunidad agraria y los estudiantes, sus padres y sus profesores, especialmente en las zonas urbanas».

El nuevo régimen funcionará dentro de un marco jurídico y financiero común, mejorando y racionalizando los requisitos administrativos que contemplan los dos programas actuales. Este marco único reducirá la carga gestora y organizativa tanto para las autoridades nacionales como para las escuelas y sus proveedores, haciendo así más eficaz el proyecto. La participación en él de los Estados miembros será voluntaria y estos, además, gozarán de flexibilidad para elegir los productos que deseen distribuir.

Como ya se programó en el acuerdo del pasado año sobre los gastos futuros de la UE, el nuevo régimen, una vez que se apruebe, tendrá un presupuesto de 230 millones de euros por curso escolar (150 millones para las frutas y hortalizas y 80 millones para la leche). Esta cifra contrasta con el presupuesto de 197 millones de euros (122 y 75 millones, respectivamente) disponible para 2014. La propuesta, que se presentará ahora al Parlamento Europeo y al Consejo, se basa en los resultados de los informes de evaluación y de la consulta pública que se realizó en 2013 como parte del proceso de la evaluación de impacto.

El programa de consumo de leche se estableció en 1977 y el de consumo de fruta en 2009. Uno y otro programa benefician cada año a cerca de 30 millones de niños (el primero a más de 20 millones y el segundo a 8,5 millones). La necesidad de estos programas parece hoy incluso más apremiante que en el pasado si se tienen en cuenta los desafíos nutricionales que comienzan a registrarse en la actualidad, así como la tendencia a la baja que presenta a medio plazo el consumo de frutas y hortalizas y de leche.

En la mayor parte de los países, el consumo infantil de frutas y hortalizas está en declive —al igual que el de leche de consumo— y se mantiene por debajo de la ingesta diaria recomendada. La alimentación de los niños, además, se está desplazando hacia el consumo de productos fuertemente transformados. Tanto el sobrepeso como la obesidad son hoy problemas innegables: la OMS calculó en 2010 que aproximadamente 1 de cada 3 niños de entre seis y nueve años sufre en la UE de sobrepeso o de obesidad, y esta tendencia está aumentando con gran rapidez (las estimaciones de 2008 situaban esa cifra en 1 de cada 4 niños).