La Comisión reclama 180 millones de euros de la PAC mal empleados

La UE reclama a 15 Estados miembros, entre ellos España, 180 millones de euros de ayudas a la Política Agrícola Común (PAC) que por diversas razones han sido mal empleados. Los países son los responsables de abonar y controlar las ayudas de la PAC por lo que son ellos los que deben devolver al presupuesto de la UE los fondos de los que no se haya hecho un uso correcto.

Caja con verduras
Los Estados miembros deben devolver a la UE los fondos de la PAC mal empleados/ Foto: CE

Bélgica, Dinamarca, Alemania, Irlanda, Grecia, España, Francia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Hungría, Polonia, Eslovenia, Finlandia y Reino Unido deben devolver fondos.

Los que más deben son Reino Unido, 59,93 millones de euros por deficiencias en el Sistema de Identificación de Parcelas/Sistema de Información Geográfica (SIP/SIG), en los controles sobre el terreno y en los pagos y sanciones en Escocia.

Polonia 39,2 millones por deficiencias en el SIP-SIG, en los controles administrativos cruzados, en los pagos, en la aplicación de sanciones y en la recuperación retroactiva, así como por el retraso de los controles sobre el terreno

Dinamarca 11,5 millones de euros por deficiencias en el SIP y en los controles sobre el terreno.

España debe devolver un total de 6,76 millones de euros de los que ya ha pagado 100.000 euros. Otros países han devuelto también algunas cantidades, por lo que la cantidad que resta a pagar es de unos 169 millones de euros que irán al presupuesto de la UE.

Los Estados miembros son los responsables de la gestión de la mayor parte de los pagos de la PAC, por medio principalmente de sus organismos pagadores. También les corresponde realizar los controles; por ejemplo, deben comprobar las declaraciones de los agricultores en relación con los pagos directos.

La Comisión realiza más de cien auditorías aleatorias al año a fin de comprobar que los controles de los Estados miembros y las respuestas a las deficiencias son suficientes, y está facultada para recuperar los atrasos si las auditorías demuestran que la gestión y el control de los Estados miembros son insuficientes para garantizar que los fondos de la UE se han gastado de forma adecuada.