La cultura y los sectores creativos, motores del crecimiento económico en la UE

Escritores, diseñadores, artistas, bailarines, miembros de la Cultura y de su entorno están de enhorabuena porque su causa está en la mesa del Parlamento Europeo. La comisión de Cultura y Educación ha votado una estrategia para reforzar la Cultura y los Sectores Creativos como catalizadores y diseminadores de innovación, con influencia en numerosos otros sectores de la economía y con un papel determinante en la estrategia Europa 2020 para una economía inteligente, sostenible e inclusiva. La reducción de la carga fiscal y el reconocimiento de un «status social» para agentes de la cultura y creadores están entre las propuestas.

Varios jóvenes ante un ordenador
Reducir la carga fiscal a los productos culturales/ Foto: CE

Escritores, diseñadores, artistas, bailarines, miembros de la Cultura y de su entorno están de enhorabuena porque su causa está en la mesa del Parlamento Europeo. La comisión de Cultura y Educación ha votado una estrategia para reforzar la Cultura y los Sectores Creativos como catalizadores y diseminadores de innovación, con influencia en numerosos otros sectores de la economía y con un papel determinante en la estrategia Europa 2020 para una economía inteligente, sostenible e inclusiva. La reducción de la carga fiscal y el reconocimiento de un «status social» para agentes de la cultura y creadores están entre las propuestas.

La comisión de Cultura ha analizado y decidido sobre un proyecto de resolución que, bajo el título «Promoviendo los sectores culturales y creativos en Europa como recursos de crecimiento económico y empleo», propone, entre otras cosas, reforzar la colaboración con las universidades para capacitar a los jóvenes con las habilidades apropiadas para enfrentarse al mercado laboral en un sector tan variado, flexible y cambiante como el de la Cultura.

Según el proyecto, las industrias culturales han aportado entre un 3´3 y un 4´8 % del PIB de la UE, además de crear unos 7 millones de empleos y su tendencia es ascendente, ya que los sectores creativos están creciendo y podrían beneficiarse de reducir el desempleo, sobre todo el juvenil .

De acuerdo con el informe elaborado por Marie-Thérèse Sanchez-Schmidt, miembro de la Comisión de Cultura y Educación, «una política coherente a nivel europeo necesita a largo plazo de los medios de financiación europea, nacional y local para apoyar y promover la producción cultural y las industrias creativas, así como la diversificación de la oferta de educación y formación para responder mejor a las demandas de competencias específicas en estas áreas innovadoras».

Entre los puntos clave de la propuesta está la reducción de la carga fiscal de los productos culturales. En este sentido, aunque los miembros de la comisión no han admitido la propuesta de la Sra. Sánchez-Schmidt de un IVA reducido para los bienes culturales, sí que han hecho hincapié en la necesidad de un marco regulatorio y fiscal más adecuado y armónico que incluya a las PYME, muchas de ellas en el sector creativo, para permitirles desplegar su potencial más allá de las fronteras nacionales.

La reducción de impuestos también serviría para apoyar a las asociaciones público-privadas, las actividades de patrocinio y financiación colectiva, incluso «para garantizar que los préstamos disponibles a través de los instrumentos existentes actualmente en Europa (programa MEDIA o el Programa Marco de Competitividad e Innovación -CIP-) y los futuros (programas COSME o Europa Creativa) sean más accesibles», como han expresado los eurodiputados.

Otra de las medidas planteadas en el informe es la de renovar la oferta formativa. Dado que gran parte de los empleos creados por las industrias culturales y creativas los ocupan los jóvenes, las universidades y centros de formación deben adaptar su formación y fomentar el espíritu empresarial entre ese sector. Ya sea a través de «alianzas de conocimiento» o plataformas de intercambio para profesionales, se deben fomentar las sinergias entre los centros de formación e investigación y las empresas que operan en estos sectores.

El Comité ha votado una serie de recomendaciones para crear las condiciones adecuadas para el desarrollo de un sector cultural y creativo sano, basadas en seis líneas maestras: el desarrollo de aptitudes y herramientas personales a través de la formación, el acceso a financiación, la promoción de nuevas líneas de negocio, crecimiento de las audiencias, acceso a mercados exteriores y el refuerzo de la cooperación con otros sectores. Este punto, destaca la autora Marie-Thérèse Sanchez-Schmidt, «la cultura y la creatividad son vehículos inigualables para favorecer la cooperación entre diferentes áreas políticas, sobre todo, en patrimonio, educación, industria, economía, turismo, desarrollo urbano y planificación territorial».

Sobre la valoración social de los diseñadores y artistas, el informe insta a la creación de un estatus social de Profesionales Independientes en las Industrias Culturales y Creativas para asegurar un acceso asequible a los sistemas de seguros, de salud, pensiones, seguridad social y a la protección en caso de desempleo.

El documento urge a la Comisión y a los Estados Miembros a acometer una unificación de cursos, títulos y diplomas en estudios culturales y artísticos y resalta la importancia de «facilitar el acceso temprano a la educación cultural para promover la creatividad en la sociedad, permitiendo a los ciudadanos dar rienda suelta a su talento».