La FAO y Francia quieren incluir la agricultura en el debate del cambio climático

Todos los países deben poner la seguridad alimentaria y la agricultura en el centro del debate para lograr un acuerdo ambicioso en el combate al cambio climático, según el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, y el ministro francés de Agricultura, y Stéphane Le Foll, quienes han advertido que en caso de no hacerlo se desaprovecharán los recientes avances en la lucha contra el hambre en el mundo.

José Graciano da Silva y Stéphane Le Foll
José Graziano da Silva,director general de la FAO y el ministro francés de Agricultura Stéphane Le Foll/ Foto: FAO

Graziano da Silva y Le Foll han hecho este llamamiento en un evento paralelo del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), que se ha reunido reunido en Roma esta semana. Ambos instaron a los países a alcanzar un acuerdo sobre la forma de combatir el cambio climático antes de que se celebre la conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP21, que tendrá lugar en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre.

El Director General de la FAO elogió la reciente aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible por parte de la comunidad internacional, que incluye la erradicación del hambre y la pobreza extrema. Sin embargo, destacó que, para alcanzar estos objetivos, resulta necesario un «cambio de paradigma» hacia sistemas agrícolas y alimentarios que sean más productivos e integradores y se adapten mejor al cambio climático.

«Podemos erradicar el hambre y la pobreza extrema en 2030. Sabemos qué funciona y tenemos las herramientas necesarias, pero también sabemos que el cambio climático amenaza con desbaratar nuestros esfuerzos. Ya está teniendo consecuencias para la seguridad alimentaria y está dificultando más si cabe erradicar el hambre «, dijo Graziano da Silva.

«Creemos que la agricultura en su sentido más amplio -incluyendo la silvicultura, la pesca y la acuicultura- puede y debe desempeñar un papel clave en la lucha contra el cambio climático, especialmente en la adaptación a sus consecuencias, como la escasez de agua, la salinidad del suelo o las crecientes plagas y enfermedades vegetales y animales», añadió.

Por su parte, Le Foll afirmó que cada hombre y cada mujer del planeta cargarán con las consecuencias «si los líderes mundiales no logran acordar objetivos concretos y tangibles» para frenar el calentamiento global.

Señalando que la agricultura suele estar considerada como un problema debido a su contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero, Le Foll hizo hincapié en la necesidad de desarrollar técnicas que «nos permitan ser más ahorradores y consumir menos energía».

«Pero cualquiera que analice la agricultura no se puede limitar a quedarse de brazos cruzados y esperar a que el problema se resuelva con medidas científicas... porque la tecnología debe combinarse con la dimensión social», dijo Le Foll, y señaló: «tenemos que revisar nuestro modelo agrícola para adaptarnos a cada ecosistema, necesitamos una revolución que utilice los mecanismos naturales para favorecer la producción».

Graziano da Silva indicó que las personas más pobres y vulnerables del mundo -alrededor del 80 por ciento de las cuales vive en zonas rurales- son las más afectadas por las consecuencias negativas del calentamiento global, incluyendo sequías e inundaciones.

Si bien estas personas, entre las que se encuentran agricultores familiares, pastores, pescadores y silvicultores comunitarios, dependen en gran medida de los recursos naturales y son las primeras en sufrir las consecuencias de las perturbaciones meteorológicas, «son quienes menos responsabilidad tienen en el cambio climático y no se puede pretender que asuman los costes de la adaptación a éste», afirmó Graziano da Silva.

Exigió más políticas e inversiones específicas para adaptar la agricultura a las consecuencias del cambio climático, incluyendo la reducción de la deforestación y la sobrepesca, la mejora de la fertilidad del suelo y la reducción de las emisiones.

La FAO está preparada para ayudar a los países con actividades como la agroecología, la agricultura climáticamente inteligente, la ordenación integrada de zonas costeras, la gestión sostenible de la tierra y la restauración del paisaje forestal, afirmó el Director General.

En el evento paralelo del CSA, organizado conjuntamente por la FAO, Francia y Marruecos, también intervino Mohammed El Guerrouj, Director General de la Agencia marroquí para el Desarrollo Agrícola (ADA, por sus siglas en francés), quien expuso a los participantes la experiencia adquirida por su país con el Plan Marruecos Verde.

También participaron como ponentes el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Hilal Elver, quien hizo hincapié en los aspectos humanitarios de la mitigación y adaptación al cambio climático, y Lapodini Atouga, Comisario de Agricultura, Medio Ambiente y Recursos Hídricos de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental, quien subrayó el compromiso del organismo regional para hacer frente a los desafíos de la seguridad alimentaria y el cambio climático.