La industria en la UE no remonta

Aunque el rendimiento industrial se estabiliza, la parte del Producto Interior Bruto (PIB) correspondiente a la industria ha disminuido. La Comisión Europea ha presentado en dos informes sobre competitividad europea, cuáles son las prioridades que deben tener en cuenta los diferentes Estados miembros para que este sector vital para la economía de la Unión y sobre todo de la eurozona vuelva a crecer.

El comisario Tajani en rueda de prensa
El comisario Tajani en rueda de prensa/ Foto: CE

La industria en Europa no pasa por sus mejores momentos. Esta es la conclusión que se extrae de los dos últimos informes sobre competitividad europea publicados este miércoles por la Comisión Europea. La UE es líder en el mundo en varios sectores industriales vinculados estrechamente a las PYMES, sin embargo esto no basta para evitar que el PIB correspondiente a la industria siga cayendo, del 15,5 % registrado hace un año hasta el 15,1 % contabilizado hasta este verano.

La CE ya ha procedido a activar una serie de medidas políticas en sectores tan importantes como el acero, el automóvil o la defensa, con el objetivo de paliar la curva descendente de estos sectores clave en la economía europea y, en especial, de la eurozona. Pese a que el rendimiento industrial se ha estabilizado y se ha avanzado en asuntos concernientes a las exportaciones y la sostenibilidad empresarial, la brecha industrial sigue siendo un tema a batir en la UE. La CE lo tiene claro, sin una base industrial sólida, la economía europea global no puede prosperar.

A esto se le añade otro factor más, el coste de la energía que continúa su ascenso en, prácticamente, todos los Estados miembros. Esto está llevando a una lenta pero constante desindustrialización del continente. La inversión disminuye como también lo hace el acceso a la financiación, y sin créditos el futuro de la industria en el viejo continente no está claro.

La CE propone potenciar la innovación, el rendimiento de las administraciones públicas y la conexión entre la enseñanza y el mundo empresarial. Pide un esfuerzo para que la innovación esté más cercana a las necesidades del mercado.

Para la CE el marco para el crecimiento y la creación de empleo está en la estrategia Europa 2020, . El Vicepresidente de la Comisión y comisario de Industria y Emprendimiento, Antonio Tajani, ha destacado que para alcanzar esos objetivos Europa necesita una base industrial fuerte. Especialmente la industria manufacturera, cuyos resultados repercuten positivamente en el resto de la economía y, especialmente, en la productividad global.

La industria es el origen de hasta el 80 % de la innovación privada y de las tres cuartas partes de las exportaciones. Su papel en la creación de puestos de trabajo es fundamental. Otro de los problemas de la industria europea es el exceso de burocracia.

Puntos fuertes y débiles de la industria europea

En las próximas semanas, la CE presentará su contribución al Consejo Europeo en un contexto donde los dos temas que más preocupan son, el empleo y la productividad. Desde el inicio de la crisis -alrededor de 2008- en la industria se han destruido cerca de 3,8 millones de puestos de trabajo, mientras que la productividad sigue bajando en comparación a los EEUU.

Pero no todo son malas noticias las exportaciones continúan aumentado. En este sector la UE ha conseguido rendimientos superiores a los EE.UU y a Japón. En 2012 obtuvo un excedente comercial de 365.000 millones de euros, que equivale a 1.000 millones de euros al día.

El rendimiento de la innovación ha mejorado desde 2008, pero la convergencia parece que se estancó en 2012. El entorno empresarial ha mejorado en la mayoría de los Estados miembros, pero no es un indicativo ya que ha sucedido igual en el resto del mundo. En la mayoría de los países ha mejorado la base de competencia de la mano de obra.

Con este contexto, la CE pone de manifiesto una vez más el papel clave de las administraciones públicas para la mejora de la eficiencia y llama a simplificar en la medida de lo posible el desempeño diario de la actividad empresarial y reducir los costes de producción.

También cree vital mejorar el acceso a la financiación y a los mercados de capitales para las empresas, en particular las PYME, abrir mercados para las empresas europeas, tanto en el mercado interior como en terceros países, facilitar las inversiones en nuevas tecnologías e innovación y garantizar que las competencias y la disponibilidad de la mano de obra europea se adapte a las necesidades de la economía del siglo XXI.