La mujer barbuda de Austria gana Eurovisión y España vuelve al 'top ten'

El conflicto de Ucrania y la poca permisividad de Putin con la comunidad gay, provocaron el abucheo al país tanto en el momento de su actuación como en el de las votaciones. El festival volverá a Austria casi medio siglo después.

Ruth Lorenzo en la actuación
¡Por fin el Festival de Eurovisión!

Anoche tuvo lugar desde Copenhague, Dinamarca, la 59 edición del Festival de la Canción de Eurovisión. Considerado uno de los mayores espectáculos musicales que se celebran en el mundo, el de ayer pasará sin duda a la historia por ser uno de los mejores eventos jamás realizados en la historia de dicho festival, a tenor de la opinión de los expertos y las críticas positivas vertidas en las principales redes sociales.

Dinamarca brilló con espectaculares puestas en escena en cada uno de los 26 interpretes participantes desde el B&W Hallerne, un antiguo astillero reconvertido en sala de conciertos y ubicado en la isla de Refshaleøen con capacidad para 10.000 personas. La ceremonia, que duró algo más de tres horas y media, tuvo una audiencia de casi 200 millones de espectadores en todo el mundo. Aparte de los 26 países participantes, votaron 11 países más no clasificados para la final en sendas preselecciones anteriores.

El triunfo esta vez ha sido para Austria de la mano de Conchita Wurst, un cantante austriaco caracterizado de mujer y con barba, que ha sido apodado como «la mujer barbuda», que ha resultado uno de los representantes más pintorescos de esta edición. Wurst, que en alemán significa salchicha, obtuvo el aplauso unánime de prácticamente todos los países que participaron en la votación alzándose con su canción Rise Like a Phoenix con el triunfo gracias a un total de 290 puntos.

El pódium lo completaron, Países Bajos con 238 puntos gracias a la balada Calm After the Storm del grupo The Common Linnets, y Suecia con 218 puntos para Sanna Nielsen y la canción Undo. Tanto Países Bajos como Suecia partían como favoritos en las principales casas de apuestas y en un primer momento llegaron incluso a amenazar el triunfo de Austria, aunque finalmente no pudo ser.

Ruth Lorenzo iguala el puesto de Pastora Soler

España volvió al top ten de la clasificación de Eurovisión gracias a Ruth Lorenzo y su canción «Dancing in the rain». Lorenzo, poco conocida en nuestro país, es muy popular en Reino Unido por ser una de las finalistas del popular talent show «Factor X», algo que le valió para que este país le diera finalmente 6 puntos. Ruth Lorenzo con 74 puntos logró de nuevo colocar a España entre los 10 mejores clasificados algo que no se conseguía desde 2011 con Pastora Soler y su Quédate conmigo, aunque en este ocasión la cantante sevillana rozó los 100 puntos.

Entre las curiosidades, Albania fue el único país que le dio los 12 puntos a España, por primera vez en muchos años ni Portugal ni Grecia se acordaron de votar a uno de sus eternos preferidos. Austria gana 48 años después de hacerlo por última vez, Francia fue el único país que no dio los puntos en inglés y los lazos culturales quedaron, un año más, patentes en las votaciones finales.

Completan el pódium principal, Armenia (4), Hungría (5), Ucrania (6), Rusia (7), Noruega (8) y Dinamarca (9). Entre los peor situados, Malta, San Marino, Eslovenia y, en último lugar, Francia donde los chicos de Twin Twin con su canción «Moustache», que incluía una frase en español «quiero un bigote», quedaron últimos con apenas 2 puntos.

Abucheo a Rusia

Para llamativo, el abucheo que recibieron las gemelas Tolmachevy Twins de Rusia en el momento de su actuación o cuando este país tuvo que proceder a votar. La actual postura del gobierno de Vladimir Putin en el conflicto de Ucrania no pasó desapercibida en el festival, ni tampoco la permisividad de Putin con respecto a la ola homófoba que se extiende por todo el país y que choca de pleno con el apoyo manifiesto del festival a la comunidad gay. A la hora de votar, hubo una ligera tregua entre ambas naciones, Ucrania le dio cuatro puntos a Rusia y Moscú, siete a los ucranianos.

Y como siempre hay lugar para las actuaciones pintorescas en Eurovisión, este año no podían faltar. Polonia fue acusada por algunas asociaciones de machista por mostrar a dos mujeres lavando la ropa o haciendo mantequilla en posición muy provocativa. También hubo un hombre-hámster, que corría en una rueda gigante durante la actuación de Ucrania, la trapecista de Azerbaiyán que giraba en el aire ayudándose de un columpio, la desaparición de la rumana Paula Selin a través de un holograma o los saltos en la cama elástica del trío griego.

Para finalizar, la ganadora Conchita Wurst cerró el festival con un canto a la libertad sexual, «este triunfo se lo dedico a aquellos que creen en el futuro, la paz y la libertad», dijo entre lágrimas.