La radio comunitaria, un ejemplo de democracia y desarrollo

Hablamos con Marcelo Solervicens, secretario general de Amarc

El 13 de febrero la Unesco celebra el día mundial de la radio. Fue el primer medio de difusión de masas y ha sabido enfrentarse a la televisión y a internet. Un medio de comunicación que mejora la cooperación internacional, especialmente la radio comunitaria, que se ha convertido en un medio de desarrollo y democracia.

MUjer participa en un programa de radio comunitaria
Radio comunitaria en Bangladesh / Foto: Naimul Haq (IPS)

En 1983, los productores de radio popular, alternativa y educativa se dieron cita en Montreal para definir un nuevo género: la radio comunitaria. Esos diálogos condujeron a la formación de la agrupación que ahora las reúne en el mundo. Este tipo de emisora extiende la esfera pública a los ciudadanos, reduciendo la distancia entre quienes hablan y quienes escuchan, explica Marcelo Solervicens, secretario general de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc).

Mediante esta plataforma orientada a brindar servicios, la radio comunitaria ha empoderado a una gran cantidad de personas que la ejercen, desde agricultores de aldeas rurales hasta estudiantes universitarios y sindicalistas. La Organización de las Naciones Unidas y entidades de la sociedad civil utilizan la radio comunitaria con fines de desarrollo, brindando información a los agricultores que enfrentan el cambio climático, informando a las poblaciones particularmente amenazadas por el VIH/sida, y organizando a comunidades libres del cólera en Haití, por ejemplo.

- Con todas las plataformas de comunicación que existen en el mundo actual, ¿qué es lo que vuelve única a la radio y por qué no ha perdido vigencia con el paso del tiempo?

Marcelo Solervicens.- El elemento clave de la radio es que es el medio más accesible. Los cálculos (muestran) que alrededor del 97 por ciento de las personas la usan. Aunque actualmente hay un debate sobre lo que se da en llamar la convergencia de los diferentes medios, pienso que la radio es un medio que destaca porque da voz a la gente. Crea una relación muy directa entre el orador y los oyentes. Eso es muy importante.

- ¿Qué filosofía hay detrás de la radio comunitaria? ¿En qué modo se diferencia de lo que llamaríamos, la radio comercial o la pública?

M.S.- La radio comunitaria se originó con la necesidad de que las personas se expresaran en los ámbitos locales o incluso nacionales, pero desde sus propias perspectivas. Crea un sector específico que es diferente de la radio comercial y la pública, y completa el paisaje saludable de medios. Saludable en el sentido de que lo completa con ideas que proceden de las propias personas, de sus perspectivas... y eso puede ser diverso, dado que responde a la diversidad que existe en el interior de las comunidades. Detrás de la radio comunitaria existe la idea de extender la esfera pública a los ciudadanos comunes, para que puedan manifestar sus opiniones. En ese aspecto, se vuelve un medio específico, totalmente diferente de los otros.

Pienso que este «ethos» de la radio comunitaria es lo que hace que (la gente) se apasione tanto por ella en todo el mundo, y esto se ha extendido... porque está arraigado en la naturaleza humana, el factor de ser capaz de hablar en la esfera pública. Desde esta perspectiva, la radio comunitaria refleja los niveles de democracia en una comunidad.

- ¿Qué papel desempeña la radio comunitaria en el desarrollo? ¿Cómo han usado este tipo de emisoras entidades como la ONU, en todos los continentes para promover el desarrollo?

M.S.- Hay estudios que subrayan el rol de la radio comunitaria a la hora de informar, y también de organizar la lucha contra el VIH/sida... y esto ha sido reconocido por la ONU. Amarc ha trabajado mucho tiempo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para que los productores locales pudieran usar la radio para informarse sobre las crisis de los cultivos, la temperatura y las condiciones meteorológicas, y cómo enfrentarse mejor a desafíos vinculados al cambio climático. Para mí, igual que para la ONU, el impacto de la radio comunitaria es un servicio de seguridad. Tuvimos una experiencia productiva en este sentido en Haití, tras el terremoto, en el combate contra el cólera, brindando información sobre cómo afrontar este tipo de problemas...

Así que las radios comunitarias de todo el mundo están disponibles cuando se produce una catástrofe, para que la población local se informe. Si consideramos el desarrollo como un tipo de trabajo complejo e integrado, la radio comunitaria es reconocida como un componente clave para lograr objetivos de desarrollo en cada área, principalmente como un modo de transmitir hechos. Hay personas a las que les resulta muy difícil confrontar los desafíos del desarrollo cuando no tienen información. Pienso que la radio comunitaria ayuda a mostrar eso.

- Háblenos sobre la Red Internacional de Mujeres y la Política de Género para la Radio Comunitaria, ambas de Amarc.

M.S.- Amarc creó en 1992 la Red Internacional de Mujeres con el objetivo clave, no solo de garantizar que las mujeres tuvieran un lugar en la radio comunitaria, sino también de desarrollar una estrategia de programación de género para ese tipo de emisoras, que contribuyera a eliminar los estereotipos.

- ¿Qué desafíos se plantean en el mundo que impiden que las radios comunitarias alcancen todo su potencial?

M.S.- Hay dificultades prácticas y desafíos a causa de la naturaleza de los medios, como por ejemplo como preparamos a los participantes en este tipo de emisoras, pero los desafíos clave que analizamos en la evaluación mundial que hicimos en 2006-2007 son los relativos a la legislación. Actualmente, la radio comunitaria existe en más de 120 países, pero su grado de reconocimiento varía de un lugar a otro. En algunos lugares, esas emisoras tienen que trabajar con las mismas legislaciones que rigen a las radios privadas y deben pagar impuestos similares a las empresas comerciales.

En otros lugares, tienen una sostenibilidad limitada, porque no pueden tener publicidad o desarrollar modelos de economía social, porque esto no está reconocido en un sector específico de la legislación.