La recuperación económica, el gran reto del próximo Parlamento Europeo

La octava legislatura empezará como terminó la séptima. Los temas económicos volverán a protagonizar la agenda y el nuevo equilibrio de fuerzas que dejen las elecciones europeas marcará la dirección que toma la política económica en los próximos cinco años. Además, los eurodiputados tendrán que culminar la legislación en materia de protección de datos y dar el visto bueno al acuerdo de comercio e inversión con Estados Unidos.

Plano general Pleno Parlamento
Pleno Parlamento / Foto PE

Según fuentes del Parlamento Europeo, conseguir una mayor estabilidad en la zona euro, impulsar la competitividad europea y conseguir crear empleo volverán a ser cuestiones prioritarias en los plenos. Uno de los primeros cometidos del nuevo Parlamento será revisar el marco presupuestario. Tras meses de larga negociación, la Eurocámara daba en noviembre de 2013 el visto bueno al marco financiero de la próxima legislatura. La revisión obliga a la Comisión a presentar en 2016 «propuestas para reformar el funcionamiento del presupuesto comunitario a largo plazo». Por tanto, será el nuevo hemiciclo el que dé el visto bueno a esas modificaciones. Como punto de partida, se ha marcado el objetivo adaptar el marco presupuestario a los cinco años del ciclo electoral, en lugar de los 7 años que contemplan ahora.

Desde el primer día, los eurodiputados también tendrán que lidiar con la reforma del sector bancario. Tras largas negociaciones, se consiguió crear un supervisor europeo que alertara sobre posibles riesgos en los países financieros de los Estados miembros. Y en el último pleno de la legislatura, prácticamente en el tiempo de descuento, el Parlamento Europeo ratificaba otro de los pilares básicos sobre los que se sustentará la futura unión bancaria: el mecanismo único de liquidación y el fondo de 55.000 millones para financiar quiebras y reestructuraciones. Los eurodiputados tendrán que votar en las futuras sesiones la propuesta de la Comisión que contempla exigir a los bancos separar las actividades de alto riesgo, de la gestión de los depósitos bancarios.

También en materia económica, el Parlamento Europeo tendrá que pronunciarse sobre la propuesta para regular la retribución de los altos cargos de las empresas que cotizan en bolsa. Aunque el gran reto pasará por avanzar hacia una mayor unión fiscal. Según cálculos de la Comisión Europea, la UE pierde cada año unos 500 millones de euros en operaciones presuntamente fraudulentas, y ha propuesto medidas para facilitar la lucha contra el fraude en los tribunales nacionales. Los eurodiputados estudiarán la propuesta, pero sólo podrán aprobar o rechazar la decisión que adopten los Estados miembros, sin posibilidad de incluir modificaciones.

Relaciones con EE.UU.

Otro de los ejes de la legislatura será el acuerdo de comercio e inversión con Estados Unidos. Los términos en los que se apruebe marcarán sustancialmente las relaciones bilaterales. El Parlamento tendrá que aprobar o rechazar el acuerdo que la Comisión Europea está negociando con la Casa Blanca, centrado en reactivar el comercio y la economía a ambos lados del Atlántico. La Comisión calcula que el pacto podría promover un crecimiento del 0,5% del PIB en la UE, el equivalente a 545 euros anuales para una familia de cuatro miembros.

Los nuevos eurodiputados tendrán que continuar con la senda marcada en materia de protección de datos. El pasado mes de marzo la Eurocámara aprobaba en primera lectura el paquete legislativo, pero será el nuevo Parlamento el que negocie con los Estados para llegar a un acuerdo y aprobar definitivamente la normativa. Los eurodiputados han propuesto endurecer la protección a las transferencias de datos a terceros países y aumentar las multas. «Las sanciones para las empresas que incumplan la ley podrían llegar a los 100 millones de euros o el 5% del volumen de negocio», matizan fuetes del Parlamento Europeo. La Eurocámara también tendrá que pronunciarse sobre la propuesta de crear un sistema comunitario para almacenar y utilizar datos personales de pasajeros aéreos, y tiene por delante la difícil tarea de negociar con los 28 la directiva para luchar contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo aprobada en marzo de este año.

En la agenda también están la protección de los consumidores y la conservación del medio ambiente. Las instituciones europeas se han marcado como objetivo reducir un 40% las emisiones de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990, así como conseguir que las energías renovables supongan al menos el 27% de la producción energética en el año 2030. El Parlamento Europeo debatirá y votará esta legislatura las propuestas de la Comisión y además fijará nuevos objetivos climáticos. También está previsto que, conjuntamente con los Estados miembros, diseñe un nuevo Sistema Europeo de Comercio de Emisiones.

Además, está pendiente culminar la legislación de seguridad de productos alimentarios, el paquete legislativo sobre el ferrocarril o la normativa para crear un cielo único europeo. Difícil se antoja la negociación con los ministros de Transportes de los 28 para adoptar una posición común en materia de derechos de los pasajeros aéreos. Y en materia de igualdad, la Eurocámara ha fijado su posición en primera lectura para impulsar una normativa que fomente la participación de las mujeres en puestos directivos. El Parlamento Europeo también exigió en octubre de 2010 prolongar el permiso de maternidad mínimo de 14 a 20 semanas. «La maternidad no puede considerarse como una carga para los sistemas de seguridad social, es una inversión en nuestro futuro», dijo entonces la portuguesa Edite Estrela (S&D), ponente del informe. Sin embargo, los países europeos todavía no han conseguido llegar a una posición común en esta materia, por lo que el tema será ahora responsabilidad del nuevo Parlamento salga de las elecciones del 25 de mayo.