La unión bancaria toma forma, pero las deficiencias persisten

La creación de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) constituye un paso importante para responder a la crisis financiera, pero se mantienen las deficiencias en materia de control de las actividades de los bancos a nivel trasnacional, en la evaluación de la resistencia de los bancos de la UE y el fomento de la protección de los consumidores. Así lo revela el informe del Tribunal de Cuentas Europeo presentado hoy en Bruselas.

Milan Martin Cvikl
Milan Martin Cvikl, responsable del informe del Tribunal de Cuentas/ Foto: CE

«La crisis financiera conmocionó todo el sector bancaria de la UE, dando lugar a la crisis de la deuda económica y soberana. La UE actuó para estabilizarlo, pero la Autoridad Bancaria Europea carece de competencias para tomar decisiones, o velar por su aplicación», ha declarado hoy Milan Martin Cvikl, responsable del informe.

La Autoridad Bancaria Europea (ABE), autoridad independiente de la UE, tiene el objetivo de garantizar la supervisión de todo el sector bancario europeo. Así, debe controlar la estabilidad financiera en la Unión Europea y velar por la eficiencia y el correcto funcionamiento del sector bancario. En respuesta a la crisis financiera y económica, la instituciones y Estados miembros de la UE tomaron medidas de emergencia en su afán de recuperar la confianza de los bancos y los mercados. Como respuesta, el Consejo Europeo, el Ejecutivo comunitario y el BCE tomaron medidas para regular y supervisar los bancos. Y la ABE fue la herramienta principal.

El organismo que controla las cuentas de la Unión, llevó a cabo su examen centrándose en el período entre 2011 y principios de 2013, y constató que la Comisión y la Autoridad Bancaria Europea respondieron ante la crisis financiera con «un amplio programa de regulación». Sin embargo, el examen de la Corte, se llevó a cabo un año antes de la aplicación del Sistema Único de Supervisión, liderado por el Banco Central Europeo, y pilar fundamental de la Unión Bancaria. Aunque las autoridades nacionales de supervisión, y próximamente el Banco Central Europeo, siguen siendo las encargadas de controlar las distintas instituciones financieras, la función de la ABE es mejorar el funcionamiento del mercado interior asegurando una supervisión y una regulación adecuadas a escala europea.

De esta forma, la Unión Bancaria podrá seguir su camino hacia la armonización de las entidades financieras. Es decir, la desaparición de los bancos nacionales. Así, se dejará de hablar de 'bancos alemanes' o 'españoles', simplemente de bancos europeos, con el eventual objetivo de evitar crisis de deuda soberana como las que sufrieron España, Grecia o Portugal.

Según el informe, la Autoridad Bancaria Europea ha contribuido a mejorar la supervisión transfronteriza de los bancos. A saber, el control de las actividades de los bancos alrededor del mundo y una de las principales causas de la crisis económica. Sin embargo, el Tribunal lamenta que a la hora de supervisar las entidades financieras, la Autoridad no tuvo un acceso directo a ellas.

Asimismo, el informe deplora el mandato limitado de la Autoridad y la falta de suficientes agentes para supervisar la actividad de los bancos. Y así, pese a que las pruebas de solvencia que tuvieron lugar en 2011, contribuyeron a iniciar la recapitalización de los bancos, como en el caso de España, el informe considera que también pusieron de manifiesto las limitaciones del proceso.

El vicepresidente y Comisario de Mercado Único, Michel Barnier, ha agradecido en un comunicado el informe del Tribunal de Cuentas, aunque también ha alabado el papel de la Autoridad Bancaria Europea por haber ejercido sus responsabilidades de forma «muy efectiva», con los recursos y poderes que se le otorgaron.