La violencia en Sudán del Sur puede incrementar el hambre y la inseguridad alimentaria

La reciente ola de violencia en Sudán del Sur amenaza con incrementar de forma considerable el hambre y el sufrimiento de la población, anulando los modestos avances logrados en seguridad alimentaria en los últimos dos años, advirtió hoy la FAO.

Dentro del Plan de Respuesta a las crisis de las Naciones Unidas, la FAO y sus socios en el Grupo de seguridad alimentaria y medios de vida buscan 61 millones de dólares EEUU para actividades cruciales de ayuda alimentaria a Sudán del Sur. Los esfuerzos de la FAO se centran en conseguir semillas, vacunas para el ganado, artes de pesca y otros materiales, tecnologías y servicios agrícolas para las familias rurales y urbanas vulnerables cuya producción alimentaria y actividades generadoras de ingreso se ven interrumpidas por el conflicto y el desplazamiento de la población. La FAO trabaja también en mitigar el impacto medioambiental de los desplazamientos.

La situación humanitaria en Sudán del Sur se ha deteriorado rápidamente desde que estallaron los combates a mediados de diciembre, causando no sólo la pérdida de vidas y desplazamiento de población, sino también interrumpiendo las tareas agrícolas y las actividades humanitarias cruciales para la supervivencia y el sustento futuro de millones de personas. Las consecuencias sobre los medios de vida diversificados en cuatro de los diez estados de Sudán del Sur están generando un riesgo alarmante de inseguridad alimentaria y malnutrición.

«Es esencial que Sudán del Sur recupere de inmediato la seguridad y la estabilidad, de forma que las personas desplazadas puedan regresar a sus hogares, sus campos, rebaños y zonas de pesca. Actuar en el momento oportuno lo es todo, ahora hay peces en los ríos, los pastores están tratando de proteger sus rebaños y la temporada de siembra de maíz, maní y sorgo comienza en marzo», advirtió Sue Lautze, Representante de la FAO en Sudán del Sur, el último país miembro en incorporarse al organismo de la ONU.

«Incluso antes de los recientes combates, que han desplazado a más de 352.000 familias, ya se calculaba que unos 4,4 millones de personas se enfrentarían a la inseguridad alimentaria en Sudán del Sur en 2014, de los cuales 830 000 con carácter grave», advirtió Dominique Burgeon, Director de la División de Emergencias y Rehabilitación de la FAO.

La FAO trabaja para apoyar a los afectados por la crisis a reconstruir rápidamente sus medios de vida. Con muchos de los desplazados instalados a orillas de los ríos Nilo y Sobat, la pesca será una fuente clave inmediata de alimentos e ingresos. Las prioridades de la FAO son:

Restablecer el sistema de sanidad animal reconstruyendo la cadena de frío necesaria para almacenar y transportar vacunas, y reactivando las redes de sanidad animal de la comunidad;

Incrementar el acceso a las semillas, especialmente a las de hortalizas, y a equipos de microrriego;

Apoyar la pesca, y promover el uso eficiente de los combustibles entre los desplazados internos.

Además, como codirector del Grupo de seguridad alimentaria y medios de vida, la FAO -junto al Programa Mundial de Alimentos (PMA)-, continúa apoyando la coordinación de los socios dentro y fuera de las Naciones Unidas.

La agricultura es crucial para la supervivencia

Se calcula que un 78 por ciento de la población rural del sur de Sudán depende de diversos aspectos de la agricultura para su subsistencia, incluyendo actividades agrícolas, ganadería, silvicultura, la pesca y el trabajo agrícola asalariado.

El conflicto está afectando a las principales rutas de abastecimiento, desplazando a los comerciantes y provocando un aumento de los precios de alimentos y combustibles, así como el colapso de los mercados locales que son cruciales para agricultores, pescadores y la población que depende de la ganadería.

«Sudán del Sur se enfrentaba ya a desafíos en el campo de las enfermedades del ganado. En algunas áreas, los animales jóvenes han estado muriendo a un ritmo del 40-50 por ciento. La FAO y sus socios habían logrado recientemente progresos al controlar parcialmente de estas enfermedades y en reducir la mortalidad mediante la vacunación sistemática, pero calculamos que más de la mitad de la capacidad del país para el almacenamiento y distribución de vacunas se ha perdido y debe ser restablecida con urgencia», señaló Lautze.

Mientras moviliza sus propios recursos para atender algunas de las necesidades más urgentes, la FAO está fortaleciendo aún más su capacidad sobre el terreno con el fin de prestar una ayuda humanitaria muy necesaria.