Las PYME españolas de mal en peor

La falta de crédito y el tiempo que tardan las administraciones públicas en pagar sus facturas son los mayores obstáculos para las PYME en España. El número mayor de pequeñas y medianas empresas que han cerrado son las dedicadas a la construcción, comercio y servicios. Las previsiones de la UE para las PYME españolas son tristes y desalentadoras: hasta finales de este año no comenzarán a regresar al nivel de 2005.

Cuadro de indicadores
Tendencia de las PYME en España/ Foto: CE

La Comisión Europea acaba de publicar su informe sobre el Rendimiento de las PYME en la UE junto a unas fichas por país en las que muestra la situación en cada uno de ellos que es muy diferente de unos a otros. A pesar de la difícil situación en la eurozona, las pequeñas y medianas empresas se han mantenido como la espina dorsal de la economía europea, ocupan al 67 % de los trabajadores y representan más del 58 % del valor añadido bruto (VAB).

Las cerca de 20,7 millones de empresas representan más del 98 % del total y emplean a más de 87 millones de personas. La mayoría de las PYME el 92,2 %, son microempresas (menos de 10 trabajadores). La crisis ha hecho que cada vez la situación de estas empresas se aleje más de unos países a otros.

Las PYME en España

El informe señala una «caída neta del número de empresas, especialmente en los ámbitos de la construcción, el comercio y los servicios» con una considerable destrucción de empleo. Aunque el valor añadido aumentó a un ritmo lento después de la caída que se produjo en 2009.

Los mayores problemas para las pequeñas y medianas empresas españolas es la falta de financiación. El informe de la UE dice que «España está muy por debajo de la media de la UE en este aspecto, pese a ciertos indicios de mejora». Las diferencias de legislación en las distintas Comunidades Autónomas aumenta el papeleo que deben hacer las empresas y dificulta «seriamente» la competitividad.

Eso, unido a los problemas que encuentran para financiarse. Bruselas pide al gobierno español que establezca una serie de garantías para corregir esa situación. En España la media de tiempo que se necesita para poner en marcha una empresa es de 28 días, el doble que la media europea. Mientras que el plazo para obtener una licencia de explotación puede llegar a 116 días, en ningún otro Estado miembro es tan largo.

Según el informe «Hay indicios de que esta fragmentación regional está acompañada por un aumento del acervo reglamentario en el país en términos absolutos, que podría estar dificultando seriamente el crecimiento de la productividad». Todo se ve agravado por el retraso de las autoridades públicas en los pagos para el que pide un «seguimiento riguroso».

Alerta del efecto de los recortes en la inversión pública y en la reducción en el I+D de las empresas, que puede verse reflejado de forma negativa en el futuro. En cuanto a las inversiones en infraestructuras, indica que la inversión se debería limitar a proyectos asequibles con una demanda real y pide que se dé prioridad al transporte de mercancías por ferrocarril que es más limpio. La media de transporte por ese medio en la UE es del 20 %, mientras que en España es del 4 %.

El total de la UE

El vicepresidente de la CE y comisario de Industria y Emprendimiento, Antonio Tajani, explica que las PYME tienen potencial para reactivar el crecimiento en Europa. Donde mejor funcionan es en Austria y Alemania, que son los únicos países que han superado los niveles de 2008 anteriores a la crisis, tanto en valor añadido bruto (VAB) como en empleo.

Las empresas de los sectores llamados de «fabricación de alta tecnología» y «servicios intensivos en conocimientos» han tenido un fuerte rendimiento en productividad y empleo. Se calcula que existen 46.000 PYME en el sector que fabrica alta tecnología y más de 4,3 millones que ofrecen servicios intensivos en conocimiento. Entre ellas las que fabrican productos farmacéuticos, electrónicos o servicios jurídicos y contables, así como I+D científica e industrias creativas. En total representan más de una quinta parte de todas las pequeñas empresas de la UE. El estudio aconseja que se creen más empresas de este tipo.

Por lo general, en la mayoría de los países se hacen políticas que incentiven a las PYME, un 38 % más en 2011 que el año anterior. Con medidas como la promoción del espíritu empresarial, fomento de la mejora de la cualificación y desarrollo de la innovación y mejora del acceso a la financiación, aunque hay medidas que el informe juzga importantes y que en muchos países no se consideran como la de facilitar una segunda oportunidad a los empresarios que hayan fracasado una vez.