Los felices australianos

Australia, la decimosegunda economía del mundo, se ha coronado por tercer año consecutivo como la nación más feliz del mundo tras sortear de nuevo el impacto de la crisis financiera internacional. Es lo que indica el «Índice para una vida mejor», el último estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que mide el nivel de bienestar de 34 países con economías avanzadas.

Un koala en un árbol
Koala, animal emblemático de Australia/ Foto: DAVID ILIFF. License: CC-BY-SA 3.0

Australia, Suecia y Canadá ocupan el podio de la Felicidad y son los tres países en los que sus habitantes están más satisfechos con sus vidas. En la cola aparecen Turquía, México y Chile. España se encuentra en un tibio puesto 20. En medio quedan Noruega, Suiza, Estados Unidos, Dinamarca, Países Bajos, Islandia o el Reino Unido.

Este índice valora anualmente factores como la renta per cápita, el empleo, la vivienda, seguridad, educación, medioambiente, salud, sentimiento de comunidad, equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, datos de participación cívica de la ONU, el gobierno nacional y otras instituciones. «En general, los australianos están más satisfechos con sus vidas que la media de los países de la OCDE», según concluye el índice de calidad de vida del organismo internacional.

En el «Índice para una vida mejor» se destaca que un 84 por ciento de la población australiana dice que diariamente tiene mayor número de experiencias positivas (descanso, deber cumplido, placer,...) que negativas (preocupaciones, tristeza, aburrimiento).

Con una tasa de desempleo de un 5,5%, Australia ha esquivado la crisis durante casi veinte años y su economía ha resistido gracias, en gran parte, a la fortaleza de su industria minera que, aunque ahora no pasa por su mejor momento, ha ayudado al país a soportar las embestidas de la recesión.

Un australiano gana al año un promedio de 33.950 euros (43.908 dólares), una cantidad bastante mayor que los 26.730 euros (34.466 dólares) que tienen como promedio los países industrializados. Además, según el índice de la OCDE, los ciudadanos de esta nación oceánica tienen mayores probabilidades de encontrar un empleo que les satisface. El 73% de la población australiana de entre 15 y 64 años tiene un trabajo remunerado, mientras que en España es el 58%, en México y Chile el 60% y en Brasil el 68%, según indica el citado informe.

Los australianos trabajan un promedio de 1.693 horas al año (alrededor de 32 horas a la semana), algo menos de las 1.702 que trabajan los canadienses y las 1.787 horas de los estadounidenses.

Siguiendo con las datos que aporta el informe, los hogares australianos tienen una renta disponible neta anual de unos 22.401 euros (28.884 dólares). En comparación, en España la renta disponible, que sirve para consumo u ahorro, es de 17.919 euros (22.847 dólares), en México 9.874 euros y en Chile de unos 8.561 euros (11.039 dólares), de acuerdo al informe de la OCDE.

Pero la OCDE apunta también a la brecha que supone el hecho de que el 20% de la población de Australia con mayores ingresos gana seis veces más que el 20% del segmento demográfico más pobre del país.

Los australianos también tienen una expectativa de vida al nacer de 82 años, como en España, y el 85% de la población dice tener «buena salud», aunque la OCDE ha notado que la tasa de obesidad es muy alta en Australia y ha aumentado con mayor rapidez en las últimas dos décadas. De los 23 millones de habitantes de Australia, el 24,6% sufre obesidad, porcentaje superior al 17,8% que se da en la mayoría de países de la OCDE.

España, suficiente raspado en bienestar

España pierde puestos en el «Índice para una vida mejor» elaborado por la OCDE y se encuentra en el puesto 20 de 34.

Este índice fue diseñado por una comisión de expertos (entre los que se encontraban los Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y Amartya Sen y el economista francés Jean-Paul Fitoussi) para desarrollar alternativas al PIB como manera de evaluar el bienestar material y la calidad de vida de los ciudadanos.

«Nuestro índice va más allá de las frías y duras cifras del PIB para intentar entender realmente qué quieren y esperan las personas para sus propias vidas y sus sociedades», indicó en un comunicado Ángel Gurría, secretario general de la OCDE.

Entre las 11 variables que contempla el índice se encuentra el empleo, materia en la que España saca los peores resultados con una tasa de paro cerca al 27% de la población. Solo Turquía y México tienen una calificación peor que la española (3,9). Tampoco es buena la relativa a los ingresos y, aunque el promedio de renta familiar se sitúa ligeramente por encima de la media de la OCDE, España está entre los países más desiguales. «La población que ocupa el 20% superior de la escala de ingresos gana más de seis veces lo que percibe la población que ocupa el 20% inferior», concluye el informe.

A pesar de que los españoles están entre los ciudadanos más longevos, con una esperanza de vida media de 82 años y una percepción «muy positiva» de su estado de salud, como asegura el informe, la OCDE ha destacado negativamente los altos niveles de contaminación que sufre la misma población en las grandes ciudades, por encima de la media de la mayoría de países industrializados.

En España, el análisis de los datos arroja resultados muy favorables en el balance entre vida y trabajo, donde la nota alcanza un 9. Aquí pesa que la proporción de empleados que trabajan más de 50 horas a la semana es baja y en pocos casos se superan las 1.690 horas al año, mientras que el número de horas que se dedican al día al ocio y al cuidado personal (lo que incluye dormir), se acerca a 16, media muy superior al resto de países analizados.

En educación, los españoles suspendemos. El porcentaje de adultos entre 25 y 65 años con los estudios secundarios terminados es del 54%, frente al 74% de media de los países del informe.

La OCDE ofrece por primera vez en español la herramienta interactiva en la que se pueden consultar los resultados del «Indice para una Vida Mejor». La web se estrenó en 2011 y ha recibido cerca de 2 millones de visitas en dos años, gracias a sus versiones en inglés, francés y ruso.