Los palestinos están molestos con la visita de Obama

El estruendo del zumbido de una flota de helicópteros de Estados Unidos se escucha mucho antes de que las ocho aeronaves aparecieran en el horizonte de Ramalah, capital de hecho de Cisjordania y sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Los helicópteros volaron varias veces en círculo y bajaron en picado sobre los asentamientos israelíes ilegales en las colinas que rodean esta ciudad palestina, y sobre los apartamentos, casas y comercios de la población local, antes de posarse en Muqata, sede de la ANP y de la oficina de su presidente, Mahmoud Abbas.

chalets adosados tras una alambrada
Asentamiento judío en Cisjordania, Palestina/ Foto: eXp

Este operativo, con las aeronaves cargadas con personal administrativo y de seguridad, preparan la visita que hará este jueves el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Ramalah, tras visitar Israel. Agentes de seguridad de la ANP trabajan en estrecha colaboración con sus pares israelíes y estadounidenses para garantizar la seguridad del mandatario durante su escala aquí.

Muchos palestinos han mostrado su hostilidad por la visita. Afiches de Obama han sido incendiados y destruidos. Personas molestas lanzaron zapatos contra los automóviles de la delegación diplomática estadounidense en Belén, durante una protesta contra el huésped, en el inicio de una anunciada serie de manifestaciones.

La reacción de los palestinos se enmarca en una declaración del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, que señala que la «anexión progresiva» de Cisjordania significa muchas violaciones de derechos humanos que podrían ser llevadas a la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en la holandesa ciudad de La Haya.

Estados Unidos se negó a participar en el debate de Ginebra sobre los asentamientos israelíes y sus consecuencias para la población palestina, y acusó a la ONU de estar en contra de Israel.

La posición de Estados Unidos en el Consejo de Derechos Humanos no sorprendió a los palestinos. De hecho, solo logró ofuscarlos más por lo que consideran una posición favorable de Washington hacia Israel, sumado a la enorme asistencia económica y militar que le brinda.

El debate siguió a la presentación de un informe en enero sobre el impacto de los asentamientos en los territorios palestinos ocupados por Israel, a cargo de un grupo de investigadores de la ONU, y contó con apoyo de la Unión Europea (UE). Una resolución del Consejo declara: «Las colonias son ilegales bajo el derecho internacional y constituyen un obstáculo para la paz».

Hay unos 500.000 colonos judíos en los territorios palestinos, incluidos casi 200.000 en Jerusalén oriental, y viven en más de 100 asentamientos y casi la misma cantidad de puestos de avanzada, todos ilegales según el derecho internacional.

La organización israelí de derechos humanos B'Tselem dice que uno de los métodos utilizados por las autoridades para expropiar tierras palestinas es simplemente declararla propiedad del Estado de Israel, aunque sea privada.

«Una proporción significativa de las tierras declaradas propiedad del Estado es, de hecho, privada, y fue expropiada a sus legítimos dueños mediante manipulaciones legales violando el derecho local e internacional», explica la organización. «Esto infringe la legislación que estipula que la tierra estatal de Cisjordania, aun si fue declarada como tal antes de 1967, no puede ser destinada para uso del Estado de Israel, sino de la población palestina», añade B'Tselem.

Obama anunció que el objetivo de su viaje a Medio Oriente es escuchar y no traer una propuesta de solución política. Descartó pedir que se congele la construcción de asentamientos en Cisjordania. La posición del presidente estadounidense se interpretará como una luz verde para el flamante gobierno israelí. La coalición está integrada por tres partidos favorables a las colonias. Además, todos los cargos que afectan a los asentamientos de Cisjordania están ocupados por colonos o sus partidarios.

El excanciller Avigdor Liberman declaró este lunes que su partido Israel Beitenu (Israel, nuestra casa) procurará evitar toda nueva interrupción de la construcción en los asentamientos de Cisjordania. También dijo que no habrá paz con los palestinos en los próximos cuatro años. Lieberman cuenta con apoyo de Pinchas Wallerstein, un dirigente de los colonos que está al frente del comité que investiga los límites de las autoridades regionales.

El ministro de Economía y Comercio, Naftali Bennett, fue director del Consejo de Yesha, organización que reúne a los colonos de Cisjordania. El secretario de Construcción y Vivienda, Uri Ariel, del partido Habayit Hayehudi (Hogar Judío), ha dedicado su vida profesional a promover los asentamientos.

El nuevo ministro de Finanzas, Yair Lapid, fundador de Yesh Atid (Hay Futuro), preside la nueva Comisión Ministerial sobre Asuntos de Vivienda. El presidente de la comisión de Finanzas, Nissan Slomiansky, también de Habayit Hayehudi, es secretario general del movimiento de colonos Gush Emunim y también miembro del Consejo Yesha.

El ministro y el subsecretario de Defensa, Moshe Yaalon y Danny Danon respectivamente, del gobernante partido Likud, serán responsables de las colonias y de su seguridad. «El nuevo gobierno preservará los intereses del país, incluso los de los asentamientos», declaró Danon antes de su designación.

Mientras, el palestino Shaker Tamimi nos dijo: «Tenemos una larga lucha por delante». «No entregaremos nuestra tierra. Antes preferimos morir», añadió Tamimi en la aldea palestina de Nabi Saleh, cerca de Ramalah, en la que ya murieron varios palestinos por ataques de colonos, y perdieron tierras confiscadas para el asentamiento de Halamish.

Un hermano de Tamimi estaba desarmado cuando recibió un disparo en la cabeza de un soldado israelí el año pasado, durante una protesta contra las expropiaciones.