Los retos de la política exterior del rey Felipe VI

Los países latinoamericanos son su punto fuerte. Don Felipe ha asistido a las tomas de posesión de sus presidentes desde 1996, y conoce a la perfección cada uno de los países. Sin embargo, sigue siendo un desconocido en el mundo árabe, donde el hasta ahora Rey, don Juan Carlos I, ha sido el mejor embajador de España. Felipe VI tiene por delante la tarea de forjar una agenda propia que mire hacia Oriente.

Reyes
Reyes / Foto: @casaReal

«Conoce Latinoamérica como pocos», aseguraba hace poco Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay. Como príncipe de Asturias ha asistido a 69 tomas de posesión en estos países y en sus visitas siempre ha procurado reunirse además de con el presidente saliente y entrante, con representantes de la sociedad del país anfitrión. Felipe VI conoce a la perfección a todos los mandatarios latinoamericanos, a pesar de que muchos de ellos ni siquiera se conocen entre sí. Precisamente el día en que el Rey anunció su abdicación, su hijo acababa de aterrizar en Madrid, procedente de la toma de posesión del nuevo presidente de El Salvador; fue la última vez que acudía a un acto de esta naturaleza en calidad de Príncipe de Asturias.

A partir de ahora acudirá como jefe de Estado a las Cumbres Iberoamericanas; la de Veracruz, en México, será su estreno. Don Juan Carlos no pudo acudir a la última de Panamá, porque estaba convaleciente de una operación. El entonces Príncipe de Asturias presidió la inaguración del Congreso de la Lengua que se celebraba de forma paralela a la Cumbre, y aunque estuvo en los aledaños, no participó en la sesiones porque todavía no era jefe de Estado.

Pero para el actual rey de España el verdadero reto son los países árabes. Hasta ahora don Juan Carlos ha ejercido como uno de los mejores embajadores de España ante las monarquías de Oriente Medio, con quien ha mostrado una sintonía casi de primos lejanos. De hecho, ha intercedido en varias ocasiones para que las empresas españolas obtuvieran contratos en estos países. Todo apunta a que Felipe VI heredará la agenda de su padre, pero tendrá que esforzarse para conseguir un grado de sintonía similar al de su progenitor.

Primer destino, Marruecos

Y este trabajo comenzará este mismo verano en Marruecos. Mohamed VI, el monarca alauí, tiene casi su misma edad, pero pese a que ha tratado a don Juan Carlos de «primo», apenas ha coincidido con Felipe VI. Con esta visita el nuevo monarca sigue la norma no escrita que marca que los vecinos del sur sean los primeros anfitriones de los nuevos presidentes del Gobierno de España.

Todo apunta a que el viaje coincidirá con el inicio del Ramadán. «Espero, por el bien de todos, que sea antes de agosto», aseguraba hace proco el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo. Entre los asuntos pendientes entre España y Marruecos están los últimos detalles del Acuerdo de Pesca o la firma de un convenio de cooperación, que incluye préstamos por valor de 150 millones de euros. La mayoría de observadores en Marruecos considera que la relación con España goza ahora de una de sus mejores sintonías históricas y no creen que varíe demasiado con el nuevo reinado.

Los primeros destinos europeos de la agenda de Felipe VI, son también los vecinos más próximos. Tras la visita a Marruecos, los nuevos monarcas viajarán a Francia y Portugal. Y será en septiembre, durante la Asamblea General de Naciones Unidad, cuando Felipe VI se presente a la comunidad internacional como nuevo jefe de Estado Español. Allí previsiblemente coincidirá por primera vez con Barack Obama.

Retos también en España

Don Felipe se ha preparado para ser rey prácticamente desde el día en que nació. Pero pese a que sus fotos familiares forman parte del imaginario colectivo de los españoles, el nuevo monarca sigue siendo un desconocido para la mayoría de la sociedad. Muchos expertos apuntan a que a pesar de que se le ha llamado «el heredero mejor preparado del mundo», poco se sabe de sus aficiones, sus gustos y su personalidad.

Asume la corona en uno de los momentos más críticos para España. La economía continúa lastrada por la crisis, y el sistema político e institucional surgido de la Transición se tambalea. Las encuestas del CIS muestran cómo una mayoría de ciudadanos han dejado de confiar en los poderes públicos y en la clase política. Además, tiene abierto el frente catalán. Algunas voces ya le han pedido que interceda entre Artur Mas y Mariano Rajoy, pero la Constitución exige al Rey mantenerse al margen de decisiones políticas.

Con su discurso durante la proclamación, Felipe VI marcará las líneas generales por las que transcurrirá su reinado. Sin embargo, la abdicación ha abierto un debate en la sociedad acerca del modelo de Estado. Varios partidos políticos ya han pedido un referéndum para que la sociedad elija si prefiere una monarquía o una república. Todo ello exigiría un cambio constitucional, algo que parece improbable, al menos de momento, mientras el PP mantenga su mayoría absoluta en el Parlamento.