¡Más madera! Nuevas ayudas económicas para dinamizar el cine europeo

Anualmente se otorgan unos 3.000 millones de euros

La Comisión Europea actualiza las reglas para conceder ayudas públicas a un mayor abanico de actividades dentro del sector del cine y obras audiovisuales. El objetivo es dar más margen de acción a los 28 para mantener la viabilidad de sus producciones, incluyen la posibilidad de conceder más ayudas a producciones transfronterizas y promueve el patrimonio cinematográfico. Los Estados miembros tienen dos años para adaptar sus ayudas.

Control central de una televisión
Sector audiovisual / Foto: EP

Anualmente se otorgan unos 3.000 millones de euros

La Comisión Europea actualiza las reglas para conceder ayudas públicas a un mayor abanico de actividades dentro del sector del cine y obras audiovisuales. El objetivo es dar más margen de acción a los 28 para mantener la viabilidad de sus producciones, incluyen la posibilidad de conceder más ayudas a producciones transfronterizas y promueve el patrimonio cinematográfico. Los Estados miembros tienen dos años para adaptar sus ayudas.

Según Joaquín Almunia, Vicepresidente de la Comisión «el objetivo de estas normas revisadas es fomentar una creación audiovisual dinámica en Europa, manteniendo al mismo tiempo la diversidad cultural en toda la UE. Proporciona un marco común en materia de ayudas estatales concedidas por los Estados miembros teniendo en cuenta la dimensión europea del sector audiovisual para garantizar su viabilidad continuada y su competitividad».

Las nuevas normas amplían el ámbito de aplicación de la Comunicación sobre el Cine de 2001 que sólo se aplicaba a ayudas estatales para la producción de películas y ahora incluye todas las fases de una obra audiovisual, desde su concepción hasta su difusión a la audiencia. La ayuda sigue siendo limitada en principio, al 50 % del presupuesto de producción, pero los costes de distribución y promoción podrían beneficiarse de la misma normativa.

A partir de ahora, las coproducciones financiadas por más de un Estado miembro podrán recibir ayudas de hasta un 60% del presupuesto de producción. Los Estados miembros conservarán la posibilidad de imponer obligaciones de territorialización de los gastos a los beneficiarios de las ayudas audiovisuales para promocionar la diversidad cultural, que exige la preservación de los recursos y conocimientos técnicos de la industria a escala nacional o local. En concreto, los Estados miembros podrán exigir que el 160% del importe de la ayuda concedida se gaste en su territorio. También pueden imponer que un nivel mínimo de la actividad de producción se realice en su territorio, que no podrá ser nunca superior al 50% del presupuesto de producción.

La Comunicación sobre el Cine subraya más que nunca la importancia del patrimonio cinematográfico, su recogida, la conservación y la accesibilidad de las películas europeas e insta a los Estados miembros a impulsar y apoyar a los productores para que depositen una copia de las obras subvencionadas para su conservación y uso no comercial.

3.000 millones anuales al sector cinematográfico

Los Estados miembros aportan cada año unos 3.000 millones de euros en concepto de ayudas al sector cinematográfico: 2.000 millones en subvenciones y créditos y 1.000 millones en incentivos fiscales. Aproximadamente el 80% está destinado a la producción cinematográfica. Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y España ofrecen la mayor parte de esta ayuda.

Según Almunia, dada la importancia económica y cultural del sector y la complejidad de las diferentes modalidades de ayuda, la CE ha resuelto la posibilidad de que se creen distorsiones de competencia «sin mermar la capacidad de recibir ayudas y utilizarlas».

La nueva Comunicación del Cine coincide (o responde) a la carta conjunta firmada por varios cineastas entre los que se encuentran Pedro Almodóvar, Wim Wenders, Ken Loach o los hermanos Dardenne exponiendo sus críticas y temores al nuevo sistema de ayudas públicas al cine. Según Almunia, los temores de Almodóvar o Wender «los habíamos resuelto antes de que mandaran su carta».

Los directores sostenían en su misiva que el actual régimen de ayudas, vigente desde 2001, no ha generado ninguna queja ni distorsiones de competencia y pedían al Ejecutivo comunitario que siga permitiendo a los Estados miembros una «flexibilidad máxima» para administrar la ayuda que conceden a su sector cinematográfico.

En la carta, pedían a la Comisión «que reconsidere su posición, particularmente en lo que se refiere al criterio de territorialidad, con el objetivo de dar a los Estados miembros suficiente flexibilidad en su política de subsidios».