Millones de personas abandonadas a su suerte por falta de fondos

La asistencia humanitaria sufrió el año pasado la mayor pérdida de fondos en una década, lo cual revela el fracaso de la comunidad internacional para hacer frente a las necesidades crecientes de un mundo en crisis.

Tiendas de plástico de un campo de refugiados
Campo de Refugiados en Mogadiscio (Somalia)/ Foto: Abdurrahman Warsameh/ IPS

La organización británica Development Iniciatives ha publicado un informe este mes que subraya el contexto cambiante de la asistencia humanitaria tras el terremoto de Haití y las grandes inundaciones de Pakistán en 2010.

El estudio coincide con datos de mediados de año publicados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que elevan las proyecciones de las necesidades humanitarias de 7.900 millones de dólares a 8.800 millones para esta año. Las exigencias de la asistencia humanitaria disminuyeron de 74 millones de personas necesitadas en 2010 a 62 millones en 2011. Sin embargo, la comunidad internacional no pudo cumplir con esas obligaciones menores.

Las contribuciones de gobiernos y donantes privados para esta causa se han reducido en un nueve por ciento, lo que ha hecho que casi el 38 por ciento de las necesidades humanitarias no se han podido cubrir en 2011, menos del 28 por ciento que en 2007. En ese periodo, los fondos para este fin aumentaron de 12.400 millones a 17,100 millones de dólares.

Grandes cambios en 2010

Fue un año especial para la asistencia humanitaria con el terremoto de Haití y las enormes inundaciones de Pakistán, que demandaron unos 18.800 millones de dólares a la comunidad internacional, mientras que en 2009 se necesitaron 15.300 millones de dólares.

La brecha entre las necesidades y los recursos disponibles se ensancha, pese a que el sector probó tener una extraordinaria resiliencia dada la reducción de la asistencia oficial al desarrollo, según Lydia Poole, autora del estudio de Development Iniciatives y responsable del programa de asistencia humanitaria global de la organización. «El aspecto positivo que muestra el informe es, por cierto, el aumento de la financiación privada», nos dijo Poole, «que, de hecho, parece muy receptiva frente a las crecientes necesidades», y añade que «los fondos privados, además, tampoco se redujeron tanto en 2011 como se preveía».

La financiación privada aumentó un 70 por ciento en 2010 y, al igual que los recursos humanitarios en general, en 2011 permanecieron por encima del nivel de 2009.

Perdedores invisibles

La atención internacional que concentraron los desastres de Haití y Pakistán en 2010 aumentó las necesidades humanitarias hasta niveles sin precedentes, pero también generó un cambio significativo en la distribución de fondos que dejó a otros países casi sin nada.

Chad y Nepal registraron cada uno una disminución de la ayuda humanitaria de por lo menos un 30 por ciento en 2010, lo que muestra que la nueva tendencia asigna el 50 por ciento de los fondos a los tres mayores beneficiarios. En los 10 años anteriores, solo un tercio de los recursos de la asistencia humanitaria se concentraba en los tres países con mayor crisis, y el resto se distribuía entre una gran cantidad de países.

De hecho, Haití recibió en 2010 más del doble de la ayuda que el mayor beneficiario de 2009. «Por cierto que no corresponde con los buenos principios de las donaciones humanitarias no financiar una crisis a expensas de otra», remarca Poole, que apunta, en especial, a los efectos en el Cuerno de África, que tomaron proporciones devastadoras en 2011.

A pesar de las alertas tempranas sobre la inminente sequía en la región, «el efecto neto fue que los fondos no alcanzaron para las organizaciones de la región que habrían podido prevenir el sufrimiento y salvar muchas vidas si hubieran tenido los recursos para hacerlo», indica Poole.

La resistencia sigue quedando en segundo lugar

Los desastres naturales y los conflictos siguen siendo los principales responsables de las crisis humanitarias, señala el informe de Development Iniciatives. Sin embargo, solo el cuatro por ciento de la asistencia humanitaria se destinó a la prevención y a la preparación entre 2006 y 2010, muy por debajo del 10 por ciento ideal, según el estudio.

Acceso limitado para organizaciones de la sociedad civil

El informe menciona las dificultades que tienen las organizaciones locales, para acceder a fondos estatales e internacionales cuando ocurre un desastre. Suelen ser las primeras en responder en tiempos de crisis,

Muchas organizaciones internacionales son renuentes a asociarse con actores locales por temor a perder visibilidad y, por ende, donantes, indica Manisha Thomas, asesora en respuesta humanitaria, durante un encuentro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, patrocinado por el gobierno de Haití y la Organización Internacional de las Migraciones. «Por desgracia, a menos que ondees la bandera de tu organización, muchos donantes no te financiarán».

Se necesita una discusión de parte de los donantes sobre la financiación de organizaciones internacionales para que se asocien con actores locales, remarca, así como encontrar formas de ofrecer dinero directamente a las agencias locales. «En tiempos de austeridad financiera, está el argumento económico de que las organizaciones nacionales y locales son mucho más eficientes en términos de coste al responder a una crisis humanitaria», indica Thomas.

Mientras, se advierte que aumentan las necesidades este año. La crisis del Sahel y el conflicto en el norte de Malí han incrementado la cantidad de personas en situación crítica de 51 millones a 62 millones en 2012.

Un estudio del Procedimiento de Apelación Global, de la Oficina de Coordinación de los Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) revela que este año solo se ha recibido el 45 por ciento de los fondos requeridos.