Saramago regresa con un mensaje antibelicista

El legado del literato iberista José Saramago es largo y, cuatro años después de su muerte, todavía novedoso. Porto Editora acaba de publicar su obra póstuma Alabardas, Alabardas, Espingardas, Espingardas. El texto que dejó inacabado el escritor portugués se divide en tres capítulos, acompañados con ilustraciones del Nobel de Literatura Günter Grass, así como con los prefacios escritos por el poeta español Fernando Gómez Aguilera y por el periodista italiano Roberto Saviano.

Portada del libro
Se publica la obra póstuma de José Saramago

El gancho para arrancar con la narración es «aquella bomba que no llegó a explotar de la Guerra Civil de España», dejó escrito el único premio Nobel de Literatura (1998) de Portugal. Su última novela es un alegato antibélico, que comienza con una historia real: una bomba lanzada en Extremadura contra el Frente Popular que no explotó por un acto de sabotaje. En su interior se encontró un papel con un mensaje: «Esta bomba no reventará». Y así fue. Pero el hecho explosionó en la cabeza de uno de los más grandes escritores en lengua portuguesa.

De ahí surgió un fructífero hilo narrativo basado en la relación entre un hombre apasionado por las armas (y por la historia de la bomba española que se empeña en investigar) y su esposa, que las desprecia con idéntica pasión. Una reflexión sobre las contradicciones humanas y el poder del dinero para corromper.

¿Por qué nunca ha habido una huelga de trabajadores en una fábrica de armamento? Esta pregunta recurrente de Saramago es otra de las raíces de Alabardas, Alabardas, Espingardas, Espingardas (título extraído de un verso del dramaturgo portugués Gil Vicente). «Es un alegato contra el poder de las industrias armamentísticas», apuntó el juez Baltasar Garzón, que participó en la presentación del libro en Lisboa.

Para Pilar del Río, la viuda del escritor, esta publicación es un romance sobre las armas y la responsabilidad cívica, según ha publicado en la edición de septiembre de la revista Blimunda, editada por la Fundación Saramago. «Los personajes que pueblan el libro tienen discursos y contradicciones elaboradas a partir del convencimiento de que no ver es más rentable que ver –o que la indiferencia es más cómoda que la acción-, y de que la necesidad de conocimiento y de la intervención para no ser cómplice con el despropósito de la violencia», escribe Del Río.

El estilo oral impregna las 130 páginas, que tienen ya edición brasileña y española (en Alfaguara). La acogida de los lectores ha sido muy positiva y por ejemplo el crítico portugués Carlos Reis ha publicado en el Jornal de Letras que «tiene sentido dar a conocer este texto. Aunque incompleto, tiene consistencia y es coherente con el pensamiento de quien lo escribió».

Fallecido en Lanzarote en 2010, Saramago es el escritor más leído en lengua portuguesa. Memorial del convento, La balsa de piedra, Ensayo sobre la ceguera son alguna de sus obras más conocidas.