Seísmo político en Francia

Por Laetitia Lafaille

Nuevo golpe político y judicial a la derecha francesa. Esta semana, en Burdeos, el ex presidente de la República francesa Nicolas Sarkozy ha sido imputado por el juez de instrucción Jean-Michel Gentil, por abuso de debilidad, abuso de confianza y fraude agravado, en contra de Liliane Bettencourt, la anciana multimillonaria, heredera del imperio de cosméticos L 'Oréal. No es el único imputado, desde el 14 de diciembre de 2011 los jueces han inculpado a otras 17 personas.

Sarkozy derrota
Sarkozy derrota

Durante cerca de nueve horas, Nicolas Sarkozy mantuvo un careo con cuatro empleados de Bettencourt con el fin de saber si había visitado una o más veces a la multimillonaria durante su campaña presidencial en 2007. Una decisión judicial considerada por Sarkozy de «escandalosa». Thierry Herzog, su abogado, ha calificado esta decisión de «incoherente» e «injusta». El periódico francés Le Monde recuerda que son ahora 17 las personas imputadas en el caso Bettencourt desde el pasado 14 de diciembre de 2011.

Este caso despertó en julio 2010 con el testimonio de la antigua contable de Liliane Bettencourt, Claire Thibout quien había declarado a la policía que en 2007 el administrador de la familia Patrice de Maistre le había pedido 150.000 euros en efectivo para entregárselos a Eric Woerth, entonces Tesorero de la campaña electoral de Nicolas Sarkozy. Además, varias personas del entorno de la anciana declararon haber visto a Nicolas Sarkozy reunirse con la nonagenaria anciana en varias ocasiones durante este período. En 2008, la multimillonaria parisina efectuó una visita en el Eliseo en compañía de Patrice de Maistre. El juez Gentil investiga desde 2007, si Sarkozy se ha aprovechado de los problemas mentales de Liliane Bettencourt, quien a sus 90 años sufre de demencia y mal de Alzhéimer desde 2006, para una financiación ilegal de la campaña de la UMP que le llevó al poder en 2007. Ya en Noviembre 2010, Nicolas Sarkozy se encontraba bajo el estatus de testigo asistido. En los últimos meses, el juez ha estado multiplicando las investigaciones para encontrar pruebas de citas en las agendas de ambos, confiscadas en el despacho y el domicilio de Sarkozy, convencido de que se había reunido, al menos dos veces, con la mujer más rica de Francia entre febrero y abril de 2007.

Por su parte, el ex jefe del estado francés siempre ha afirmado haber ido a la casa de la familia Bettencourt solo una vez durante su campaña de 2007 para reunirse con el marido de la anciana, André Bettencourt quien murió en noviembre del mismo ano. Además, añade que nunca le ha pedido dinero a esa familia. A finales de 2012 declaró que «los Bettencourt nunca me han dado un centavo y yo nunca les pedí».

Terremoto político para la familia UMP

El partido de la derecha que ha gobernado Francia en las últimas décadas, debilitado por la crisis de hace unos meses, se revela sacudido e impotente frente a estas malas noticias que podrían cambiar la situación en cuanto a una posible candidatura de Nicolas Sarkozy para la elección presidencial de 2017. Desde el jueves por la noche, los miembros de la UMP denuncian de manera virulenta un empeño judicial y un intento de desestabilización, en un momento en que estaban considerando una vuelta a la política de Nicolas Sarkozy. Jean-François Copé, presidente de la UMP dice sentir una «incomprensión total» tras el anuncio de la imputación.

François Fillon ha comentado en su twitter, «me quedo sorprendido por esta decisión que me parece injusta y extravagante». También Brice Hortefeux, eurodiputado, ministro bajo el mandato de Nicolas Sarkozy y amigo del ex presidente denuncia «el empeño de algunos» y advierte que Nicolas Sarkozy es «cada vez más y como siempre muy luchador, determinado, pero también confiado de que la verdad siempre triunfa». Por su parte, Laurent Wauquiez, vicepresidente de la UMP ha apuntado una coincidencia desconcertante en cuanto a esta imputación en un momento en que las encuestas se muestran favorables a Sarkozy y la misma semana en que Jérôme Cahuzac, -exministro de finanzas, se encuentra bajo una investigación judicial, que le ha llevado a presentar su dimisión. Laurent Wauquiez ha dicho que «Nicolas Sarkozy ya ha sido objeto de manipulaciones judiciales, en particular con el caso Clearstream, y recuerdo que siempre terminaron con la conclusión de su inocencia». Sin embargo, la verdadera agitación política está provocada por las declaraciones de Henri Guaino, ex asesor especial de Nicolas Sarkozy, quien ha criticado «la manera de hacer del juez Gentil. Es indigno. Ha deshonrado a un hombre y a la justicia». Las reacciones de los magistrados no se hicieron esperar.

«Quiero decir al Señor Guaino que deshonra a la República», dijo el Presidente del principal sindicato de magistrados (USM), Christophe Régnard, quien requiere que se entablen diligencias en contra del ex ministro. Añadió también que «lanzar tal desacredito sobre una decisión judicial, es meramente ilegal y tenemos la intención de pedirle a la ministra de la Justicia que inicie procedimientos en contra del señor Guaino y de Claude Bartolone, presidente de la Asamblea Nacional, porque se han sobrepasado los límites». Esta mañana, ha sido el juez Jean-Michel Gentil, en declaraciones de su abogado, quien ha afirmado que estudia presentar una denuncia por ultraje en contra de Henri Guaino.

Sobre un posible conflicto entre política y justicia y preocupada por la polémica sobre la independencia y la imparcialidad del poder judicial, la ministra de la justicia francesa, Christiane Taubira, ha apuntado en un comunicado, «que la independencia del poder judicial está garantizada por la Constitución». El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, ha denunciado también los ataques de los últimos días, señalando que no «dignas de políticos republicanos».

Según el código penal, el delito de financiación ilegal se prescribe en el marco de tres años, pero no el abuso de debilidad castigado con tres años de prisión, 375.000 euros de multa y un máximo de cinco años de inhabilitación. Con este caso, Sarkozy se convierte en el segundo presidente francés que comparece ante la Justicia tras salir del Palacio del Elíseo. Su antecesor, Jacques Chirac, fue condenado en 2011 a dos años de cárcel, exentos de cumplimiento, por un caso de corrupción y inanciación ilícita de partidos.

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