Tornados mortales en Oklahoma

«Por favor acepten nuestras más sinceras condolencias. En esta difícil hora nuestros pensamientos están con ustedes y los amigos y las familias de los muertos y heridos». Con estas palabras, el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso se ha referido hoy a las dramáticas consecuencias del tornado que ha arrasado este lunes la ciudad de Oklahoma, en el centro de Estados Unidos.

Varios coches dados la vuelta sobre escombros
Cerca de 100 fallecidos ha dejado el tornado/ Foto: Gene Blevis

El recuerdo de Durao Barroso en nombre de la CE ha ido destinado, sobre todo, a los familiares y amigos de los cerca de 30 fallecidos en la zona, y aun quedan personas sin localizar.

Muchos eran niños entre 2 y 3 años, alumnos de la escuela Plaza Towers en Moore, Oklahoma, que vieron como a las tres de la tarde (hora local) un enorme tornado arrancaba el techo del colegio y derribaba los muros de la escuela. Otras 240 personas permanecen ingresadas en los hospitales de la zona y hay cientos de viviendas arrasadas.

El gigantesco tornado, con 1.700 metros de diámetro cuando lo normal es que no supere los 200 metros de ancho, levantó vientos de hasta 320 kilómetros por hora además de episodios de lluvia y granizo, y recorrió más de 30 kilómetros entre Newcastle y Moore, en 40 minutos que se hicieron eternos. El Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) señaló que fue un tornado de categoría EF4, la segunda máxima. Obama ya ha firmado la declaración de desastre natural en la zona y ha pedido que se active la ayuda federal y la cooperación entre estado vecinos.

Este tornado es parte del temporal que comenzó en Tejas la semana pasada (donde los tornados dejaron seis muertos y cuantiosos daños materiales) y que se extiende hasta Minnesota. En cuatro Estados (Arkansas, Kansas, Oklahoma y Misuri) se mantiene la alerta ante la previsión de una nueva oleada de tornados, según el NOAA.

Todavía no se han calculado los daños materiales causados por el monstruoso fenómeno meteorológico pero todo apunta a que alcanzarán los 1.000 millones de dólares, unos 800 millones de euros. El miedo se mantiene ahora ya que Oklahoma está prácticamente atravesada por tuberías de petróleo y gas natural que amenazan con explotar y provocar incendios y más destrucción.

Cada año, la zona central de las grandes llanuras de EE.UU, a la que llaman «Callejón de los Tornados», se ve azotada por tornados de enorme calibre. Entre las Montañas rocosas y los Apalaches se acumulan dos masas de aire de diferente volumen y temperatura, una de aire húmedo y cálido procedente del Golfo de México y otra más inestable desde el norte. El contraste entre esas masas de aire genera fuertes tormentas y fenómenos meteorológicos de la magnitud del que ha arrasado Oklahoma.

El Gobierno de España también ha lamentado las «terribles consecuencias» provocadas por el tornado. En un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores, afirma que «España desea trasladar sus más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas de este desastre natural, así como a las autoridades estadounidenses y del Estado de Oklahoma». «El pueblo español, en estos trágicos momentos, se siente aún más próximo y cercano al pueblo estadounidense, con quien comparte todo su dolor», concluye el Ejecutivo español.