Un regalo envenenado para los paises antitransgenicos de la UE

La Comisión Europea ofrece un regalo envenenado a los países anti transgénicos

La propuesta para que los Estados miembros tengan mayor capacidad de decisión sobre los transgénicos puede convertirse en la puerta de entrada de nuevos cultivos

Este, 3 de marzo, se debatía en el Consejo Europeo un refrito de propuestas por las que teóricamente los Estados miembros podrían decidir sobre el cultivo de transgénicos en sus territorios, aunque según Amigos de la Tierra se trata de una propuesta vacía, extremadamente favorable a la industria y que proporciona a los países una base legal muy débil para restringir o prohibir los transgénicos.

La propuesta del Consejo Europeo, discutida por los Estados miembros, ofrece bases legales muy vagas y no científicas, de manera que se abre la puerta a que las empresas demanden a los gobiernos. Hay una abrumadora mayoría de personas y decisores políticos contrarios a la expansión de los transgénicos en Europa - el mes pasado 19 gobiernos de la Unión Europea rechazaron la autorización de un nuevo maíz transgénico de Pioneer, una posición respaldada por el Parlamento Europeo y la mayoría de la ciudadanía de la UE.

Blanca Ruibal, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra España afirma que «la propuesta es un regalo envenenado de la Comisión Europea. La Comisión se ve presionada por la industria para acelerar la autorización de nuevos transgénicos, pero se encuentra con la oposición de muchos gobiernos. Con esta propuesta pretenden desbloquear las decisiones permitiendo la prohibición de transgénicos por parte de algunos países, mientras otros, como es el caso del Estado Español, se verían inundados de nuevos transgénicos sin ningún tipo de control».

Según la propuesta actual, los Estados miembros que se oponen a los transgénicos estarían obligados a solicitar consentimiento a las empresas como Monsanto, BASF o Syngenta para excluir de sus territorios el cultivo. Esto sitúa a los gobiernos y las personas que defienden una agricultura libre de transgénicos a merced de la voluntad de la industria, según Amigos de la Tierra.

Blanca Ruibal continua diciendo «los países llevan luchando más de 15 años contra la expansión de los transgénicos y defendiendo el derecho a prohibirlos, no deben conformarse con la primera oferta. Los transgénicos solo han demostrado sus beneficios para las empresas que los impulsan. Necesitamos una agricultura que proporcione suficientes alimentos sanos, protegiendo el medio ambiente y revitalizando las comunidades rurales».